Todo es ilusión, menos el poder

Jueves, 13. Noviembre 2025

La revolución del 25 de octubre de 1917 (7 de noviembre según nuestro calendario) conmovió al mundo entero y marcó un antes y un después en la lucha de clases a nivel mundial. Ni explotadores ni explotados fueron los mismos después de ese hito en la Historia.

Por vez primera los obreros tomaban en sus manos el poder y empezaban con ello la experiencia de la construcción de una nueva sociedad. Los peros que vinieron después, los errores y aciertos, serán el alimento de debates infinitos; no así la cuestión del poder. Y este no es un tema menor: la perspectiva de todas las luchas del proletariado de allí en adelante cambió por completo. Ya no solo el proletariado sino también la intelectualidad pequeñoburguesa comenzaba a mirar con buenos ojos los procesos revolucionarios que inundaban el globo. La clase obrera se erguía como cabeza y columna vertebral del conjunto de las clases y las capas oprimidas, siendo destacada su alianza con el campesinado en los países semicoloniales. Brotaban por doquier organizaciones de todo tipo unidas por la vocación de poder, por la determinación de terminar con la opresión burguesa por la vía revolucionaria.

Hay preguntas que nos interpelan hoy a los marxistas leninistas del mundo: ¿para qué estamos? ¿Para acompañar las luchas, para agitar ideas o consignas, para luchar por leyes más justas y condiciones de vida mejores? ¿O para terminar de una vez con el régimen de opresión burgués? Sin caer, claro está, en menospreciar la actividad de agitación, el acompañamiento de las luchas, ni en la vieja chicana de que “para los revolucionarios cuanto peor, mejor”.

El problema del poder “no es coser y cantar”, decía Mao. Los sucesos de un mundo en crisis, con sus guerras, rebeliones y proyectos fascistoides, así lo confirman. Los reaccionarios del mundo tienen bien claro su proyecto, y cuando la institucionalidad que ellos mismos promueven pasa a ser un obstáculo, no tienen problema en echar mano de la violencia. La lucha revolucionaria por el poder en el presente siglo se apoyará en las experiencias históricas que supieron saldar el problema de la violencia de clase como paso ineludible para la construcción de la nueva sociedad.

La declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado

Redactada por Lenin, fue promulgada poco después del triunfo de la Revolución. Fue ratificada el 12 de enero por el III Congreso de los soviets de toda Rusia. Estos son algunos de sus pasajes más salientes.

Capítulo 1. Rusia es declarada república de los Sóviets de diputados obreros, soldados y campesinos; a la que pertenece todo el poder central y el poder en las localidades.

Capítulo 2. Proponiéndose como objeto esencial la abolición de toda explotación del hombre por el hombre, el aniquilamiento total de la división de la sociedad en clases, el aplastamiento sin piedad de los explotadores, el establecimiento de la organización socialista de la sociedad y el triunfo del socialismo en todos los estados, el III Congreso de los Sóviets de Diputados obreros, soldados y campesinos de Rusia decreta:

a.- Con el fin de realizar la socialización de la tierra, queda anulada la propiedad individual de la tierra y todas las propiedades rústicas son declaradas de dominio público y transferidas sin indemnización a las masas trabajadoras, sobre la base de igual usufructo de la tierra.

b.- Todas las aguas y bosques, suelo y subsuelo, que ofrezcan interés público, así como el material y las herramientas, el ganado, las granjas modelos y las explotaciones agrícolas, son declarados bienes públicos.

c.- Con el objeto de asegurar el poder de los trabajadores sobre los explotadores quedan ratificadas las leyes de inspección obrera y la Ley del Consejo Superior de la Economía Nacional, como primeros pasos hacia la transferencia de las fábricas, las industrias, minas y ferrocarriles y otros medios de la producción y el transporte, en plena propiedad, a la República obrera y campesina de los Soviets.

d.- El III Congreso de todos los soviets de Rusia considera ley la anulación de préstamos negociados por los gobiernos del zar, de los propietarios y de la burguesía, como el primer golpe dado al capitalismo financiero internacional y expresa la esperanza de que el poder de los sóviets avanzará resueltamente en este camino hasta la victoria completa de la revolución obrera internacional contra el yugo del capital.

e.- El congreso ratifica la nacionalización de los bancos en provecho del gobierno obrero y campesino como una de las condiciones de la liberación de las masas del yugo del capital.

f-. Con el objeto de destruir todas las clases parásitas de la sociedad y para organizar el régimen económico, ha sido instituido el trabajo obligatorio para todos.

g.- Al fin de garantizar la plenitud del poder a favor de las masas trabajadoras y de eliminar toda posibilidad de restablecimiento del poder de los explotadores, el Congreso decreta el armamento de los trabajadores, la formación del Ejército Rojo socialista de los obreros y los campesinos y el desarme completo de las clases poseedoras.

Los tres primeros decretos del poder soviético

Los primeros tres decretos de la revolución reflejaban los anhelos por los cuales las masas obreras habían luchado desde febrero y que habían visto la claudicación del gobierno provisional frente a los compromisos que había asumido frente al pueblo.

El Decreto sobre la paz proponía, en nombre del gobierno obrero y campesino, a todos los pueblos y gobiernos beligerantes el comienzo de negociaciones dirigidas a obtener una paz justa y democrática sin anexiones ni indemnizaciones. Particularmente llamaba a los obreros conscientes de Francia, Inglaterra y Alemania a que ayudaran a poner fin a la guerra imperialista. En febrero de 1918 comenzaron las negociaciones de paz con Alemania. Luego de los errores de Trotsky como Comisario de Asuntos Exteriores, que rechazó tanto la postura de Lenin de firmar la paz a cualquier costo, los alemanes retomaron su avance. La paz finalmente se firmó en marzo de 1918 perdiendo Ucrania y otras grandes extensiones de territorio.

El Decreto sobre la tierra planteaba la supresión, de manera inmediata y sin indemnización, de la gran propiedad terrateniente. Solo la tierra de los simples campesinos y los cosacos quedó libre de confiscación. La propiedad privada de la tierra quedó abolida a perpetuidad. Se concedió el derecho a cultivar la tierra a todos los ciudadanos del estado ruso sin distinción de sexo que desearan trabajarla para ellos mismos. La compra, venta y arrendamiento quedaron prohibidos, así como el empleo de trabajo asalariado. Estas medidas favorecían al pequeño campesino independiente que cultivaba su parcela de tierra con su propio trabajo y el de su familia para cubrir sus propias necesidades. Este decreto retomaba las propuestas de los socialistas revolucionarios que tenían mucha influencia sobre los campesinos.

El decreto sobre el Soviet de Comisarios del Pueblo creó a ese organismo como gobierno provisional obrero y campesino del país, bajo la autoridad del Congreso de los Soviets de toda Rusia y de su Comité Ejecutivo hasta la realización de la Asamblea Constituyente. Los 16 miembros que ocuparon los cargos eran bolcheviques. De entre ello se destacan Lenin, quien fue el presidente, Lunacharski el Comisario de Educación, Trotsky el Comisario de Asuntos Exteriores, Rykov el Comisario de Asuntos Internos, Stalin el Comisario de las nacionalidades, Kollontai la Comisaria de Bienestar Social, siendo la primera mujer en la historia mundial ministra de gobierno. El Soviet de Comisarios tenía plenos poderes para sancionar todo tipo de decretos y normas de gobierno en el período que mediaba entre dos Congresos y sus decretos eran ratificados o rectificados por el próximo congreso.

De esta forma, los bolcheviques ponían los cimientos para la edificación del poder de la clase obrera, piedra angular de la construcción del socialismo y de la victoria militar sobre los reaccionarios internos y externos. 

Pasaron 108 años y mucha agua debajo del puente. Ello no borra que la Revolución Rusa sigue siendo un faro que ilumina a la Humanidad trabajadora en su larga marcha por un mundo sin explotación ni opresión. 

Facundo Palacios

Jueves, Noviembre 13, 2025 - 20:00

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