Se dicto sentencia en el juicio Vesubio II

Miércoles, 24. Diciembre 2014

El pasado 18 de diciembre en la sala AMIA de Comodoro Py se dictó sentencia en el segundo juicio realizado por los crímenes cometidos en el Centro Clandestino de Detención “Vesubio”. El CCD “Vesubio” se encontraba ubicado en Autopista Ricchieri y Camino de Cintura – en la provincia de Buenos Aires y varios camaradas de Vanguardia Comunista estuvieron detenidos y muchos permanecen desaparecidos. 

Los cuatro genocidas imputados en esta ocasión fueron Gustavo  Cacivio (“el Francés”), -Jefe del campo durante 1978 año en que desaparecieron nuestros compañeros-,  Jorge Raúl Crespi y Federico Antonio Minicucci, y el ex - penitenciario Néstor Norberto Cendón.

Al concluir la sentencia, en las puertas de Comodoro Py, realizamos un acto callejero donde dirigieron la palabra varios compañeros. Reproducimos a continuación parte de las intervenciones realizadas esa tarde. Comenzó hablando Mariano Delli Quadri, abogado de CADeP en Justicia YA!:

“Hoy es una jornada de lucha, y se demuestra en la calle quienes somos  los que estamos peleando contra la impunidad que se les ha garanitzado y se les sigue garantizando a estos genocidas. 

Hoy condenaron a cadena perpetua a cuatro, uno de ellos se murió, Svencionis. Si bien es importante haber obtenido esto con la lucha, desde CaDEP y Justicia Ya, desde el PRML, pedimos que fuera considerada la cadena perpetua como constitutivo de homicidio, porque realmente lo constituye. Pero el tribunal no hizo lugar, los condenó a cadena perpetua por distintos delitos, y a su vez mantuvo la prisión domiciliaria. Habíamos pedido cárcel común y efectiva, pero mantuvieron la prisión domiciliaria para Crespi y Minicucci. Realmente el fallo, si bien conseguimos cadena perpetua, no consideró más de 20 casos de delitos sexuales que habíamos incorporado, porque algo que constituye el genocidio son también los delitos sexuales. Se tuvieron en cuenta los homicidios cometidos por los genocidas en el CCD Vesubio, los restos de los compañeros habían sido identificados por el equipo de antropología forense, como los casos de los fusilamientos de Monte Grande y de Luis Pérez, los testigos que compartieron cautiverio con él testimoniaron que fue asesinado a patadas dentro del CCD, a esto el tribunal si hizo lugar. 

Las condenas se produjeron gracias a la lucha, sobre todo de los organismos de DDHH independientes de este gobierno y los anteriores. En breve el compañero Guillermo Lorusso nos  va a explicar qué fue Vesubio y los años de lucha para condenar a los genocidas. 

Nosotros a los tribunales les hemos entregado listados que hizo la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, un trabajo de más de 30 años, listados de más de 100 represores, y al día de hoy se garantiza impunidad para ellos porque en el tramo Vesubio I solamente se condenaron a siete represores. En el segundo tramo se condenó a cinco, uno que ya murió, impune. Son solo cuatro a los que hoy hemos dado cadena perpetua y los tribunales, en este edificio, se niegan a reconocer el delito de genocidio. Muchas gracias por la presencia a todos los compañeros”.

A continuación se dirigió a los compañeros presentes Guilermo Lorusso, ex detenido del campo y co- fundador y actual integrante de AEDD:

“Este juicio comenzó en el mismo mes de septiembre del año 1978. O sea que es un juicio que ya tiene 37 años de vigencia. En esa oportunidad uno de los que estaban prisioneros en el campo de detenidos Vesubio, Guarido, es dejado en libertad junto con otra compañera nuestra, Inés Vazquez. 

Él se dirige a los tribunales a presentar un Habeas Corpus por su compañera que había quedado en el campo de Vesubio. Tuvo la suerte de caer en un juzgado excepcional  que fue el del doctor Oliveri. Este doctor durante los años de la dictadura, hizo un trabajo silencioso pero persistente para la recolección de datos y de testimonios de los que íbamos saliendo de las distintas cárceles. Él junto con el secretario, actual juez Niño, llevaron adelante la primera investigación. También debemos agradecerle al juez Broquen y  a Luis Zamora que nos ayudaron muchísimo en esta tarea. 

En el mismo Diciembre del año 1983 hicimos un reconocimiento al campo con el juez Oliveri. Pero por iniciativa del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Armendariz, se traslada el juicio al juzgado del juez Paz, la secretaria número 7 de Morón. Él también hace importantes avances en la investigación sobre todo en el trabajo de campo del cual se extrae desde el block de motores robados por la policía hasta ropa de los compañeros, medicamentos, utensilios, jarros con las inscripciones del ejército argentino y demás elementos que probaban la existencia de este campo. Este campo había sido devastado en el año 1978, a principios de años, se había demolido la Casa 1, la comandancia del campo. El lugar donde el genocida (Pedro Alberto) Durán Sáenz cometía sus tropelías. Desgraciadamente, Duran Sáenz no fue sancionado, juzgado, porque murió poco antes de que se viera el fallo de Vesubio I, o sea, quedó impune. Cuando vienen las leyes de Obediencia Debida y Punto Final entramos en un período de absoluta impunidad, que se prolonga durante años. En el año 2004/2005 comienzan a reactivarse otra vez estos juicios, los toma como juez Canicoba Corral, otro de los jueces del establishment, jueces de la servilleta, que no hace absolutamente nada, juez de instrucción. Ni él ni la fiscal, que tiene la obligación de impulsar la investigación. Luego de tres años de no hacer nada, esto pasa a un nuevo juez de instrucción, Daniel Rafecas, que no aportó nada al juicio, no hizo absolutamente nada. Llegamos al 2010 con ocho elevaciones a juicio, Duran Sáenz -responsable del campo durante 1977- muere y queda impune, los otros 7 son condenados a otras penas, entre 18 y 25 años, ninguno a cadena perpetua como les hubiera correspondido por crímenes de lesa humanidad y por haber sido cometidos en una gran cantidad de casos asesinatos, violaciones, torturas, etc. Después de 4 años hacemos un nuevo juicio por solamente cinco represores, tres de ellos vienen por cadena de mando… yo interpelé en mi declaración al tribunal sobre cuáles son los motivos de la demora, de los cuatro años, para juzgar a estos tres individuos, dado que no hubo novedades… ¿por qué no se sumaron al otro juicio? En los otros dos casos estaba justificado, había un prófugo y un individuo cuyo nombre no sabíamos. Era “El Frances”, Cacivio, solamente nos basábamos en las declaraciones del prófugo, que nos había dado –por supuesto- nombres falsos, y por eso es una de las premisas de la AEDD y del PRML no dar crédito a los dichos de los represores, porque indefectiblemente mienten, no hay nada que puedan agregar que los ex detenidos no hayan dicho, de ninguna manera hay que darles valor a sus palabras. Basta con las nuestras. Llegamos a este nuevo juicio por cinco represores, uno de los cuales se muere impune, y solamente tenemos dos justificados para este juicio, deberían haber sido juzgados en Vesubio I, ahora tenemos 80 o 90 represores, con nombre, apellido, grado militar, alias, que entregamos al juez de instrucción y en el cual ni Canicoba Corral ni Daniel Rafecas hicieron algo. En algún momento llegue a pensar, una desviación, que podía adjudicársele al juez Rafecas algo de mérito por haber descubierto el nombre de El Francés, pero eso no es cierto, la persona que testifico antes que yo, esa persona le había dado el nombre del Francés al juez de instrucción. Porque a él lo habían secuestrado de joven, y su padre -abogado- le pidió una credencial en la que El Francés mostraba su nombre. Antes de morir, el abogado le dice al hijo –que había recuperado su libertad- que quien lo había secuestrado se llamaba Cascivio. Hace unos meses, un año, esto llega a manos del juez de instrucción. No hay ningún aporte del juzgado que surja de su propia investigación, como para sumar al juicio. Mientras tanto se van dando indefectiblemente, cada cuatro años en el mejor de los casos, juicios en fascículos, esperando que los más viejos abandonemos, y se produzca la impunidad biológicas mientras se da la impunidad jurídica, al haber más de 80 genocidas que no están siendo juzgados, siguen en el limbo, por eso nosotros tenemos que tomar una actitud más severa, apretar al juez de instrucción, patear el tablero, exigir al juez y obligarlo a expedirse, utilizar todas las herramientas jurídicas, poner al servicio de nuestra política las herramientas jurídicas. Porque políticamente tenemos razón, y jurídicamente algunos compañeros que son realmente compañeros, que nos acompañan y lo entienden de esta manera.

Hace muchos años, En el año 1976/76, por circunstancias fortuitas yo me veía con algunos compañeros del comité central de VC. Roberto Cristina podría haberse ido del país sin duda, existían los medios. Pero el no quiso hacerlo, contraponiendo otra de sus aseveraciones sobre los dirigentes, el dirigente tiene que cuidarse porque cuesta mucho formarlos. Sin embargo, no podía abandonar la nave, abandonar a sus compañeros… éramos muchos los que creíamos que no era acertada su decisión, era como para aplaudirlo, para valorarlo. Lo mismo el comportamiento de otros compañeros, Elías Seman, Ruben Kritzcautsky, y tantos otros del grupo del comité central. Tenían todos los datos como para que yo, en este momento, no estuviera acá hablando con ustedes, pero jamás dijeron una palabra a pesar de los tormentos a los que fueron sometidos, que no fueron pocos. 

Algo más, estoy hablando de nuestros compañeros, pero en aquella época decíamos que ERP y Montoneros son nuestros compañeros, aun a pesar de las diferencias políticas. Todos los que lucharon contra la dictadura fueron y son nuestros compañeros, lo dije en esa época y lo digo ahora, tienen que ser juzgados por Luis Pérez, pero también por quienes no eran del partido pero tenemos que sentirlos como compañeros nuestros, porque la revolución la vamos a hacer con ellos también. Bregando por justicia vamos a honrar a todos los revolucionarios”.   

El cierre del acto estuvo a cargo de Guillermo, un dirigente del PRML:

“El PRML sale de este juicio con el inmenso orgullo de haber participado a través de un camarada que, en su testimonio, dejó bien claro que a estos jueces no les debemos nada. Y dejándole bien en claro que a estos tribunales, además de señalar con el dedo a los genocidas, venimos a reivindicar la lucha revolucionaria, del pasado y del presente. Realmente  nos ha dado una lección de cómo se  comporta un comunista frente a los tribunales del régimen el compañero Guillermo Lorusso, un aplauso para él. Definitivamente esta no es nuestra justicia, el día que haya grandes transformaciones que las masas lleven adelante van a haber una democracia popular y una justicia popular. Y no es un invento, repasemos el ejemplo de la Revolución de Mayo de 1810 y qué hicieron Castelli y Moreno con los enemigos del pueblo. Eso tiene que hacer el pueblo con sus enemigos. Aun dentro de esta justicia del régimen, podemos decir que hay poquita justicia. Primero, porque a quienes se juzgó se lo hizo de manera parcelada, dándoles la oportunidad de escaparse, muriéndose, con condenas reducidas a algunos hechos puntuales y no a lo que realmente hicieron, un genocidio. Tampoco están presentes aquellos que llevaron adelante desde las ideas y el financiamiento ese genocidio, esos grandes grupos económicos que siguen disfrutando de una situación de privilegio y detentando el poder político. Sin embargo, dicho esto, podemos decir que estas pequeñas condenas son un avance de la lucha popular, y se debe a la heroica, digna e inmensa lucha que dieron los organismos de DDHH, las organizaciones políticas y sociales que lucharon contra la dictadura, que salida la dictadura lucharon contra las leyes de impunidad del alfonsinismo, que lucharon contra los indultos del menemismo y que siguen luchando contra el doble discurso kirchnerista, que pretende tirar por la borda a algunos milicos que ya pasaron a retiro para poner en primera plana a otros milicos que sí sirven. Porque se sacó el cuadro de Videla pero Milani sigue ahí arriba. Y de eso no nos olvidamos, nosotros no nos reconciliamos. Y si necesitan un Milani es porque necesitan seguir cuidando la dominación política de los grandes grupos económicos, de los monopolios que controlan la industria, el agro, las finanzas. De todos aquellos que abren la puerta a Chevron, Monsanto, de los que negocian con los buitres. Contra esos seguimos peleando y lo venimos a decir acá, en este juicio. Saben los presentes que el juicio de Vesubio es importante para nosotros, porque varios de los camaradas desaparecieron en ese CCD, entre ellos sus principales dirigentes. Compañeros, VC se fundó en 1965 con la firme vocación de servir a la clase obrera y el pueblo y con la convicción firme de que fundiendo las ideas revolucionarias con el movimiento práctico de la clase trabajadora es como se va a encontrar el camino de la revolución. Con la clase trabajadora al frente, se encuentran los caminos de la revolución y no mendigándoselos a un pretendido burgués progresista y menos dentro de un despacho oficial. En ese sentido seguimos reivindicando las ideas marxistas leninistas de los compañeros que desaparecieron en este CCD, de los que dejaron sus vidas por la lucha revolucionaria. Y en el camino del 50º aniversario de la fundación de VC estamos acá con nuestra bandera de combate bien alta, planteando que la lucha por la revolución, la liberación y el socialismo es justa, es necesaria y es posible. Y reivindicar a los compañeros que cayeron es un gran honor y una responsabilidad, porque tenemos que llevar esas banderas adelante y hacia la victoria, fundidos con el movimiento de masas que tantas heroicas luchas viene dando en nuestro país. Venimos a reivindicar la lucha revolucionaria, ¡compañeros de VC, presentes!”

Miércoles, Diciembre 24, 2014 - 14:45

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