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“El cine te permite pensar”
PIBE CHORRO, documental de Andrea Testa producida por Pensar con las Manos y Colectivo Hombre Nuevo fue estrenada en el Cine Gaumont el 9 de junio pasado como parte de los “Estrenos DOCA” y se mantuvo 7 semanas en cartelera en esa sala. Durante agosto y septiembre comenzó su recorrida por cines del interior del país y el conurbano superando los 8.500 espectadores.
La película ya fue presentada en trece Espacios INCAA (E.I), en diferentes festivales y en encuentros de cine. En particular se destacan funciones especiales en el E.I. de San Justo con presencia del equipo del documental y Mecha Martínez –una de las protagonistas- y sus compañeros de la CUBa-MTR de la zona; en General Roca – Río Negro donde Andrea acompañó la función junto a Vicente Zito Lema –también protagonista de la película- y durante el fin de semana del 9 al 11 el equipo viajó a Rosario para acompañar tres funciones con entrada libre y gratuita que se realizaron en la Universidad Nacional, en la Casa de la Memoria y en el Teatro del Sindicato de Empleados de Comercio. Estas funciones fueron una respuesta a lo que fue el levantamiento de la programación en el Espacio INCAA Cine Arteón en la localidad por considerar que la coyuntura de inseguridad que vive la ciudad no era adecuada para proyectar este documental. El equipo de la película resalta que este levantamiento arbitrario refleja la escasez de políticas efectivas de exhibición de los documentales de parte del Instituto y el deficiente funcionamiento que se da en los Espacios INCAA.
no transar charló con Andrea Testa para conocer sobre lo que viene pasando con el recorrido de este documental y su mirada sobre el cine y la política de cine en nuestro país.
no transar: ¿Cómo viene siendo la experiencia de “Pibe Chorro”?
Andrea Testa: Pienso que todavía está bien caliente. Siento que a todos nos sorprendió mucho lo que está pasando con la película, y con lo de Rosario vuelve a explotar...
La experiencia en el Gaumont por ejemplo: tantas semanas, encontrarse afuera de la sala con la gente que la vio... Creo que todos nos dimos cuenta de que la película era realmente necesaria. No hablo por egocentrismo, fue un año muy paradójico, donde “La larga noche de Francisco Sanctis”* está haciendo todo un recorrido internacional donde se vuelve “película”, donde nos volvemos “directores de cine”, y por otro lado “Pibe Chorro” pasó desapercibida hasta su estreno en Buenos Aires. Parecía que, al no entrar en esos espacios de legitimación (en referencia a los festivales), no era una “película”, o qué era, si gustaba o no gustaba, ¿dónde estaba todo ese tiempo y ese trabajo?
“Pibe Chorro” hizo otro camino, creo que tiene que ver con cómo fue concebida y desde dónde nació la película. Entonces se armó su espacio y se solidificó, se fortaleció. Pasaron muchos años también, hubo muchos debates, muchas ganas de terminarla. Ahora todo esto que está pasando me hizo reencontrar con la película. Me hizo entender que hay algo que no podés controlar en el lugar de las ideas. Como a veces decimos en las entrevistas, “Pibe Chorro” es un collage, son retazos y a cada uno le entra por su lugar y ese espacio de inacabado que quizás era lo que no me gustaba cuando la veía: “¿es una película? ese ensayo todo destartalado… ¿qué es?” Creo que eso es lo que tiene de particular y por eso creo que la mayoría de la gente se va agarrando de algún momento y algo le va quedando.
También agradezco mucho a Vicente (Zito Lema) porque él nos marcó un camino diciendo “tiene que ser violenta la película”. Y eso fue como decir: “Vamos realmente a las formas, a ponerlo ahí” Y ahí entiendo que la película creció, de salirse de lo discursivo, de lo digerido, de lo esperado.
Decidimos que la escena con el televisor iba al principio, tenía que empezar fuerte, con una bomba. Porque la problemática es fuerte. Él nos decía: “No tiene que hablar de la violencia, tiene que ser violenta”.
Lo que pasó en Rosario siento que nos abrió al país: como la filmamos acá en Buenos Aires, solo en el conurbano y en Capital… pero pasa en el resto del país, cuando la pasamos en Chile también… te das cuenta que es algo más del sistema, algo de este mundo. No es solo la calle Florida. Yo no tenía la dimensión de la película en ese sentido.
nt: ¿Por qué hacés cine?¿Cómo concebís el cine desde lo colectivo?
A.T.: No tengo idea por qué hice cine. Primero para estar detrás de la cámara (sonríe). Hay algo que me gusta del cine que es ese momento de poder observar. Siento que primero el rodaje es una decisión de ir a la aventura. La ficción también porque nos pasó eso: elegir ese tema, la novela, ir a un momento concreto. Más allá de cómo pueda pensarse qué pasa hoy en día con este conflicto que vive el personaje. Pero es aventurarse, investigar, leer, bucear en eso y empezar a conectarse con sensaciones, con imágenes, con preguntas, muchas preguntas.
“Pibe Chorro” también fue embarcarse en investigar, enfrentarme para llenarme de información, de conocimiento.
El cine te permite eso: conocer en profundidad a un otro, a lo histórico. Creo que tiene esa potencialidad que se vuelve un conocimiento muy humano, como que sí o sí vas a la materia humana: a poner un actor, a intentar interpretar un estado, a hablar con gente, a salir y filmar en la calle. Tiene que ver con relaciones humanas. Parafraseando a (Pier Paolo) Pasolini que decía que el cine era el único arte que podía hablar realmente de la vida porque utilizaba los mismos signos que la vida, y esa idea me parece fabulosa porque es eso: encontrarse con el otro si o si. En la pre producción, en el rodaje, en la post producción, en la proyección, siempre vas a estar con un otro. Eso me gusta mucho del cine. Creo que es eso, que el cine te permite pensar.
nt: ¿Cómo ves la política del INCAA hoy?
A.T.: Primero, están auditando todos los expedientes y eso implica que se subejecute el presupuesto y eso ya es una política concreta que hace que haya gente que hoy no está laburando en cine. Me parece raro en este contexto que en el cine vaya a haber políticas más progresistas, me parece ilógico, ingenuo pensarlo. Pero todavía no pasa nada, todos los rumores son que el nuevo plan de fomento va a estar buenísimo, pero no hay nada concreto. Creo que también la necesidad de organizarse y de pensar cómo creemos que debería ser las políticas públicas hacia el cine principalmente tiene que ver con empezar a estar alerta. Ojalá que no sea necesario, pero pienso que sería ingenuo que se vaya democratizando el cine, que se van a hacer más Operas Primas, que se va a dar más plata, que el costo medio va a aumentar... me parece ilógico, ¡ya se aumentó la entrada en el Gaumont! El ajuste va a generar que menos gente vaya al cine porque lo cultural es siempre lo último y eso implica que baje el presupuesto al INCAA.
Corresponsal
*
“La Larga noche de Francisco Sanctis”, ficción ópera prima de Andrea Testa y
Francisco Márquez, además de resultar ganadora de cuatro premios en el BAFICI
2016 participó en el Festival de Cannes en abril pasado.
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