El macrismo va por su aprobación UNICABA: recta final

La pelea contra la sanción de la UNICABA ingresa en la recta final. En la sesión legislativa del 22/11 se juega un año entero de marchas, asambleas, cortes de calle y clases públicas, concentraciones en la Legislatura porteña y actos masivos, que dieron cuenta de la capacidad y voluntad de lucha de docentes y estudiantes.

El objetivo principal del movimiento de lucha es evitar el cierre de los 29 institutos y la aprobación de un proyecto que promueve los negociados con las plataformas de enseñanza, el control ideológico de los planes de estudio, la pérdida de autonomía y pluralidad y el ajuste presupuestario.

Hasta ahora el macrismo porteño no había sometió a votación su propuesta a pesar de contar con los votos necesarios: en un contexto de auge de luchas y bronca generalizada contra el ajuste y las condiciones de estudio y trabajo, el gobierno sabe que  “una chispa puede encender la pradera”. Y no se equivoca: así como en el país la lucha popular condiciona la aplicación del ajuste, en los terciarios fue la movilización en las calles lo que postergó la sanción del proyecto.

Cómo llegamos hasta acá

La apuesta por la negociación no sirve frente a un gobierno intransigente y tampoco es acorde con el rechazo generalizado, el estado de movilización y la capacidad de organización que generó la UNICABA.

Al respecto, cabe una crítica los sectores que se dedicaron desde un principio a dirigir la movilización con el freno de mano puesto. Hablamos, por un lado, de los rectores nucleados en el CESGE: preocupados por sus puestos jerárquicos, son temerosos de un desborde de la movilización estudiantil y proclives a la negociación con el macrismo.

En segundo lugar, de la autoproclamada “dirección” de la Coordinadora de Estudiantes Terciarios (CET), los kirchneristas de Patria Grande - La Caravana, Cienfuegos y Nuevo Encuentro. Éstos pivotean entre la movilización en las calles y las maniobras y especulaciones contrarias a las decisiones de las bases (por ejemplo fechas, horarios, modalidades y lugares de asambleas, actos y marchas). Asimismo, su constante expectativa en la negociación parlamentaria y en la movilización a la Legislatura resultan un obstáculo que impide al movimiento enfrentar a los verdaderos responsables, Rodríguez Larreta y su ministra de educación, Soledad Acuña. Finalmente, es perjudicial su posición ambigua en el debate entre la exigencia de retirar el proyecto del recinto (posición sintetizada en la consigna “ni cierre ni coexistencia”) o la presentación de uno alternativo -con modificaciones- que habilite una falsa e imposible convivencia entre los terciarios y la UNICABA. Esta propuesta elaborada por la burocracia del sindicato docente UTE terminaría en la “extinción” de los institutos luego de unos años.

En tercer lugar, el debate sostenido al interior de la izquierda, donde el PO – PTS apuntó por momentos a acompañar las decisiones de la CET y por momentos a delimitarse de ella, aunque sin profundizar la medidas de fuerza y orientarse hacia un triunfo, por ejemplo promoviendo carpas y festivales.

Así las cosas, el gobierno se dispone a finalizar la faena: posiblemente aprueben su proyecto en la sesión del 22/11 en Legislatura. Los compañeros y compañeras se movilizarán dispuestos a hacer pagar el mayor costo político posible al gobierno en caso de ser aprobada, pasando en ese caso a la lucha por impedir su implementación efectiva en los años venideros.

David Paz