Ernesto “Che” Guevara 49 años después

Miércoles, 12. Octubre 2016

El hombre se auto crea en la producción, transforma la naturaleza y la pone a su servicio, creando de esta manera su propia conciencia de transformador. Humanizó a la naturaleza, creando la sociedad, y es producto de esta misma “naturaleza humanizada”, la cual transforma con su trabajo, transformándose. Sin embargo, en las condiciones del capitalismo, el producto de su trabajo le es ajeno, la sociedad que él mismo crea con su esfuerzo le es hostil. Entrega su fuerza vital para enriquecer a un pequeño grupo de hombres, y recibir a cambio de su obra algunos alienantes billetes con los que apenas puede subsistir. Las fuerzas burguesas ofrecen para pasar este mal trago, esperanza de paz en la vida próxima, consumo de bienes o drogas (legal o ilegalmente obtenidos). Los herederos del Che, los marxistas-leninistas seguimos organizándonos para romper el velo, destruir las cadenas de opresión y liberar al hombre del sinsentido de este mundo decadente de explotación y miseria.
A 49 años de la caída en combate de Ernesto Che Guevara, cabe recordarlo como luchador internacionalista, como guerrillero, como dirigente de la revolución cubana, como pensador marxista o como joven aventurero, etc. Su vasta vida da para eso y para más. Sin embargo, nos detendremos hoy en su rol como constructor del socialismo en la revolución cubana. En esa experiencia de praxis marxista tan rica y cercana en el espacio y el tiempo.
Ligar estrechamente el trabajo en la producción material a la educación ideológica no es ni fue un azar o capricho. Este es un aspecto clave: desprender el concepto de trabajo del concepto de salario. Entendiendo por trabajo el desarrollo de las fuerzas creativas y transformadoras del hombre y entendiendo por salario lo que recibe un trabajador a cambio de poner sus esfuerzos en función de enriquecer a otro y lograr subsistir apenas de mejor o peor manera.
La explotación capitalista ubica siempre el trabajador en el lugar de vendedor de su fuerza de trabajo, como un insumo más entre los insumos de la producción. Y coloca siempre a su amo cualquiera sea, en comprador de ese “insumo” para enriquecerse al consumirlo. Esta ley fundamental del capitalismo hunde al género humano en el oprobio de entenderse uno a uno mismo como una mercancía más entre las mercancías. Y así las relaciones humanas dejan de ser relaciones entre humanos y devienen relaciones entre mercancías.
Es imposible que el trabajador, entendiéndose una mercancía, pueda crear una sociedad nueva y un nuevo hombre. Necesita por cuanto romper este velo, esta ceguera impuesta, del esfuerzo inútil. De trabajar y trabajar para pagar cuentas, y en el mejor de los casos, mejorar apenas las condiciones de vida durante algún periodo, y volver una y otra vez a la miseria. En esto hemos sido y somos educados, en la resignación en la esperanza del consumo de bienes, o de la otra vida en los casos de no poder acceder ni tan siquiera al consumo.
Es menester la ruptura violenta del andamiaje “legal” del Estado burgués, y esto debe ser obra de los trabajadores y el pueblo en su conjunto, por sus métodos, paso indispensable para generar su conciencia de transformador de la sociedad: así como transformó y puso a su servicio la naturaleza, deberá hoy poner nuevamente esta “naturaleza humanizada” de la sociedad alienante, al servicio de su propia liberación.
Solo en esa lucha se desnudan las cadenas. Se hace inverosímil por ejemplo sostener con nuestra hambre entidades financieras gigantes que no generan ninguna cosa útil para la humanidad, solo producen millonarias ganancias para sí mismas y miseria calamitosa para el resto.
La burguesía podrá sentarse a negociar cualquier cosa menos la propiedad privada de los medios de producción, dice el manifiesto comunista, y hoy podemos ver cómo muchos revisionistas salen con pavor, descreídos de la revolución, a buscar un burgués bueno, que los bendiga con un capitalismo no salvaje, ya que el nuevo enemigo pareciera ser el neoliberalismo, y no ya la explotación, por cuanto ya no es necesaria la revolución proletaria.
Ahora bien, liberados de la burguesía en el poder, se vuelve clave la reeducación de los trabajadores, y es ahí donde entra el estímulo moral (no material) a la producción y el trabajo, so pena de estar otra vez hundiendo al trabajador en esa carrera tras la zanahoria, puesto que si en el socialismo está “todo garantizado”, ¿para qué esforzarse? Y si fruto de ese esfuerzo lo que se consigue es ahondar las diferencias sociales, malos serán los pasos que habremos dado.
Una vez triunfada la revolución, los países que no avanzaron en la construcción del socialismo y el hombre nuevo se estancaron hasta caer en la recomposición capitalista. Contra esto peleaba el Che, entendiendo que el rol fundamental de la vanguardia revolucionaria era guiar los esfuerzos de la sociedad toda a la construcción del socialismo.
Su obra escrita y sus discursos y sobre todo su práctica dan cuenta de ello. La revolución no es un fin sino más bien un comienzo. Ejercer el poder del estado para reprimir los intentos de recomposición burguesa, expandir la revolución a los demás países que luchan por su libertad, y construir la nueva sociedad y el hombre nuevo . Tal el legado que abrazamos los revolucionarios de hoy, que a 49 años de su asesinato, empuñamos como ayer su internacionalismo antimperialista, su vocación inclaudicable de luchar por la liberación y el socialismo. 
“Nosotros los que por imperio de las circunstancias dirigimos la revolución, no somos dueños de la verdad ni de toda la sapiencia del mundo ni mucho menos, y tenemos que aprender todos los días, y el día que dejemos de aprender, que creamos haberlo sabido todo o hayamos perdido nuestra capacidad de contacto o de intercambio con el pueblo y con las juventudes, es el día en que habremos dejado de ser revolucionarios, y lo mejor que podrían hacer ustedes es botarnos entonces”. 
Discurso del Che a estudiantes y profesores de la escuela técnica industrial, el 1 de julio de 1960 La Habana. 

Carlos Quiroga

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Miércoles, Octubre 12, 2016 - 18:45

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