Paraísos fiscales y capital financiero

Martes, 12. Abril 2016

No podemos comprender la existencia de los paraísos fiscales sin desentrañar su nacimiento, desarrollo y función dentro del proceso de financiarización de la economía mundial, y su rol en la gestación y el desarrollo de las crisis económicas de origen financiero del capitalismo.
Como producto de la desregulación en el plano financiero global se desarrollan y expanden los paraísos fiscales. Una primera definición los enmarcaría como centros financieros que desarrollan una actividad desregulada, descontrolada y ajena a las regulaciones fiscales comunes de los demás países. La ausencia de regulaciones fiscales y financieras es para los no residentes o extranjeros respecto del lugar físico del paraíso fiscal. El uso de los paraísos fiscales obedece a la nula fiscalización: es decir, en el movimiento financiero del dinero que busca “valorizarse” los impuestos son vistos como una pérdida del capital en movimiento que reducen la rentabilidad del capital. La evasión y la elusión fiscal son los efectos deseados por los inversores financieros. ¿Quiénes usan los paraísos fiscales? Los bancos (comerciales y de inversión), fondos de inversión colectiva, empresas multinacionales e individuos de grandes fortunas.
Los bancos no solo desarrollan la tarea de ser los intermediarios entre los que depositan dinero y los que lo piden prestado, sino que invierten el dinero en mercados financieros (bonos, acciones, obligaciones, etc.) con vistas a revalorizarlo con la constitución de Fondos de Inversión Colectiva (FIC). Estas son entidades creadas por los bancos que juntan las inversiones en dinero de individuos, empresas y otros, que sumados se invierten en acciones petroleras, por ejemplo, y que al cumplirse un lapso determinado, devuelven el capital inicial más una ganancia, quedándose el Fondo con una comisión. Existen varios tipos de Fondos de Inversión: los inversores institucionales (fondos de pensión, los FIC y las compañías de seguros), los Fondos Alternativos (fondos soberanos, fondos de cobertura o hedge founds, fondos de capital de riesgo, otros fondos especiales) y los fondos de riqueza privada.
Los hedge fund (fondo de cobertura, o lo que en Argentina conocemos como “fondos buitre”) son un instrumento de inversión alternativa y de alto riesgo. Son gestionados por bancos de inversión, gestores de fondos y firmas de corredores de bolsa. No vamos a explicar aquí el funcionamiento de los fondos de cobertura; sólo vamos a decir que están muy expuestos al riesgo financiero, no poseen limites regulatorios y realizan operaciones con fondos ajenos (préstamos). El territorio de ubicación de los hedge funds suele ser paraísos fiscales: el 60% del total en 2010. En cuanto a la gestión del los fondos se encuentra el 80% en EEUU (41% en Nueva York) y el resto en Londres. Los gestores de estos hedge funds son los bancos que ofrecen servicios especializados a estos mismos fondos de cobertura. ¿Cuál es su relación concreta? Los bancos de EEUU, controlados fiscalmente por el gobierno y la Reserva Federal, que revisan sus balances en busca de inversiones que violen la regulación fiscal e impositiva, crean sucursales, filiales o directamente otras entidades independientes en los paraísos fiscales para evitar las regulaciones de sus países de origen. Como la casa matriz es la responsable última de los activos, si está en un país regulado, puede operar desde el paraíso fiscal bajo otro nombre y otra entidad con riesgos financieros altísimos que no le permite la legislación financiera de los EEUU. Cuando los fondos de inversión colectiva quiebran, como el caso de la crisis de las hipotecas subprime, la casa matriz del banco tiene que asumir las perdidas y eso arrastra a la quiebra del banco.
Por eso los paraísos fiscales jugaron y juegan hoy un papel muy importante al momento de analizar la gestación y el desarrollo de la crisis económica capitalista. Su extrema desregulación de las actividades financieras permite niveles de ganancia extraordinarios que son imposibles de conseguir en el sector industrial o productivo, además de operar con capital ajeno a préstamo en operaciones con alto riesgo de cesación de pago. Los fondos de inversión en los paraísos fiscales son un gran negocio para los bancos en cuanto aumentan su capital y atraen más inversores y no se someten a las regulaciones estatales.
Este tipo de inversiones financieras que posibilitan los paraísos fiscales con su desregulación financiera y que las hacen atractivas, desvían las inversiones que antes iban al sector industrial o productivo. Es decir, es el movimiento de miles de millones de dólares que no crean empleo ni riqueza. En la búsqueda de un margen de ganancia superior, el sector financiero de la economía desarrolló este esquema desregulado que le permite elevar la renta del capital financiero.
Pero no solo el capital financiero se sirve de los paraísos fiscales, sino que también las grandes empresas transnacionales obtienen ganancias gracias el mecanismo de “los precios de transferencia”: una firma petrolera en EEUU, por ejemplo, vende su petróleo (exporta) a bajo precio a una filial suya en un paraíso fiscal (como el beneficio es bajo, el impuesto es bajo), luego la filial lo vuelve a vender a alto precio (pero como esta en un paraíso fiscal no paga ningún impuesto) y todo esto se realiza sin que el petróleo real se haya movido de sus depósitos.
Ya el mismo Lenin hablando del “sistema de participación” de las sociedades anónimas. En El Imperialismo, fase superior del capitalismo, decía lo siguiente: “Pero el sistema de participación no sólo sirve para aumentar en proporciones gigantescas el poderío de los monopolistas, sino que, además, permite llevar a cabo, impunemente, toda clase de negocios oscuros y sucios y robar al público, pues los dirigentes de las “sociedades madres” (casa matriz), formalmente, según la ley, no responden por la “sociedad hija”, a la que se considera “independiente” y a través de la cual se puede “hacer pasar” todo.” Y más adelante en el mismo texto: “Esto significa que el desarrollo del capitalismo ha llegado a un punto tal que, aunque la producción mercantil sigue reinando como antes y es considerada la base de toda la economía, en realidad se halla ya quebrantada, y las ganancias principales van a parar a los “genios” de las maquinaciones financieras”. Queda poco que agregar para demostrar la actualidad de la visión de Lenin sobre la etapa imperialista.

Roberto Craviotto

Publicado en: 
Martes, Abril 12, 2016 - 09:15

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