XVIII Seminario Internacional en Ecuador

Jueves, 11. Septiembre 2014

Desde el lunes 28 de julio al 1° de agosto pasados se desarrolló en la ciudad de Quito, Ecuador, el XVIII Seminario Internacional “Problemas de la Revolución en América Latina”, bajo el lema “El Actual escenario internacional y las tareas de los revolucionarios”.
El mismo tuvo como propósito analizar la situación internacional, la del movimiento social y entender cómo la izquierda revolucionaria internacional puede avanzar, enriqueciéndose al compartir las experiencias de las distintas organizaciones presentes en el cónclave.
El evento contó con la participación de 28 organizaciones de 15 países y por el seminario se estima pasaron alrededor de 1500 personas. Entendemos que ha sido de suma importancia la exposición e informes de cada país, el debate y los acuerdos alcanzados que abonan en dirección a una coordinación mayor de los revolucionarios para las enormes tareas que los pueblos y los trabajadores tienen por delante en el marco de actual situación.

Si bien la mayoría de las organizaciones provienen de América Latina y el Caribe, es de destacar la presencia de algunas europeas y asiáticas, entre ellas el Partido Comunista Filipino y el Frente Democrático de Filipinas, y el Partido Marxista Leninista Alemán (MLPD). El primero de ellos es figura principal en la ILPS (liga internacional por la lucha de los pueblos), organización que agrupa a un importante conglomerado de sindicatos, asociaciones, frentes de masas, etc, principalmente de Asia y África. Un caso similar al del MLPD, quien lidera la ICOR (Coordinación internacional de Organizaciones Revolucionarias), una plataforma de trabajo y coordinación de fuerzas políticas con presencia en Europa y África centralmente.
Abordamos el Seminario con la idea de que nos encontramos ante una situación de crisis muy particular y extrema, en la cual se combinan tanto las manifestaciones económicas como las políticas signadas por la recesión mundial, el cuestionamiento a las viejas hegemonías y las luchas profundas de las masas que no están dispuestas a pagar nuevamente las crisis. En donde es posible advertir la posibilidad de que las grandes contradicciones entre las potencias imperialistas y de ellas con los pueblos se escalen en dirección a mayores confrontaciones que sobrepasen el nivel de conflictos regionales o de guerras económicas.

A continuación extractamos párrafos de nuestra ponencia ante el Seminario:

En consecuencia, tanto la tendencia a la guerra interimperialista -primero como puntos conflictivos nodales, regionales y de alianzas tácticas, en dirección a la conformación de bloques estratégicos- junto con la posibilidad de avances en nuevas oleadas de revoluciones triunfantes -en países con procesos de cambio radical en marcha pero también en países de alto desarrollo capitalista a la manera de guerra civil- pueden coexistir y desarrollarse. El resultado táctico y estratégico de tales contradicciones dependerá sin lugar a dudas, de la irrupción y maduración de esa nueva vanguardia que hoy empuja a los pueblos en dirección a sepultar a los gobiernos y al imperialismo para avanzar hacia la revolución y el Socialismo.
Advertimos sobre los pasos acelerados hacia una escalada de los conflictos en el marco de la configuración de nuevos bloques; que en la actualidad se pueden apreciar en Medio Oriente, en el mar Negro, pero que pueden estallar con crudeza en la zona del Mar de la China. Y cuyo duelo por la hegemonía mundial tiene su correlato en América Latina. En las últimas dos décadas se incrementó la influencia de China en Latinoamérica. Los yanquis despliegan su muro de contención con la versión zonal de la Alianza Transpacífico, con acuerdos de libre comercio y otros tratados con distintos países para contrarrestar la influencia china y sobre todo impedir que estos abran un corredor bioceánico que conecte a sus puertos y su zona de influencia directo en América del sur.
En tal sentido los acuerdos BRICS-UNASUR, configuran nuevas variantes de la dependencia monopólica. El conjunto de países liderados por China y Rusia está teniendo un renovado protagonismo, aunque lo cierto es que en principio esto no hubiera sido posible si no mediara en el resto de las potencias imperialistas una tremenda crisis y es su debilitamiento lo que hace posible estas nuevas asociaciones. Más allá de la valoración acerca del carácter pacífico y progresivo que le quieran dar al nuevo marco de alianzas, parece más bien un armado a la medida de las necesidades económicas y geopolíticas de China y Rusia, en el cual sus socios titulares menores van a “ligar algo” que los alivie de la presión de sus economías estancadas y en donde los distintos gobiernos que están adhiriendo al plan, recibirán un dinero interesante que les dará cierto aire por un tiempo para amortiguar los problemas no resueltos de las economías capitalistas dependientes. Una nueva situación, con actores de peso -dispuestos a liderar la oposición a las recetas del FMI, BM como cárteles de préstamo al servicio de EEUU y la UE- que apuestan fuerte: la creación de un fondo de reserva anticíclico y un banco para el desarrollo con un capital inicial cercano a los U$ 100 mil millones, inversiones, acuerdos y obras multimillonarias en infraestructura, energía, transporte, etc. El audaz movimiento aspira a establecer una influencia económica-política definitiva en la región en donde chinos y rusos se combinan y complementan desplegando su fuerza.
Todo parece indicar que la bienvenida a los capitales y obras chinos y rusos, en la medida que hacen viables los aspectos centrales de sus objetivos, supone también mayor reprimarización y condicionamientos de las economías locales.
Los casos de Venezuela, Ucrania y el Medio Oriente con sus adyacencias, son preanuncios de una escalada que por momentos tensan las contradicciones generales. Si bien no hay un cambio en la contradicción principal que enfrenta a los pueblos y naciones del mundo contra el imperialismo -fundamentalmente yanqui- se acrecientan a su vez los roces interimperialistas en la medida que Moscú salió a marcar con mayor énfasis cuál es su zona de influencia y hasta dónde llega su tolerancia frente a los intentos de yanquis y europeos por afianzar su penetración en toda la zona conexa a Rusia. Igualmente, nos interesa saber si al desarrollo de una política más agresiva del imperialismo, se le corresponderá una intervención de la vanguardia y el pueblo similar en la búsqueda de una intervención más popular e independiente.
Respecto de Venezuela, quedó claro que una vez desaparecido Chávez la derecha vernácula con apoyo de EEUU intentaría recuperar las posiciones perdidas. El carisma y la garra del fallecido presidente en su denuncia antiimperialista y también en su acción, disimulaban mejor los límites del proyecto reformista que expresaba. Su reemplazo por un gobierno emergente más debilitado trata de ser aprovechado por la derecha para socavar sus bases y retomar el poder, por fuera o por dentro de los tiempos constitucionales. En tal sentido, hay una derecha recalcitrante y también minoritaria que va por la revancha inmediata y está la otra más moderada encabezada por Capriles que busca el consenso de masas e inspirar confiabilidad en los gobiernos de los países que componen Unasur. De mantenerse esa conflictividad callejera y aplicar el gobierno medidas ajustadoras existen posibilidades también de que se abran conatos de guerra civil. El PRML recuerda la caracterización del llamado socialismo siglo XXI (sin revolución y nuevo poder encabezada por el proletariado no hay socialismo) sin negar el carácter profundo antiimperialista y democrático del chavismo. Al mismo tiempo que somos consecuentes con dicha caracterización repudiamos el golpismo y destacamos nuestro firme apoyo a la lucha del pueblo venezolano frente a tanto oportunismo reinante.
Debemos destacar que en al calor de esta situación comienzan a desarrollarse distintos casos de intervención popular independiente , en dirección a terciar frente a las pujas interimperialistas o a las limitaciones de los gobiernos burgueses, que son y serán parte importante de las confrontaciones en curso. En el caso de las llamadas primaveras árabes, más allá de claros retrocesos, lo que emerge son posiciones superadoras y más combativas, como la resistencia a la dictadura egipcia y la rebelión popular palestina camino a una nueva intifada, que no tardarán en irrumpir con éxito en un escenario más candente. En la crisis ucraniana, se perfila un nuevo actor detrás del cruce entre los cruzados occidentales y de la “amiga Rusia recargada”. Ha emergido en el este -en principio- el propio pueblo armado y organizado, que lejos de ponerse al servicio de uno u otro bando en disputa, pretende ser una avanzada contra el fascismo en dirección a formas incipientes de poder democrático-popular, con visión y fuerza propia, contra todo ajuste e injerencia. La importancia de esta irrupción radica en que en estas circunstancias -en donde aún no se desencadena una guerra abierta y en la cual lo correcto es encabezar principalmente la lucha por la paz- los revolucionarios podemos y debemos intervenir, buscando desarrollar la táctica de trabar el desarrollo de la guerra, desencadenando insurrecciones populares desde posiciones de avanzada. En Venezuela, más allá de las tareas de solidaridad y resistencia a las maniobra e intentos de desestabilización de la reacción, la situación, más temprano que tarde, abrirá la posibilidad de avance de posiciones radicalizadas en ambos bandos, en las que seguramente los destacamentos revolucionarios más afines al marxismo leninismo harán su firme intervención junto a las masas, que buscan una salida radical a las sucesivas crisis que no se resuelven.
Sostenemos, sin vicios oportunistas ni infantilismo:
-El imperialismo y el capitalismo no caerán por su propio peso sino por la intrépida intervención insurreccional u otras formas de lucha similares del proletariado y los pueblos, bajo la conducción de fuerzas revolucionarias marxista leninistas, factor subjetivo aún retrasado pero que mejora día a día, y al que los factores objetivos le crean un marco favorable para atreverse a pegar un salto.
-Tampoco es cierto que el capitalismo y el imperialismo se derrumbará todo al mismo tiempo, sino que habrá que encontrar sus eslabones más débiles para conquistar la victoria en algún o algunos países, para avanzar hacia un cambio de las correlaciones de fuerza.
-Hay que aprovechar el espacio que aún tenemos respecto a la posibilidad de una nueva guerra mundial que hoy todavía no es tan inmediata, porque si así fuera tendríamos que levantar como consigna principal la lucha por la “Paz Mundial”; mientras tanto seguimos estimulando y organizando como cuestión central la rebelión de los pueblos contra el imperialismo y el capitalismo, la insurrección obrera y popular, así como las justas guerras de liberación nacional contra toda intervención extranjera y en particular las impulsadas por EEUU, la OTAN y el estado terrorista de Israel.
-Por último, impulsamos la reunificación de las fuerzas revolucionarias y partidos marxistas leninistas del mundo entero, en particular los de América Latina. Lo hacemos para desarrollar un debate político, teórico y práctico en cuanto a las ideas fundamentalmente de corte oportunista, revisionista y trotskista, pero también para ayudar a nuestro desarrollo, en particular en el proletariado y la clase trabajadora, la juventud y los pobres del campo, para colocarnos en la cresta de la ola de esta era de grandes confrontaciones, rebeliones e insurrecciones todavía espontáneas, pero que pueden abrir la lucha por el poder en uno o varios de los eslabones débiles de un régimen que agoniza.”

Pascual Ernesto Duarte

Publicado en: 
Martes, Septiembre 9, 2014 - 18:00

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