Volcar la Universidad a las calles

La ofensiva del gobierno sobre el sector universitario no frena. Golpea por distintos lugares y sin dar tregua. Da golpes en el presupuesto como fue a principio de año para el funcionamiento. En lo que va del año siguió golpeando a los trabajadores de la universidad en cada una de las paritarias donde acordó de forma unilateral, provocando una pérdida de más del 50% en los salarios. Para no quedarse corto, da constantes golpes simbólicos a la ciencia y a la docencia universitaria, al punto que en la conferencia que dio el jueves 5 de septiembre catalogó a los científicos de casta. Ya había quedado claro que los visualiza de esa forma porque el ajuste se lo aplicó a las universidades y al CONICET, como a los jubilados que parecen ser también parte de la casta que decía iba a destruir. 

Denunciábamos en el no transar anterior el intento de intervención de la Universidad de las Madres. Esta se concretó en agosto con el nombramiento de in interventor que dispuso el ingreso de la policía al edificio y la ocupación concreta del lugar. El repudio fue generalizado y algunos trabajadores se resistieron a salir. 

Mientras tanto los salarios de docentes universitarios no dejan de perder poder adquisitivo, y ya son más del 50% los docentes que están bajo la línea de pobreza. Esto llevó a un comienzo de cuatrimestre con distintas jornadas de paro y visualización de la situación. Mientras los docentes tratan de unirse a los estudiantes y no docentes para golpear de conjunto, por arriba el CIN y la CONADU tratan de acordar una fecha para una marcha federal. Por ahora vienen dando poco lugar a las bases para construir  la agenda de lucha, pero no hay que despreciar lo volátil de la situación y lo frágil de la crisis, donde la bronca se acumula y se empieza a ver estudiantes participando cada vez en más numero de las actividades de lucha.

No hay que perder de vista que el radicalismo está en una negociación con el gobierno a su vez de que les cuesta la unificación por dentro de su partido, que por momentos juega a ser oposición y en otros son grandes defensores del presidente. Hay que aprovechar estas divisiones para meter la cuña y terminar de impulsar que se rompa, para no quedar a la cola de su interna. Esto va de la mano de incrementar la lucha y golpear al gobierno, lo cual tiene que superar la cuestión salarial.

En este marco de ofensiva del gobierno sobre las universidades, salió la media sanción en Diputados para el presupuesto universitario; el jueves 5 se iba a dar la votación en Senadores pero a último momento se pospuso la sesión. Quedó para la semana siguiente, coincidiendo con los debates por el financiamiento de la SIDE y la boleta única. Con lo cual la rosca está sobre la mesa. Va a ser clave que las universidades se movilicen para meter presión fuera del Congreso.

Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el texto en cuestión establece una recomposición de los salarios del personal docente y no docente desde el 1 de diciembre de 2023 y hasta que se sancione la ley, y estima para “el ejercicio vigente un impacto presupuestario de $738.595 millones, equivalentes a 0,14% del PBI”. Estamos hablando de una verdadera migaja.

Así y todo, sería un avance que salga favorable la votación, pero el presidente adelanto que lo va a vetar, como vetó el mísero aumento de los jubilados. Por ahora eso es lo que dice, veremos si puede sostenerlo ante las universidades en la calle. El trabajo de los docentes los no docentes y los estudiantes sobre todo va a estar en garantizar una movilización masiva, a la altura de la de abril, y tal vez con un horizonte un poco más claro de que así ningún trabajador va a seguir. Construyendo la confluencia más amplia posible en defensa de la universidad, la ciencia y la educación pública, sin dejar de pelear porque sean los sectores combativos los que dirijan esa unidad, que en manos de los rectores y las burocracias -tanto sindicales como estudiantiles- va a un camino de rosca e intercambio de favores.

La forma de garantizar una universidad pública con salarios decentes para sus trabajadores es que Milei se vaya.

Alexander Kan