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Julio de 1936. España. Se sublevan los generales fascistas Franco, Sanjurjo, Queipo de Llano, Goded, y otros más encabezados por Mola contra el gobierno del Frente Popular de la joven República española. El fascismo se apodera de Sevilla, Algeciras, Granada, Andalucía, Navarra, Oviedo, Zaragoza y Córdoba. Las provincias vascas, Oviedo, Santander, Bilbao, Málaga, Barcelona y Madrid resisten victoriosamente. El golpe de estado fascista ha fracasado. El general Franco declara: “España está salvada”. El presidente de la República, Manuel Azaña, proclama: “La república continúa”. La guerra civil comienza.
La República está desarmada. El 70% de los oficiales del ejército se han pasado del lado de los fascistas, la gran mayoría de las unidades militares anteriores al levantamiento han quedado desarticuladas y muchas otras han sido disueltas por el gobierno por su dudosa fidelidad a la República. La mayoría de los oficiales de la Fuerza Naval estaban comprometidos con el levantamiento fascista, pero los marineros se rebelan y se adueñan de la mayor parte de la flota. Las unidades de superficie republicanas bloquean el estrecho de Gibraltar e impiden que Franco entre a la península con el ejército de Marruecos. La aviación también permanece fiel al gobierno republicano. Franco recibe ayuda de Hitler y Mussolini, quienes ponen a disposición aviones Junker 52 y nueve cazabombarderos italianos para realizar el “puente aéreo” entre Marruecos y la península, además de envíos de material bélico y tropas profesionales.
Del lado de los fascistas se encuentra el cuerpo de élite del ejército de África y el resto de las unidades completamente organizadas y con una cadena de mando unificada. Del lado republicano no hay unidad militar alguna completa u organizada con sus mandos y oficiales, la ausencia de disciplina y de organización hacen estragos y lo único que la República puede oponer frente al ejército regular y profesional del fascismo son columnas de milicianos, improvisadas a la carrera, integradas por unidades sueltas y milicias de diferentes organizaciones obreras. En el plano internacional, Francia e Inglaterra encabezan el “Comité de no Intervención” y ahogan a la República que necesita material bélico para enfrentar al fascismo. Por su lado Hitler y la Italia Fascista ayudan a Franco con todo el material y la tecnología disponible.
Las Brigadas Internacionales
El 18 de septiembre de 1936 el Secretariado de la Internacional Comunista dispone la creación de las Brigadas Internacionales por inspiración de Stalin. Los aspectos de reclutamiento y organización quedan en manos de los dirigentes del Partido Comunista Francés encabezados por André Marty, Secretario General de la Tercera Internacional. Las movilizaciones a favor del reclutamiento para las Brigadas Internacionales se extendieron por toda Europa y por los Estados Unidos encabezados por los partidos comunistas. La sede internacional de reclutamiento se estableció en París bajo la dirección del Comintern y del Partido Comunista de la Unión Soviética. Los primeros brigadistas llegaron a Albacete el 14 de octubre de 1936 y allí se constituyeron las Brigadas XI, XII y XIII compuestas en su mayoría por trabajadores franceses, belgas, italianos y alemanes. Luego se conformarían las Brigadas XIV y XV. Los brigadistas que llegaron a combatir a España eran desde intelectuales hasta trabajadores manuales: sindicalistas, mineros de Europa Central, estibadores y cargadores, excombatientes de la Primera Guerra mundial, médicos, afroamericanos y orientales de los suburbios de Nueva York, universitarios británicos, médicos, escritores, artistas, políticos, trabajadores desempleados y científicos. La mayoría eran comunistas pero también los había sin partido, socialistas, anarquistas y antifascistas en general. Estuvieron entre ellos el pintor mexicano Siqueiros y el dirigente albanés Enver Hoxha. Además numerosos intelectuales adhirieron a la causa de la República como Ernest Hemingway y George Orwell, mencionando la participación destacada de André Malraux que pone a disposición del Ministerio del Aire de la República aviones cazas y bombarderos con sus pilotos y personal técnico.
En nuestro país, con el aporte esencial del Partido Comunista de Argentina y de numerosos luchadores, intelectuales y artistas argentinos se desplegó un poderoso movimiento de solidaridad con la lucha antifascista de la España republicana. Sobre esa base, tras la derrota, nuestra tierra acogió a muchos de los exiliados de guerra.
Dolores Ibárruri, la legendaria Pasionaria, diputada comunista de la República, dirá en la despedida de las Brigadas Internacionales: “En los días más duros de nuestra guerra cuando la capital de la república española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las brigadas internacionales quienes contribuisteis a salvarla, con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio”.
La URSS rompe el cerco
La ayuda militar de la Unión Soviética fue muy importante para el sostenimiento y la capacidad operativa militar del ejército republicano ya que rompió el bloqueo del pacto de no intervención que lo ahogaba en materia de abastecimiento bélico.
El primer cargamento soviético vino a bordo del Neva el 25 de septiembre descargando 2.000 toneladas de alimento en Cartagena. Luego arribó el Kuban con fusiles, ametralladoras y municiones. El 15 de octubre de 1936 el buque de carga Komsomol, de bandera soviética, llegó al puerto de Cartagena con 50 tanques T-26 y asesores militares. Stalin había decidido romper el cerco de abastecimiento militar a la República. Para el 19 el material militar soviético está operativo en Madrid. Además la URSS mandaba aviones caza Polikarpov I-15 llamados “chatos” o “moscas”. En noviembre de ese año 132 aparatos soviéticos les disputaron la superioridad aérea a la Legión Condor nazi en el cielo de Madrid. Desde septiembre a diciembre de 1936 barcos cargueros de la URSS realizaron 23 viajes y otros 10 en barcos de otras nacionalidades proveyendo a las tropas republicanas de material de guerra pesado, armas, municiones, personal técnico y asesores militares.
La URSS envió en total a la República unos 700 aviones y unos 400 tanques, acompañados de unos 2.000 técnicos, pilotos y asesores militares. Asimismo envió combustible, ropa y alimentos, parte de ellos sufragados con donaciones populares. Además 1.699 piezas de artillería, 60 coches blindados, 450.000 fusiles Mosin-Nagant, 20.486 ametralladoras y ametralladoras ligeras DPM y 30.000 toneladas de munición.
La República había escrito en los muros de Madrid cercada, asediada y bombardeada por el fascismo: “No pasarán. Madrid será la tumba del fascismo”. Madrid resistió heroicamente pero los fascistas pasaron. Sin embargo, ese lema se volvería verdad en otra ciudad, también asediada y bombardeada, cinco años después de su caída: Stalingrado.
Roberto Craviotto
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