Docentes CABA - UTE: vamos con la Púrpura – Verde – Granate

El martes 10 de octubre se realizarán las elecciones en la UTE, el sindicato docente más grande de la CABA. 

Las mismas se desarrollan hacia el final de un año marcado por la vocación de pelea de la docencia, que se volcó con masividad a los paros convocados por aumento salarial y contra los ataques a colegas, como las denuncias falsas en el jardín de infantes de Palermo. En un contexto general en donde el salario no alcanza, las y los docentes enfrentaron al gobierno de un Larreta que hoy se bate en retirada, tras la derrota en las PASO, y de una Acuña que era su ministra estrella.

Esta posición de las y los laburantes contrastó con la conducta asumida por la conducción Celeste de UTE, que a comienzo de año se apuró a firmar una paritaria que en menos de dos meses quedó desactualizada. Es cierto que por aquellos días el oficialismo nacional, a través de su ministra Olmos, había pedido explícitamente cerrar en torno a un 30% para el primer semestre, cuando el gobierno de Alberto fantaseaba con domar la inflación. Pero el regalo de la conducción de UTE a Acuña, de la foto del comienzo de clases sin conflicto, no fue un problema coyuntural. Hace años que esta dirección se muestra pusilánime frente a los ataques sostenidos contra la docencia, que viene sufriendo pérdida del poder adquisitivo del salario, avasallamiento de sus derechos laborales, reforma inconsulta del estatuto, vaciamiento de la obra social, en el marco de escuelas muchas veces en condiciones de precariedad estructural. La UTE, opositora al larretismo desde el discurso y la pose, es de hecho cómplice de la situación del sector.

En este marco se produjo el desprendimiento de la CTE, encabezado por ex referentes de peso dentro de la Celeste. Pesó en esta escisión la crisis del otrora Frente de Todos, siendo evidentes los vínculos con distintas vertientes del oficialismo nacional. Señalada esta interna dentro de una conducción que estuvo unida hasta hace dos años, lo principal de su aparición pública fue la justa crítica a la pasividad de UTE bajo la conducción del matrimonio López-Graciano. Esto le valió el agrupamiento de varios docentes y delegados entre independientes, combativos y desencantados con la Celeste. El acuerdo electoral con la Granate le da más amplitud a la lucha por darle otro perfil a la UTE. 

Se trata entonces de una oportunidad para romper el monopolio Celeste del sindicato y avanzar hacia posiciones que defiendan resueltamente los derechos de la docencia. A tal punto la Celeste se vio amenazada que comenzó con las maniobras típicas de la burocracia sindical, como una manipulación de padrones que fue escandalosa al punto de que provocó renuncias en la junta electoral, integrada exclusivamente por ellos. 

También será de la partida electoral la Multicolor, encabezada por el FITU y que suma a otras expresiones del trotskismo. El sectarismo autoproclamatorio de este sector se expresa en su falta de iniciativa para agrupar a la docencia, salvo por los plenarios -previos a las elecciones- en donde se mociona el apoyo a sus candidatos nacionales, o en la eterna rosca por los cargos de una lista que no tiene chances de obtener lugares expectantes. Pura confrontación de aparato que pierde de vista la perspectiva de organizar con alguna amplitud y se limita a la zona de confort de la denuncia permanente.

En función de esta caracterización, en estas elecciones llamamos a acompañar a la Púrpura - Verde - Granate, en el camino de recuperar la UTE para la lucha de la docencia, del conjunto de la comunidad educativa, y de todos los trabajadores de la Ciudad.

Facundo Palacios