Fuera Lewis de Río Negro

Domingo, 13. Febrero 2022

La semana pasada, el Lago Escondido volvió a ser noticia luego de que el domingo 6/2 la guardia privada del magnate inglés Joe Lewis amenazara a los participantes de la Sexta Marcha de Expedición por la Soberanía. Aquí repasamos los antecedentes y la actualidad de este problema.
El lago Escondido se ubica en la provincia de Río Negro, en la zona cordillerana, a unos 50 km de El Bolsón. Desde 1996, el lago forma parte de unas 8.000 hectáreas propiedad del empresario inglés Joe Lewis. En esas tierras, Lewis tiene, además de su mansión, un complejo turístico de alto nivel, canchas de fútbol y tenis, un hipódromo, turbinas generadoras de electricidad y las casas de sus 80 empleados y sus familias.
La adquisición de estas tierras por parte de Lewis fue motivo de una denuncia que en 2012 presentó Alejandro Olmos Gaona, quien afirma que la compra se realizó a nombre de una empresa argentina que al poco tiempo cambió su razón social a una empresa británica, Hidden Lake S.A. propiedad de Charles Barrington Lewis, lo cual constituye un fraude. En 2016 el entonces procurador del Tesoro impulsó la nulidad de la compra; al poco tiempo fue desplazado de su cargo por el presidente Macri, quien públicamente planteó que Lewis es su amigo personal. En 2017 la causa prescribió.
Además de esta propiedad, el millonario inglés es dueño de un aeropuerto –que está a nombre de uno de sus capataces, Nicolás Ditmar- en Bahía Dorada, en la costa oriental de la provincia, y a sólo 2 horas de vuelo de las Islas Malvinas.
Volviendo al lago Escondido, según las leyes nacionales y provinciales, el acceso al mismo debería ser público. Lewis se niega sistemáticamente a ello, amenazando con su guardia armada a quienes se atreven a acercarse al mismo. Se trata de una usurpación lisa y llana.
Desde hace varios años, organizaciones políticas, sociales, gremiales y de ex combatientes realizan la Marcha de Expedición por la Soberanía en reclamo de acceso público al lago. La sexta edición se movilizó por el camino habilitado a tal fin por la Justicia, que atraviesa la alta montaña y dos cursos de agua, con el habitual resultado de amenazas.
En estos más de 25 años pasaron por la gobernación de la provincia distintas administraciones radicales y peronistas; todas ellas impotentes o directamente cómplices frente a la prepotencia de Lewis. La inmensa mayoría de las iniciativas legislativas cayeron en saco roto; tan solo pudo avanzar la habilitación de un camino hasta el lago, que en los hechos sigue bajo control del usurpador, sin que la policía ni la gendarmería hagan lo más mínimo. Para muestra de la impunidad de la que goza Lewis, basta ver la actitud estatal frente a las amenazas contra esta marcha. La provincia envió al lugar donde los manifestantes fueron interceptados a dos policías desarmados, que se limitaron a mirar a los 50 guardias armados de Lewis. Por su parte, la Secretaría de DDHH de la Nación publicó un hilo de twitter describiendo el hecho y aclarando que “ya le solicitamos a las autoridades de la provincia que garanticen la seguridad y la libre circulación de todos ellos”.
Esta conducta pusilánime de gobiernos, justicia y fuerzas represivas frente a un ricachón contrasta con la rapidez con la que se suele actuar cada vez que hay un conflicto de tierras con los mapuches. La connivencia estatal con Lewis es intolerable.
Los convocantes a la Sexta Marcha, junto a otras organizaciones, denunciaron a Lewis por los delitos de sedición y privación ilegal de la libertad. Más allá de la justeza de la denuncia, sería inocente esperar que justicia por sí misma avance contra el magnate inglés. A través de la movilización popular se le debe, en primer lugar, quitar a Lewis el aeropuerto que posee en la parte oriental de la provincia, cuestión fundamentada en razones de seguridad nacional. En cuanto al lago Escondido, se le deben expropiar las tierras que posee, sin indemnización en virtud de los delitos que viene cometiendo, destinando dichas tierras al desarrollo provincial y a las necesidades de vivienda y esparcimiento de la población. Si por la fuerza pretende mantener sus privilegios, por la fuerza habrá que echarlo.

Facundo Palacios

Domingo, Febrero 13, 2022 - 22:45

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