¡Abajo la intentona golpista! Fuera yanquis de Venezuela

Sábado, 16. Febrero 2019
Venezuela

Con el correr de los días, la asonada golpista en Venezuela encuentra mayor aliento en lo inmediato desde el exterior que avances en el plano interno. Asfixia económica y presiones diplomáticas son las vías elegidas por la conjura intervencionista, a la espera de una posible reacción popular ante los padecimientos producidos por el bloqueo o la quiebra del respaldo de las Fuerzas Armadas a Maduro.

Dada la completa dependencia de Venezuela del petróleo, el embargo petrolero que dispuso la administración Trump es la agresión económica más fuerte y que golpea directamente contra el pueblo venezolano.

Por otra parte, el recorrido diplomático reconoce al menos dos caminos. Uno, el del llamado Grupo de Contacto conformado por ocho países de la Unión Europea y cinco de América Latina que reconoce a Juan Guaidó como “presidente encargado” y reclama la realización de elecciones inmediatas. Por otro lado, está el Mecanismo de Montevideo de diálogo propuesto por México, Uruguay, Bolivia y la Comunidad de Países el Caribe (Caricom) que, sin reconocer la autoproclamación de Guaidó propone una solución negociada. 

Ambos grupos expresan el temor ante una intervención militar yanqui y sus consecuencias imprevisibles pero, sin embargo, reconocen de hecho la validez de la intentona golpista. A pesar de ello, Maduro ha expresado su disposición a suscribir e incorporarse plenamente al Mecanismo de Montevideo y rechazó la postura del Grupo de Contacto aunque sin cerrar la puerta del todo. 

“Ayuda humanitaria”, nueva provocación

Con el objetivo de tensar la situación interna, también se manipula con la “ayuda humanitaria”. “Con doble moral, EE.UU. anuncia ‘ayuda humanitaria’ al pueblo de Venezuela después de asfixiar económicamente a ese país hermano con sanciones y confiscaciones abusivas e ilegales”, señaló el presidente de Bolivia, Evo Morales. Para agregar que “EE.UU. destruye el principio del derecho internacional de la ‘ayuda humanitaria’ con acciones golpistas” que aplica contra Venezuela. En un contexto de duros padecimientos populares por la falta de alimentos y medicinas, la sola puesta en práctica de la “ayuda” es causa posible de tensiones y enfrentamientos entre sectores populares, creando un clima propicio para las provocaciones derechistas.

Embargo y asfixia económica

El Departamento del Tesoro estadounidense anunció una serie de sanciones que atacan el nervio principal de la economía del país: “Todas las propiedades e intereses sobre propiedades de PDVSA que estén sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos están bloqueados y las personas (jurídicas o físicas) de Estados Unidos quedan prohibidas en general de realizar transacciones con ellos”. Por una parte, esta disposición apunta a una empresa en particular: Citgo, empresa de propiedad estatal, con la que PDVSA opera en territorio estadounidense. La resolución del Tesoro dispone que Citgo y las demás empresas que importan crudo venezolano pueden seguir haciéndolo, pero los pagos ya no serán hechos a Venezuela, sino a un fideicomiso creado a tal efecto, al que tiene acceso exclusivo el títere Guaidó. Por otro lado, el bloqueo de los activos venezolanos en EE.UU., afecta la provisión de insumos petroleros, sin los cuales la refinación de crudo se hace imposible.

Aproximadamente el 95% de los ingresos del estado venezolano provienen de la producción petrolera. Esta producción, que rondaba los 3 millones de barriles diarios hace diez años, actualmente está reducida a poco más de 1 millón. Sumado a esto, el precio del petróleo también se redujo a la mitad. En ese marco, el 30% de lo producido en Venezuela tiene como destino el mercado estadounidense, a través de Citgo. A su vez, esto representa un 80% del dinero que entra a PDVSA. El flujo de divisas tendrá un corte abrupto a la brevedad. 

Luego de los EE.UU., China e India son los principales importadores del petróleo venezolano, con un 19 y 17% del total. Pero ambos países, al igual que Rusia, son acreedores de la economía caribeña, con lo cual se manejan con un sistema de importación de crudo que no implica la entrada de dinero, sino que cada embarque es tomado como una cancelación de deuda.

Con respecto a Citgo, el 50,1% de la empresa está puesto como garantía de los bonos “PDVSA 2020”, y el restante 49,9% comprometido con la deuda que mantiene con la estatal rusa Rosneft. En caso de litigio, Rusia tendría derecho a reclamar su parte, y quedaría como accionista mayoritario de la filial de PDVSA en EE.UU. Todo un nuevo capítulo en las disputas comerciales que Trump viene poniendo al rojo vivo en todo el mundo. Por el momento, inmediatamente después de publicarse las sanciones, otra petrolera rusa -Lukoil-, congeló los contratos con Venezuela. 

Tanto China como Rusia tienen inversiones petroleras por miles de millones de dólares en el país caribeño, con lo cual es probable que estén negociando garantías de continuidad de sus negocios en paralelo con Maduro y con Guaidó. 

Mientras tanto la deuda externa de Venezuela sigue creciendo y en plena crisis los buitres aprovechan. Si bien la inversión en bonos de PDVSA ha dado grandes pérdidas, la posibilidad de un desenlace favorable al imperialismo yanqui disparó la venta de esos bonos a más del 30%. Entre los mayores ganadores con este salto de los bonos, hay fondos de inversión muy conocidos en Argentina: BlackRock, Fidelity, Allianz y Goldman Sachs. Estos son solo los fondos cuyas ganancias superan los 1.000 millones de euros, según datos de Bloomberg. La apuesta es a que un cambio de gobierno puede al menos duplicar el valor de la deuda, de la que son sus principales tenedores. 

Así también Venezuela es un escenario donde juegan los intereses y disputas entre las potencias imperialistas. EE.UU. que busca recuperar el control pleno de su llamado “patio trasero” y juega de local en la región, frente a China y Rusia que pugnan por desplazarlo.

Del cipayismo de Macri al silencio ruidoso de Cristina Kirchner

Más allá de su alineamiento ideológico, Macri creyó ver en el activismo a favor del golpismo en Venezuela una oportunidad de ocupar los primeros planos en la región y, además, por mero cálculo electoral. Los hechos lo colocaron en el lugar del cipayo ‘lamebotas’ junto al Grupo de Lima.

Cristina Kirchner, a diferencia de otros miembros de su fuerza, optó por el silencio frente a lo sucedido en Venezuela. Una primera razón podría estar en el sinuoso armado electoral donde se incluye a definidos partidarios de Guaidó como Massa, Urtubey o Pichetto. Una segunda razón habrá que buscarla en la conducta conciliadora con el gran capital, con el FMI y con la ofensiva derechista promovida por el imperialismo yanqui en la administración Trump. Mejor curarse en salud ante una futura suerte electoral.

Intervención popular, golpismo y la suerte de Maduro

La situación del pueblo venezolano es difícil económicamente. Los logros materiales y sociales durante el chavismo fueron importantes mientras que el gobierno de Maduro no los mejoró, al contrario. Eso envalentonó a la derecha golpista que se montó en el descontento popular. 

Ahora está en marcha una nueva intentona golpista, fogoneada con fuerza por el imperialismo yanqui, dispuestos a hacer tabla rasa con la autodeterminación del pueblo y la nación venezolanos. Hoy se impone poner en pie de lucha a los trabajadores y el pueblo venezolanos para ajustar cuentas con las fuerzas del golpismo.  

En Argentina, la tarea es ganar las calles contra el golpismo y la intervención militar yanqui en Venezuela y en solidaridad con sus trabajadores y su pueblo. 


Ramiro Casas

Publicado en: 
Sábado, Febrero 16, 2019 - 00:30

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