¿De qué se TRATA?

Viernes, 12. Agosto 2016

El 30 de julio pasado fue el Día internacional contra la trata de personas. La fecha es una excusa para posar la mirada sobre un problema que lejos de desaparecer, se profundiza en los momentos de crisis: a mayor ajuste, mayor riesgo de que niñas y mujeres caigan en las redes de tráfico.  

La trata de personas consiste en la captación por diversas vías, entre ellas el engaño y el secuestro, con diversos fines, entre ellos la explotación laboral y sexual.

En la trata con fines de explotación sexual son las mujeres, niñas, niños y trans la población afectada. Este hecho responde principalmente al lugar asimétrico que ocupan las mujeres en esta sociedad, que las deja a merced de ser utilizadas cual objetos que se pueden comerciar libremente. Esto se conjuga con la extrema vulnerabilidad propia de los sectores populares: la falta de trabajo y oportunidades facilita que las mujeres y niñas de estos sectores sean sometidas a través de falsas promesas laborales.

Al analizar esta problemática uno de las primeras dificultades que se presenta es la falta de estadística sobre la cantidad de víctimas. Hacia el 2013 un informe publicado por el Ministerio Público Fiscal junto a asociaciones civiles revelaba que 3231 mujeres habían desaparecido desde 1990 al 2013. En ese mismo informe marcaban que el grupo etario que concentraba el mayor número de desapariciones era el que comprendía desde los 12 a 18 años. Han pasado dos años de esta estadística y aún no se ha actualizado. El único dato son las denuncias, pero cabe aclarar que no en todos los casos esta se presenta. Otro informe realizado en 2012 por La Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE) partía de la misma falencia, por lo que además de los casos judicializados tomaba como fuentes los casos que tuvieron aparición en los medios nacionales.  En la página del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos las estadísticas hacen hincapié en las victimas rescatadas y en las denuncias recibidas en la línea 145, pero no aportan un dato sobre la cantidad de  mujeres, niñas, niños y trans desaparecidas/os, cuya desaparición se presuma ligada a la explotación sexual a la fecha.

El informe de UFASE resulta interesante para analizar las edades de las secuestradas, los lugares de origen y destino y la participación directa de funcionarios de los distintos gobiernos como así también de fuerzas de seguridad, donde la policía tiene un rol protagónico.

En cuanto al modus operandi de estos grupos se resaltan los engaños y en segundo lugar los secuestros. En general, se le promete a la víctima un trabajo con buenas condiciones, pero que requiere su traslado a otra provincia o país. Una vez allí se le retienen los documentos y se le empieza a facturar una deuda que incluye los pasajes, la comida y la estadía en el lugar, y para pagarla se la obliga a prostituirse. La persona en la mayoría de los casos es un captador que entra en relación con la víctima especialmente para llevar a cabo la captación.

En cuanto a las edades de  las víctimas, oscilan entre los 13 a 30 años.  El 27 % de los casos analizados por la UFASE correspondían a victimas menores de edad. En nuestro país la principal ruta es Argentina-Paraguay, donde se resalta Buenos Aires como centro de explotación y donde Mar del Plata encabeza el oscuro ranking. Si bien también se conocen casos donde las mujeres son trasladadas al exterior (España, México), la mayoría se da en la ruta anteriormente mencionada.

La trata no es un negocio de unos pocos, aislado y tapado. Cuenta con el encubrimiento y la responsabilidad de los diferentes gobiernos y de las fuerzas de seguridad. En muchos casos la presencia de policías en los prostíbulos constituye una forma más de sometimiento de las víctimas. Los funcionarios no están exentos de esto. Se pueden mencionar los casos de Carlos Villalba, el intendente de Salvador Mazza, detenido en el año 2013 en un prostíbulo y el de Ignacio Palazuelos, director ejecutivo del Comité de Prevención y Seguridad Deportiva de la Ciudad de Buenos Aires, que actuaba a su vez como abogado de Linnon SA, la empresa que explotaba un prostíbulo en Recoleta lindero a la sede de la Comuna 2. Lamentablemente no son los únicos, pero sí algunos de los pocos que han tenido trascendencia mediática.

Los nuevos aires de gobierno no representan un avance en el fin de esta problemática. El PRO ha demostrado tener en la Ciudad una política de protección hacia los prostíbulos con varios funcionarios involucrados con proxenetas, y un presupuesto ínfimo para los dispositivos que trabajan el tema. Por esto la pelea por el desmantelamiento de las redes de trata, por la aparición con vida de las secuestradas, por el castigo a los responsables políticos y materiales y por mayor presupuesto, depende de la organización de todos los sectores que venimos peleando contra este flagelo: sólo así lograremos rescatar a las víctimas de este negocio inhumano que es la trata.

Sofía Saenz

Publicado en: 
Viernes, Agosto 12, 2016 - 17:45

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