Hay que superar a la burocracia

Lunes, 25. Noviembre 2019
Hay que superar a la burocracia

Se cocina el pacto social

El viernes 8 de noviembre Alberto Fenrández visitó la sede de la CGT. Allí fue recibido por un variopinto de dirigentes de la central obrera, que en el pasado inmediato se diferenciaron respecto del gobierno macrista. Así, fueron de la partida colaboracionistas como Daer, Acuña y Caló, opositores como Moyano y Palazzo, y hasta abiertos oficialistas como Ayala de la Uatre. Ayer peleados, hoy unidos por la búsqueda de relación directa con el gobierno entrante -que incluso podría llegar a integración para algunos dirigentes-, a cambio de lo cual hay que ofrecer contención sobre el movimiento obrero, en forma de pacto social.

La burocracia comenzó a dar pruebas de amor en esa dirección hace ya unas semanas. Ese fue el sentido del agudo análisis del estatal Andrés Rodríguez respecto de la actual coyuntura: “la cosa está muy difícil”, dijo justificando su abstención de pedir un bono de fin de año para su sector. Por el mismo camino, con una profundidad casi filosófica el metalúrgico Antonio Caló avanzó con figuras retóricas: "¿Este gobierno (el de Macri) tuvo una tregua con los dirigentes gremiales? ¿Mirá si no le vamos a dar una tregua a un gobierno como el de Alberto Fernández, que es la esperanza de los trabajadores? Hay que tener sentido común". Un poco más pragmático, el gastronómico Luis Barrionuevo ya había llamado las cosas por su nombre antes de las elecciones: "El sindicalismo, en los últimos años, colaboró para garantizar la gobernabilidad, a pesar que siempre nos acusaron de obstruir. Nosotros lo dejamos, y lo hemos ayudado y eso que ha habido pérdida de trabajo y de poder adquisitivo", se había despachado en el coloquio de Idea. Más claro imposible.

La visita casi presidencial solo dejó una foto. No hubo avances en anuncios concretos, más allá de algunas vaguedades respecto de capacitación laboral. Alberto F. tuvo una intervención llena de referencias a la liturgia peronista, que incluyó una reivindicación de la figura de José Ignacio Rucci, el secretario general de la CGT de principio de los '70, cuyo asesinato -ajusticiamiento- se le atribuye a sectores ligados a Montoneros.

Semejante exaltación de la ortodoxia sindical habrá puesto seria a la muchachada de la CTA T, que también viene haciendo méritos en función del pacto social. En referencia al cambio de gobierno en Buenos Aires, en una entrevista televisiva el líder de Suteba Roberto Baradel dijo que el año que viene “tienen que empezar las clases, tiene que ser un compromiso de todos”. En la línea del referente principal de la central, Hugo Yaski, para quien el congelamiento salarial “es lógico y razonable”. 

La burocracia que enfiló las energías de los trabajadores hacia el recambio electoral y que se guardó luego de la derrape económica post PASO, se prepara ahora para la colaboración con el nuevo gobierno sobre la base de entregar las necesidades obreras. Como lo demuestra la experiencia de Chubut, no va a ser una tarea tan sencilla.

Hacia una nueva dirección

Se abre una nueva etapa política, pero que estará apoyada en la misma coyuntura de crisis que vienen padeciendo las masas populares. Para intervenir en esta situación, la presencia callejera debe ser sostenida y profundizada. Lo cual no puede ser logrado sin superar el obstáculo que representa la burocracia sindical.

Pero no se trata solo de denunciar las inconsecuencias y las traiciones, sino de ofrecerle a los trabajadores que se quieren incorporar a la lucha una perspectiva que los pueda interpelar e incluir. Si la delimitación con la burocracia está acompañada de sectarismo, entonces no pasa de ser una posición testimonial. No es tanto una cuestión de “tamaños” de las convocatorias, sino de visión de poder.

En ese sentido, trabajar por una nueva dirección de la clase trabajadora implica apoyarse en las enseñanzas de lo más avanzado de este último tiempo, pero recuperando también experiencias hisóricas como los programas de La Falda y Huerta Grande, lo mejor de la CGT de los Argentinos, la resistencia peronista de los '50-'60 y el clasismo post Cordobazo de los '70. Es a su vez importante tender puentes de unidad hacia los trabajadores desocupados y sus organizaciones, que en los últimos años ocupan un lugar en la primera línea de la pelea popular. Esta es la base para impulsar una confluencia sindical combativa, popular y antiimperialista. 

En aras de este esfuerzo, nuestro partido propicia la realización del encuentro de trabajadores a desarrollarse a fin de este mes en Resistencia, Chaco. Luego de un exitoso primer encuentro en la primera mitad del año, seguiremos afianzando lazos con comisiones internas, delegados, agrupaciones y militantes en función de darle forma a este planteo político-sindical, en donde los compañeros y compañeras de la Corriente Sindical Jorge Weisz compartirán lo que fue su aporte a la lucha de este año, con las experiencias de estatales en Chaco y provincia de Buenos Aires, la agencia Telam y docentes de distintos puntos del país, entre otras. 

Vamos en el camino de construir una corriente sindical combativa, democrática y antiimperialista, que ponga su intervención al servicio de disputar la conducción del movimiento obrero.

Agustín Damasso

Publicado en: 
Lunes, Noviembre 25, 2019 - 21:45

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