Córdoba - Por un movimiento estudiantil en lucha contra el ajuste

En los últimos meses el movimiento estudiantil ha sido testigo del enorme ajuste que el gobierno nacional aplica sobre las universidades nacionales. Luego de la gran Marcha Federal Universitaria la situación no ha tenido demasiados cambios. A mediados de mayo el vocero Manuel Adorni anunció un acuerdo con el CIN que "le daría fin a la discusión". El mismo consiste en un aumento del 270% en gastos de funcionamiento, que se le suma al 140% otorgado en dos partes anteriormente. Lejos de ser una solución definitiva, el monto anunciado es una miseria. En primer lugar, los gastos de funcionamiento representan menos del 10% del total del presupuesto universitario y, aún con el aumento, tendrían una caída del 3% en comparación con el año pasado basándose en las expectativas del Banco Central. En segundo lugar, las partes del presupuesto destinadas al salario docente, no docente y a becas estudiantiles ha sufrido enormes retrocesos que provocan una pérdida total del 52,4% comparado con los gastos realizados en 2023. En conclusión, el gobierno y gran parte de los rectorados transan mientras la comunidad universitaria cae en la pobreza.

Con este panorama, en la Universidad Nacional de Córdoba se aplica a rajatabla el ajuste. El rectorado -a cargo de Jhon Boretto, que forma parte de la UCR- avanza cada vez más sobre las distintas áreas que se encuentran a su cargo. La motosierra del rector ya ha alcanzado a las becas estudiantiles, al Comedor Universitario (con el precio de la ración cada vez más alto ya que está atado a la inflación) y a los Servicios de Radio y Televisión de la UNC (SRT) cuyo directorio ha iniciado un proceso preventivo de crisis poniendo en peligro numerosos puestos de trabajo. Si bien esta situación no es nueva (el tándem UCR-PJ lleva 8 años gobernando a través del ajuste) la misma se ha intensificado en el marco del plan de ajuste implantado por Milei y sus aliados. Para colmo, a fines del año pasado el Consejo Superior aprobó la creación de la U.N.C.S.A.U. (Universidad Nacional de Córdoba- Sociedad Anónima Unificada) a través de la cual diversas empresas podrán invertir en la Universidad. Mientras más duro golpea la crisis, más aprovechan las autoridades para mercantilizar la educación.

Es en este contexto en el que el estudiantado tiene que pisar el acelerador para ponerse en pie de lucha. Si bien la masiva Marcha Federal Universitaria del 23 de abril dio cuenta del nivel de movilización con el que cuenta el movimiento, aún existe una gran dependencia a las medidas tomadas por el gremio docente que, lamentablemente, a pesar de mantener el reclamo por un aumento salarial que permita recuperar el 40% de poder adquisitivo perdido, no convoca a instancias de movilización y lucha. La aparición de algunas instancias de organización asamblearia por facultad no garantiza aún el aumento del nivel de movilización. Es necesario seguir impulsando espacios de encuentro, debate y lucha en defensa de la educación pública, por aumento presupuestario acorde a las necesidades de la comunidad universitaria y aumento salarial para docentes y no docentes. También, en un momento donde la pobreza ha alcanzado a prácticamente la mitad de los jóvenes en Argentina, es necesario impulsar la defensa y conquista de derechos estudiantiles (becas, transporte, comedor, etc.). Finalmente, hay que utilizar las herramientas disponibles para formar un movimiento estudiantil que -junto al movimiento obrero ocupado y desocupado- se ponga a la cabeza de la lucha contra el ajuste de Javier Milei y sus aliados, que peleé contra los grandes monopolios y su inserción en las universidades y que construya una universidad al servicio de las necesidades del pueblo. 

Emilio Arias