Liberación o dependencia

La gran burguesía argentina ha mostrado su enorme fracaso en la construcción de una nación y un Estado capaz de dar garantía a los derechos elementales y a las condiciones de vida digna a su población: la casi mitad de la misma debajo de la línea de pobreza y el avasallamiento de derechos consagrados en la Constitución, son muestra elocuente de este fracaso.

Sus dos principales expresiones políticas, el peronismo (FdT) y el radicalismo (JxC), carecen de proyecto político viable capaz de superar la crisis, recurrente y permanente de casi un siglo, producto de la ausencia de un desarrollo sostenido en la matriz productiva. Es el resultado de la dependencia, timoneada y lograda por esta gran burguesía monopólica, la que abandonó tempranamente en la Historia la idea de un desarrollo independiente, para montarse en la aceptación y asociación a los capitales imperialistas y su consecuencia de saqueo.

Alguna vez, allá lejos y hace tiempo, esta burguesía y sus partidos, en el tironeo negociador de defensa de sus intereses, supo levantar promesas y banderas de soberanía, desarrollo económico independiente y respeto a los derechos democráticos de la población. Fue en ese marco que se establecieron sólidos vínculos y estrecha alianza de los sectores populares, los trabajadores y esos partidos.

Cada una de esas expresiones políticas, radicalismo y peronismo, a su modo y a su tiempo no dudaron en quebrar esa alianza para dar satisfacción a las permanentes demandas de sus socios de turno, imperialismos, monopolios y capital financiero internacional.

La crisis de 2001 sorprendió amenazante al grito de un pueblo que reclamó "que se vayan todos" y en la desesperada búsqueda de salidas, el efímero gobierno de Rodríguez Saá declaró la moratoria unilateral de la deuda externa y recibió a Madres de Plaza de Mayo. La aparición de los Kirchner en el escenario nacional, que estuvieron borrados de la resistencia y la lucha contra la dictadura ocupados en la construcción de su patrimonio, reivindicaron a la heroica generación revolucionaria de la década del 70 en demagógica actuación, legitimando de esta manera un gobierno de pocos votos y seduciendo a importantes sectores de la juventud que no sabía de sus agachadas e inconsecuencias. La correcta medida suspender el pago de la deuda externa fue neutralizada por los Kirchner al proceder a su pago, a pesar del fallo de la Justicia que ordenaba la investigación de la misma. Se erigieron así en "pagadores seriales", allanando de esta manera el camino a Macri para la concreción de la megaestafa que tenemos por delante.

Carentes de un proyecto liberador, vacíos intelectualmente, les resulta imposible impulsar nuevas ideas. Y en la desesperada búsqueda en el pasado, sólo se animan a rescatar la consigna "Luche y Vuelve", siendo difícil de entender cómo alguien puede volver, si no se ha ido...

Sin ninguna duda la consigna más apropiada al tiempo y circunstancia que vivimos debiera ser "Liberación o Dependencia". Esta consigna conlleva un compromiso que ésta gran burguesía parasitaria no puede asumir.

Hoy cuando el grito "que se vayan todos que no quede ni uno sólo" se vuelve a hacer presente, sin dudas el desafío para todos los que sufrimos el agobio de la opresión que impone la dependencia, es lograr hacer efectivo este anhelo. La lucha del pueblo trabajador, en base a un programa antimonopólico, antiimperialista, patriótico y popular, es la que nos da la doble posibilidad de que a la par que logremos ponerles una zapatería en los traseros, vayamos construyendo la herramienta política que asegure de una vez y para siempre la independencia de la patria y la expropiación del capital monopólico, única manera de poder construir un futuro para todos, un futuro socialista.

Diego Quintero