Sobre la renta de la tierra

Sábado, 14. Noviembre 2015

El ascenso del kirchnerismo al poder político en el año 2003 no significó, contrariamente a la visión ideológica que intentan imponer, una ruptura en materia de economía política. En este ciclo económico (2003-2008) se desarrolló una fase excepcional de apropiación de la extraordinaria renta de la tierra por parte del capital extranjero y de la gran burguesía nativa asociada. A su vez, el kirchnerismo que controlaba el aparato estatal y percibía las retenciones a los exportadores mantenía un nivel de acumulación del capital favorable a los sectores por ellos representados.
Los cambios tecnológicos que van a desarrollarse en la época de los ’90 en la producción agraria tienen un impacto decisivo en lo que sucederá en los años posteriores. El cambio desde una estructura productiva que asignaba el uso de la tierra entre dos variantes: agro tradicional (trigo, maíz, sorgo, lino, etc.) y ganadería en un esquema de rotación plurianual, a la tecnificación capitalista moderna con un uso intensivo de tecnología. El modelo productivo que da cuenta de dos tercios de la producción agraria nacional está basado en tres conceptos básicos: 1. Quien desarrolla actividades productivas agrícolas no posee necesariamente la tierra (terrateniente), son las empresas que coordinan capital financiero nacional e internacional contratan tierras y servicios y deciden las actividades a desarrollar. 2. profundización de la tercerización de las actividades agropecuarias, 3. Los proveedores de insumos industriales (semillas transgénicas, herbicidas, fertilización masiva, maquinaria agrícola) ocupan un lugar decisivo de la producción agraria argentina. Dicho de otro modo. Asistimos a una reestructuración y reprimarización de la economía, caracterizada por una alta concentración, privatización y extranjerización de la producción. El avance de este sector capitalista ligado al agro que junto al uso creciente de tecnología avanzada ha logrado incrementos cuantitativos sustanciales en los niveles de producción sumado a la coyuntura internacional de precios favorables para la exportación de estos productos se puso en evidencia con incursión del gran capital financiero en los llamados pooles de siembra. Los datos son elocuentes: entre los años 30 y 80 del siglo pasado nuestro país tenía una producción anual de granos que rondaba los 20 millones de toneladas, los cambios descriptos logran hoy una cosecha de 119 millones de toneladas. La producción se sextuplicó y los precios internacionales se triplicaron a partir de la primera década de este siglo. La contaminación por el uso de los herbicidas de las tierras y de las napas de agua junto a las desastrosas consecuencias de lo que hoy se llaman pueblos fumigados, con el correlato de aumento de malformaciones congénitas en los recién nacidos y aparición de miles de casos de cáncer en los trabajadores y poblaciones aledañas a los cultivos dan muestras de forma palmaria del carácter depredador, saqueador y asesino de estos monopolios.
Las superganancias que obtuvo la gran burguesía rentista agraria se basó en la apropiación de la extraordinaria renta de la tierra soportada en los dos pilares anteriormente citados: tecnificación del agro y precios internacionales altos para los granos. A su vez en lo referente al lugar que ocupa la economía argentina en tanto que capitalista dependiente en el mercado mundial se refleja en que su inserción en la división mundial del trabajo es poco sofisticada por predominar la exportación de materia prima y productos semielaborados.
En el horizonte próximo se avecina una fase de contracción de la renta agraria sobre todo basada en la caída de los precios internacionales de los granos y sobre todo por la baja en la demanda de los principales socios comerciales de la argentina: China y Brasil.
Nos hemos detenido, en esta nota, sobre algunos cambios en la producción agraria motivados por la intervención del gran capital financiero y de la gran burguesía agraria. Queda pendiente desarrollar su impacto sobre los pequeños y medianos productores y las economías regionales de este modelo de concentración y monocultivo sojero.
R.C.

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Sábado, Noviembre 14, 2015 - 00:30

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