Reforma laboral: legalizar la precariedad

Jueves, 18. Diciembre 2025

El gobierno libertario presentará en sesiones extraordinarias su proyecto de reforma laboral. Con el Congreso “domado” tras el resultado de las legislativas, Milei y su casta tienen el camino allanado para aprobar una reforma impulsada por el ultraliberal Sturzenegger y redactada por los abogados de las grandes patronales de la UIA, que en tiempos de destrucción de la industria lo único que saben reclamar es el traslado de los costos de la crisis sobre los trabajadores. Mientras la conducción de la CGT deshoja la margarita a ver si hace algo en contra de este ataque, desde el combativismo hay que impulsar una unidad que se exprese en las calles para defender las conquistas históricas del movimiento obrero.

La precariedad como norma

El trabajo precario es una realidad en el mundo laboral de nuestro país desde hace muchos años. A la par del crecimiento del trabajo en negro, tanto en el sector estatal como en el privado proliferaron los contratos a término, las locaciones de servicio, las plantas transitorias, etc. Estas relaciones de dependencia encubiertas llegaron a su zenit con el boom del trabajo de plataformas, en donde repartidores y choferes no son empleados sino “socios”, en donde una parte de la “sociedad” aporta su capital por millones de dólares y la otra parte ofrece su auto, su moto o su bicicleta… Más allá de la ironía, es importante destacar que la ilusión libertaria de un “acuerdo entre iguales” es una utopía reaccionaria que busca eliminar de un plumazo las conquistas que le costaron sangre al movimiento obrero.
Uno de los objetivos del proyecto libertario es darle una forma jurídica estable a estas relaciones laborales -valga la paradoja- inestables, que hoy no cuentan con una legislación clara. Lejos de ganar derechos, los trabajadores de plataformas y todos quienes estén en una relación de dependencia encubierta van a ver su precariedad laboral consagrada por la ley.
El trabajo en negro permite a los empleadores -entre otras cosas- eludir las cargas fiscales propias de la legislación laboral, como son los aportes patronales y las indemnizaciones. En este punto, el proyecto plantea un viejo reclamo del empresariado, al promover un blanqueo que condona deudas y multas, y sobre todo al cambiar la figura de la indemnización por un “fondo de cese”. A la par de esto, sectores afines de la Justicia ya vienen fallando en contra de los trabajadores en el cálculo indemnizatorio. El proyecto reduce multas por falta de registración, recorta facultades de inspección y busca “bajar la litigiosidad”. En resumen: que blanquear no sea costoso y que despedir sea más barato.
“No vamos a sacarle derechos a quienes ya los tienen”, dicen los libertarios respecto de este proyecto. Mienten. Uno de los pilares de la reforma es eliminar conquistas históricas del movimiento obrero que todavía benefician a los trabajadores registrados. 
Las horas extras serían cambiadas por un “banco de horas”. El abogado laboralista y asesor del gobierno Julián de Diego fue muy gráfico cuando ejemplificó que los empleados de un local comercial podrían trabajar 12hs de viernes a domingo y compensarlo durante la semana. De nuevo, se trata de una práctica que hace rato existe, pero que ahora tendría estatus legal.
Las vacaciones se podrían fragmentar durante el año en períodos de como mínimo una semana. Esto comparte con el tema anterior el problema de que el trabajador es ante todo una persona, y que adaptar su tiempo a la necesidad patronal puede derivar en serios trastornos en la vida personal, sacrificada en el altar de la productividad. 
Se legalizaría el convenio por empresa, dejando atrás los convenios colectivos. El derecho constitucional de “igual salario por igual trabajo” pasaría a la historia, ya que los patrones negociarían sueldos a la baja en función de la zona desfavorable, de la productividad de la empresa, etc. Algunos rumores hablan incluso de atar el salario a la productividad individual de cada trabajador. Esto busca pulverizar el principal factor de presión de los trabajadores, que es el hecho de pertenecer colectivamente a una rama de actividad. De la intervención colectiva pasaríamos al “sálvese quien pueda”. 
Como se señaló más arriba, los libertarios presentan esto como una discusión libre entre partes que se encuentran en igualdad de condiciones. Ya en el siglo XVIII Adam Smith, padre del liberalismo económico, se preguntaba por qué los trabajadores eran pobres si son ellos quienes producen la riqueza de las naciones. Claro que los liberales del 1700 eran gigantes del pensamiento, mientras que los actuales libertarios son unos reaccionarios que sin disimulo defienden los privilegios de quienes viven del trabajo ajeno.

Enfrentarlos en las calles

El combativismo sindical y los sectores del pueblo en general tenemos la tarea de preparar el enfrentamiento a este proyecto nefasto, promoviendo las asambleas y la confluencia callejera cuando el proyecto se trate, poniendo como horizonte la realización del paro activo nacional.
No se puede esperar gran cosa de la conducción de la CGT, que está midiendo qué tajada puede sacar de todo esto y a qué precio. Hay que recordar que los actuales jerarcas son los herederos -y en algunos casos, las mismas personas- de quienes dejaron pasar la flexibilización de los ’90. Sin ir tan lejos en la historia, es la CGT que mira para el costado cómo se pierden puestos de trabajo de a cientos de miles. Sin embargo, la dilución de la negociación colectiva es un golpe duro, y se negocia intensamente la baja de las cuotas sindicales con la que el gobierno viene amenazando. Se trata de temas que podrían incitarla a la movilización, pero no se puede estar pendiente de ello, ni mucho menos dejar en sus manos la conducción de la lucha.
Esto no quita que la magnitud del ataque es tan grande que puede empujar a la pelea a sectores intermedios, como seccionales de distintas partes del país, conducciones de sindicatos con reservas, etc. El combativismo tiene que ir a la búsqueda de estos sectores para darle forma a la pelea por la defensa de las conquistas históricas del movimiento obrero.

Matías Maidana

Jueves, Diciembre 18, 2025 - 12:00

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