¡Piqueteros Carajo!

La Unidad Piquetera protagonizó otra jornada nacional de lucha que contó con cortes de ruta, movilizaciones y acampes en las principales ciudades del país. El plan de lucha fue masivo y contundente. Con 48hs de acampe en el centro porteño y demás ciudades, sostenidos a pulmón y solidaridad por los más humildes, puso de manifiesto, en carne y hueso, a las cifras del casi 40% de pobreza que hay en el país.

El ministerio de Desarrollo Social de Nación mantiene una política de no masificación de los planes Potenciar Trabajo frente a la existencia de más de 17 millones de trabajadores pobres que, registrados o no, trabajan muchas horas diarias para llegar a fin de mes. Entre los trabajadores registrados, alrededor del 50% tiene ingresos por debajo de la canasta básica, mientras que al menos 3 millones de personas están inscriptas en el ReNaTEP (Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular), sin olvidar que, en ocasión de la inscripción al IFE se inscribieron 12 millones de personas. 

El acuerdo con el Fondo, sus exigencias y controles, orientan al gobierno a ajustar el “gasto social”, lo que profundiza la pobreza en las barriadas. La política de ajuste del ministerio, cerrando la inscripción a programas de empleo y entregando alimentos cada vez peores en calidad y menos en cantidad, se inscribe en este plan de mantener las cuentas a gusto de la banca internacional.  

En este marco la Unidad Piquetera viene desplegando con ofensiva un plan de lucha que tiene preocupados a los gobernantes. La CUBa-MTR fue parte de esta movida en la 9 de Julio de la CABA y también en varios puntos del interior, como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Chaco, Misiones, Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. En todos estos lugares estuvo presente el reclamo por la libertad de nuestros compañeros Julián Lazarte y Jaru Rodríguez, así como la de Oscar Santillán, presos políticos del FMI.

Zabaleta, un funcionario que no funciona

En el último mes, frente a las acciones llevadas adelante, el gobierno debió aumentar el monto de la tarjeta Alimentar 50% y ofrecer un bono único de $6.000. Medidas insuficientes frente a una inflación anual en alimentos que fue de 80% y un salario mínimo, vital y móvil por debajo de la canasta de indigencia. 

Zabaleta se viene mostrando como un duro frente a los reclamos de los desocupados. Pero su línea de no dar más altas para el Potenciar Trabajo solo se puede sostener a largo plazo sobre la base de sacar al movimiento piquetero de la calle. Ante la magnitud del acampe, probó con las acusaciones propias del caso, “denunciando” motivaciones políticas -como si estuviera mal que los pobres se organicen políticamente- y el trillado “uso” que las organizaciones harían de los compañeros. Haría mejor el ministro viendo cómo funciona eso entre los intendentes del Conurbano, que es de donde viene él.

Zabaleta tiene que lidiar con la lucha piquetera en medio de la interna con los movimientos oficialistas. Los anuncios en dirección a crear un organismo de la economía popular van en sentido de profundizar esa grieta interna, disputándose influencias y recursos. Es en medio de estas dificultades que el ministerio convoca al Frente de Lucha a negociar. Le debe quedar claro a todos que lo único que nos puede sacar de la calle son soluciones a los reclamos.

Se agudizan los ataques, se profundiza la lucha

La presencia del movimiento piquetero en la calle es tal, que se trata de un tema político ineludible. Si en el oficialismo buscan demonizar, en la oposición buscan dar un paso más y llaman a la represión abierta. En casos como los de Jujuy y Misiones esta es la política que se viene aplicando hace ya varios meses. Se quiere apuntar el jefe de gobierno de la CABA, Rodríguez Larreta, que manda a su policía a provocar en las manifestaciones. Eso explica el retén que hicieron antes de que comience el acampe: no pretendían impedirlo, sino mostrarse con iniciativa, que fue lo mismo que los llevó a demorar compañeros del Polo Obrero cuando la actividad ya había finalizado.

Larreta también quiere mostrarse duro en cuanto a los beneficios en sí, y sale a decir que quienes cortan calles no deben cobrar un plan, llegando a la burrada de querer sacarle la AUH a los pibes que “están en los cortes en vez de estar en la escuela”. Tal discurso encontró un apoyo en la conducta miserable de Zabaleta de anunciar la baja del plan de Santillán por haber sido detenido. De todas formas, Larreta sabe que esa línea dura fracasó cuando ellos fueron gobierno.

En JxC hacen cuentas de los votos que pierde por derecha con el desembarco de Milei, que a través de Ramiro Marra impulsa un “movimiento antipiquetero” basado en denuncias de movilizaciones. Además de poner un eje en el debate, esta iniciativa va en sentido de organizar a un sector de la población en contra de otro que está reclamando: sin sobreestimarlo, no debe ser pasado por alto.

El disciplinamiento, el hostigamiento y la represión lisa y llana no son males nuevos para las compañeras y los compañeros de los movimientos de desocupados. Se profundizan los ataques porque la lucha crece, y si bien los de arriba van a tratar de hacer daño, están equivocados si creen que con estas medidas nos van a sacar de la calle.

La voluntad del gobierno de enfrentar esta nueva crisis del capitalismo apoyado en los que la generan (grandes capitales internacionales, especuladores, banqueros y explotadores del mundo entero), lo pone en el camino contrario a resolver las grandes necesidades del pueblo trabajador y en la misma vereda del Juntos (Pro-UCR) y los Milei con sus propuestas represivas. La deriva de la alianza de gobierno, su incapacidad de estabilizar la economía y un movimiento popular que no abandona las calles son un cóctel explosivo. No lograrán sacarnos de la calle, estaremos el doble, ya que a los planes de lucha por alimentos, trabajo y vivienda le sumaremos la pelea para liberar a todos nuestros presos. 

Víctor Pucará