Editorial - Vamos con el Voto Bronca

Miércoles, 2. Agosto 2023
Editorial - Vamos con el Voto Bronca

A días de las PASO, la propaganda electoral se pone cada vez más intensa. 

El peronismo se presenta como la solución a los problemas que el peronismo agravó en sus cuatro años de gestión, de la mano de Massa quien, lejos de ser un crítico del rumbo oficial, hace varios meses es la pieza central del actual gobierno. Por otra parte, los que dejaron al país en el caos de 2019 debaten cómo hacer más daño: mientras Bullrich plantea profundizar el camino de Macri -incluso evocando la gran pelea en el Congreso en 2017-, Larreta ofrece como modelo una CABA cada vez más copada por la especulación inmobiliaria, cada vez más elitista y excluyente. Corre de atrás Milei, a quien el “círculo rojo” ya le bajó el pulgar luego de que cumpliera con su misión de confundir a los que están hastiados de este régimen miserable. El peronismo no oficialista de Schiaretti verá sobre qué base puede sentarse a negociar con el futuro gobierno.

Hasta aquí los candidatos de los verdaderos electores: los grupos monopólicos, las empresas multinacionales, la banca local y extranjera, la embajada yanqui. Quienes se disputan la presidencia discuten sobre distintos temas con la mayor hipocresía, salvo de uno en el que hay acuerdo: sostener la relación con el FMI. Está implícita la continuidad del camino que inició Macri con su deuda escandalosa, que reconoció Alberto Fernández a través del Congreso y que ahora renegocia Massa tras la imposibilidad de sostener las metas previstas. Si el ministro - candidato trata de contener las condiciones leoninas que exige el Fondo, es porque tiene una elección por delante, pero con cualquier resultado a fin de año lo que viene es mayor ajuste; o dicho de otra manera, gane quien gane pierde el pueblo. 

En el mientras tanto, los especuladores no esperaron ni al resultado de las primarias, y el dólar inició una corrida que impactará en los precios y en un menor poder adquisitivo de los ingresos populares. La dilación del entendimiento con el Fondo arrojó un manto de sombra sobre la macroeconomía, poniendo en peligro las aspiraciones electorales del oficialismo, pero sobre todo empeorando aún más las condiciones de vida en el corto plazo. En ese marco de crisis inocultable, entre la eterna discusión sobre los males menores y mayores, se abre paso el “voto bronca”: así lo mostraron prácticamente todas las elecciones provinciales del año con sus altos índices de ausentismo y de votos blancos y nulos.

Detrás de las cámaras


Lejos de los spots de campaña, la realidad de la lucha de masas se abre paso. Incluso a contramano de la complacencia de la cúpula de la CGT y del yasquismo, en el último mes se desarrollaron varias huelgas en las que, si bien inciden las internas de la burocracia y disputas con sectores empresarios, fueron expresión de bronca por el deterioro del salario. Allí estuvieron el paro nacional de la UOM con movilización a la sede de Techint previo al cierre de la paritaria, y el de choferes de colectivos. En la CABA, los paros escalonados del subte levantan temperatura. Las huelgas de docentes y estatales son una constante en varias provincias. No abandona la calle el movimiento piquetero combativo, a quien gobierno y oposición han optado por demonizar: si un desocupado aporta a su organización se presume un delito, pero no se dice nada del jugoso financiamiento empresario a los principales candidatos. 

Pero el verdadero quiebre lo marcó Jujuy. Esa pueblada volvió a poner sobre la mesa que los gobernantes no pueden hacer lo que quieran sin que haya consecuencias. Si la respuesta popular a la reforma constitucional no tiró al tacho la carrera de Morales, es porque la provincia del noroeste no es un centro político; pero de todas formas resonaron los ecos de aquel diciembre de 2017 que fue el principio del fin de la reelección de Macri, luego de haber ganado holgadamente las legislativas. Y no fue un fenómeno aislado: antes estuvieron la gran movilización provincial de docentes y otros gremios en Salta, las piñas de los choferes a Berni en La Matanza, el derribo de un bunker de droga en Rosario, los cortes de calle por la falta de luz en el AMBA. Hechos de distinta envergadura y alcance, pero con algunos elementos en común: la bronca de los de abajo, el rechazo a las consecuencias de la crisis, el repudio a quienes gobiernan de espaldas al pueblo.

Concomitante a esto se profundizan la represión y la criminalización, que no son un patrimonio de los distritos en donde manda JxC: para ilustrar el tema están las persecuciones a docentes y estatales en Santa Cruz y Chubut y los sanitaristas en Chaco, todas provincias gobernadas por el peronismo. Más que un fenómeno de “derechización”, se trata de la respuesta esperable de quienes defienden el ajuste y el saqueo ante la agudización de la lucha. Respuesta bastante precaria, por cierto, si con ello pretenden estabilizar la gobernabilidad.

Por una democracia de nuevo tipo


“Votemos para que en estas elecciones se fortalezca la democracia” reza el spot oficial de la Presidencia. Pero lo que los poderosos entienden por democracia no tiene nada que ver con las legítimas aspiraciones democráticas del pueblo.

El actual régimen político tiene poco y nada que ver con la democracia. La democracia pasa por la libre deliberación de los sectores populares para la resolución de sus problemas. Es la que germina en las asambleas y los espacios multisectoriales, en los cortes de ruta y en la solidaridad de los trabajadores. Esa es la verdadera democracia, popular, patriótica, antiimperialista y antimonopólica. Su escenario son las calles, las rutas, los lugares de trabajo y de estudio, los barrios. Su programa inmediato apunta al bienestar, pero también ataca los nudos de la entrega y la dependencia.

En estas elecciones no se va a disputar una salida favorable a los intereses del pueblo trabajador. No hay solución en el horizonte para los salarios y jubilaciones de hambre, para la pobreza, para el ajuste y el saqueo, si no es suspendiendo los acuerdos con el FMI hasta que se investigue la deuda, nacionalizando la banca, el comercio exterior y los recursos estratégicos. Este programa tiene que ser aplicado por un gobierno surgido de la rebelión popular.

Por supuesto que sería infantil plantear que todas las listas que se presentan son iguales. Habrá candidatos que representan diversas posturas dentro del campo popular, y que incluso plantean su campaña en base a ejes antimonopólicos y antiimperialistas. Pero más allá de aprovechar la coyuntura electoral para propagandizar ideas -lo que por cierto, hacemos en nuestra campaña por el voto bronca-, lo central es plantear una salida, no solo en el debate, sino principalmente en el terreno práctico.

En estas elecciones, gane quien gane pierde el pueblo. En las PASO y en las generales, vamos con el Voto Bronca: voto en blanco, voto nulo o abstención. En el camino de construir el paro activo y piquetero, para organizar a la fuerza social con los trabajadores a la cabeza que produzca un quiebre en la situación y abra paso a una nueva Argentina, de bienestar y soberanía. 

Agustín Damaso

Miércoles, Agosto 2, 2023 - 19:15

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