Movimiento estudiantil - Vamos por una nueva rebelión educativa

Lunes, 19. Agosto 2019

En todo el país la situación educativa es deplorable. Edificios que se caen a pedazos, falta de calefacción, recorte de becas y trabajadores con salarios por debajo de la inflación, es la realidad de cientos de escuelas, institutos terciarios y universidades. El recrudecimiento de la crisis trae consigo presupuestos de miseria para la educación pública. Tan solo en las Universidades Nacionales, se espera que a fin de año el presupuesto cierre en una pérdida de 17,1 puntos porcentuales con respecto a la inflación. Pérdida que será de 72,5 puntos porcentuales si se toma el período 2016-2019. Todo esto si se cumplen las predicciones del gobierno.

El presupuesto nacional, como así también los provinciales, están hechos a la medida del FMI. Allí está uno de los principales blancos a la que toda lucha educativa, tanto económica como por demás reivindicaciones, deberá direccionarse. Mientras se pague la deuda, mientras la banca y los recursos energéticos y estratégicos del país estén en manos de monopolios privados, ni los estudiantes ni los trabajadores del sector educativo vamos a tener una salida a nuestros reclamos. Esa es la realidad a la que ninguno de los principales candidatos a la presidencia da una respuesta. 

Los secundarios

Las escuelas comenzaron el cuatrimestre teñidas por movilizaciones. En provincia de Buenos Aires, los reclamos por calefacción tienen a estudiantes secundarios en la primera línea. Ya hace un tiempo que en partidos como Morón, la respuesta ante la desidia del Estado, vienen siendo sentadas, concentraciones en escuelas y bloqueos a las reuniones de la ministra de Educación de la provincia. El rechazo a las políticas del macrismo y Vidal, que en Moreno se cobraron la vida de Sandra y Rubén, tienen el sello de escuelas a las que no les alcanza la comida para darle a los pibes.

El manotazo de ahogado del gobierno provincial, se encarna en las denuncias penales a estudiantes por reclamar mejores condiciones edilicias. Un intento en vano por desmovilizar, ya que luego de las PASO se siguen multiplicando las distintas medidas de protesta. Esto mismo sucede en varios puntos del país, con distintas intensidades y particularidades propias. Lo que les es común es que durante el gobierno de Cambiemos, los establecimientos de educación primaria y secundaria, fueron centros de una gran cantidad de luchas. Desde económicas, por mayor presupuesto para salarios y condiciones dignas de cursada; pasando por discutir los planes mercantilizadores y vaciadores del gobierno, con el rechazo a las pruebas PISA, el Plan Aprender y la Secundaria del Futuro; hasta llegar a ser centros de organización de reclamos por el aborto legal y la aplicación de la Educación Sexual Integral.

Los terciarios

Los institutos terciarios de Chubut marcan el camino. Hace semanas que la provincia está atravesada por protestas de trabajadores estatales, que ya se llevaron puesto al ministro de Economía local. En los últimos días, tanto docentes como estudiantes de algunos establecimientos terciarios, se sumaron activamente a la protesta. Marchas de antorchas, piquetes y cortes que se multiplican por Rawson – capital- y ciudades del interior, estuvieron presentes hasta el domingo de las PASO. El reclamo estudiantil es el mismo que existe en otros puntos del país: mayor presupuesto para edificios propios, para cargos docentes, y para frenar la creciente deserción.

Los institutos de formación docente vienen siendo objeto de ataque en numerosas provincias. Desde intentos de cierre directo, hasta el vaciamiento a cuenta gotas. Su mayor expresión se materializó en la aprobación de la UniCABA, proyecto que en un principio pretendía eliminar los 29 institutos de la CABA por una única universidad y que terminó derivando en el vaciamiento de los institutos a través de su coexistencia con la Universidad Única. A pesar de no haber logrado frenar la aprobación de la UniCABA, la enorme lucha dada por el movimiento estudiantil tiene que tener su continuidad con la resistencia concreta al vaciamiento en cada instituto. De la mano de esto, tiene que estar el reclamo por el cierre de la causa judicial a los dos estudiantes del Normal 5 que fueron procesados por haber participado en las medidas de protesta.

La Universidad

Las universidades nacionales fueron el foco de la movilización durante el segundo cuatrimestre del año pasado. Lo que comenzó con un no inicio masivo de todas las federaciones docentes, terminó derivando en marchas multitudinarias, clases públicas y tomas de edificios. Más allá de las reivindicaciones particulares, la intervención masiva del movimiento estudiantil apuntó directamente a la política económica del gobierno nacional y el FMI. De allí la derivación del carácter anti-Macri de las medidas de lucha. Carácter que se intensificó durante la devaluación de la última semana de agosto.

Ahora bien, la Rebelión educativa también tuvo su techo. Un primer límite lo marcaron las conducciones sindicales con la firma del vergonzoso 25% de aumento salarial en pleno auge del conflicto. Otro limite lo pusieron las organizaciones que son conducción de centros de estudiantes y federaciones, quienes jugaron abiertamente a contener el descontento, algunas por ser abiertamente parte de Cambiemos y otras por apostar a un recambio ordenado en octubre de este año. Precisamente, allí donde el movimiento estudiantil pudo superar esas barreras se dieron los procesos de lucha de mayor profundidad. Córdoba, es el principal ejemplo de esto.  

Los distintos procesos de criminalización sucedidos después de las tomas vienen precisamente a intentar aleccionar esa disrupción del movimiento estudiantil. Allí tienen explicación las judicializaciones a estudiantes y docentes de la UNC y UNRN. En ambos casos los rectores locales, Hugo Juri y Carlos Del Bello, se valieron con la complicidad de la Justicia Federal para realizar los procesamientos. Nada nuevo en una justicia, antiobrera y antipueblo, cuya razón de ser es el sostenimiento de la estructura dependiente de nuestro país. En cuanto a las sanciones académicas en la universidad de Rio Negro, que derivaron en la expulsión de estudiantes y la exoneración de docentes, a demás de repudiar la actitud de las autoridades, hay que tomar nota de lo que sucede cuando un proceso de lucha sostenido por la vanguardia se aísla de la masa.

Este 21 de agosto vamos a una gran jornada nacional contra la criminalización en universidades, institutos terciarios y secundarios. Jornada impulsada por comisiones y asambleas estudiantiles. Allí, además de apuntalar la responsabilidad directa del Ministerio de Educación de la Nación junto con la de los rectores y directores locales, es fundamental reivindicar la lucha del año pasado. La rebelión educativa, con sus límites, marca el camino a tomar por el movimiento estudiantil. En esa dirección es vital volver a impulsar, bajo la consigna de ni un peso para la deuda, la lucha en cada lugar de estudio propiciando la unidad con el resto de los sectores populares para sacarnos de encima al gobierno de Macri.

Martina Bas 

Publicado en: 
Lunes, Agosto 19, 2019 - 19:15

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