El otro Alberdi, contra contrabandistas y falsificadores

Martes, 2. Julio 2024

Los liberales y el liberalismo ocuparon un importante y destacado espacio en nuestra Historia en el siglo XIX. Fueron ellos, los patriotas y sus logias imbuidos de los ideales liberales, los que imprimieron la impronta revolucionaria al movimiento independentista de la América. Y fue Alberdi un intelectual destacado de ese pensamiento.

Libertad, igualdad y fraternidad

Sucede en todos los tiempos: el pensamiento revolucionario capaz de discontinuar una época e iniciar un tiempo de cambios, no suele ser el pensamiento de las mayorías. Es la minoría, vanguardia del pensamiento y la acción revolucionaria a la que le ocupa la tarea de instalar en la sociedad el cambio y lograr de esta el acompañamiento en el logro de la ansiada revolución. Así sucedió en la heroica gesta de Mayo, de la que Alberdi en 1837 se declaró su continuador, al igual que hoy lo hacemos nosotros. Dicha gesta no parió bien. La Revolución iniciada en 1810 recién pudo declarar la Independencia de una nueva nación en esta parte del continente americano en 1816 (en 1815 el Protector de los Pueblos Libres, Don Gervasio José de Artigas lo había hecho en el Arroyo de la China vecina a La Banda Oriental). Y pudo definir provisoriamente Constitución y forma de gobierno en 1853, a impulso de las ideas de Alberdi y los federales progresistas manifiestas en el Acuerdo de San Nicolas, liderando el interior del país, luego de la derrota del centralismo portuario en 1852. 

Las dificultades e impedimentos que se manifestaron desde el comienzo de la gesta revolucionaria se han prolongado a lo largo de nuestra Historia. Podemos decir que revolución y contra revolución han coexistido desde el principio, prevaleciendo esta última, y es sin dudas ahí el origen del largo desencuentro que se prolonga hasta nuestros días, impidiéndonos la independencia que garantice el ejercicio de nuestra libre soberanía. En la mayoría que quería desvincularse de España en Mayo de 1810, no todos eran revolucionarios dispuestos a arriesgarse en la aventura de construir una nueva y pujante nación. Era conocida en el mundo la existencia de los numerosos contrabandistas del Rio de la Plata, dedicados a birlar los controles de aduana en el puerto de Buenos Aires y a lo que aspiraban era sacarse de encima los dichos controles impuestos por el monopolio de la Corona española y refugiarse en el “libre comercio” que ofrecía Inglaterra. Al igual que hoy siempre están los que eligen quién los trate mejor dentro de la dependencia, renunciando siempre a forjar un futuro que nos sea propio. Y es en 1860 que la Constitución sufre un cambio en su esencia, a impulso de los citados contrabandistas que, refugiados en el ideal liberal, aunque con impronta de formas conservadoras y regresivas que impiden el desarrollo de una nación independiente como era el propósito de los revolucionarios, van de ahí en más a falsear los propósitos de Alberdi y los federales progresistas, falsificando así un ideario y también la historia. 

Será este próximo 9 de Julio fecha de homenaje a la Declaración de la Independencia, en Tucumán, donde los argentinos que queremos patria, sufriremos el más humillante agravio por parte de estos neoconservadores, herederos de aquellos contrabandistas y falsificadores de la Historia, que se reunirán a rubricar el más vergonzoso pacto de entrega de nuestros recursos y soberanía al poder de las multinacionales y el capital extranjero en nombre de la libertad, haciendo olvido de la igualdad y la fraternidad, principios tan presentes en el pensamiento de Juan Bautista Alberdi. 

Diego Quintero

Martes, Julio 2, 2024 - 09:15

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