Los Lápices escriben y luchan

Lunes, 20. Septiembre 2021

La dictadura genocida que tomó el poder en la Argentina el 24 de marzo de 1976, desató una represión brutal con el fin de aplicar un ajuste económico a sangre y fuego. Los sectores populares organizados, dirigentes obreros, estudiantiles y las organizaciones revolucionarias fueron sus principales blancos.
El fin era apagar cualquier foco de resistencia. En ese marco, durante el mes de septiembre de ese mismo año en la ciudad de La Plata, el ejército conjuntamente con la policía, llevaron a cabo una ola de secuestros de estudiantes secundarios que luego del juicio a las Juntas de los años 80 se conoció como “la Noche de los Lápices”.
Los secuestros fueron llevados a cabo por miembros de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en aquel entonces por el general Ramón Camps. Las órdenes de detención habían sido libradas por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército, firmadas por el coronel Ricardo Eugenio Campoamor, jefe del Destacamento de Inteligencia 101. Según el testimonio de los sobrevivientes, los jóvenes fueron sometidos a torturas y vejámenes en distintos centros clandestinos, entre ellos el Pozo de Arana, el Pozo de Banfield, la Brigada de Investigaciones de Quilmes y la Brigada de Avellaneda, la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5a., 8a., y 9a. de La Plata y 3a. de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires, entre otros.
Los jóvenes de entre 16 y 18 años, Horacio Ungaro, María Clara Ciocchini, Daniel Alberto Racero, Francisco López Montaner, Claudio de Acha y María Claudia Falcone continúan desaparecidos. Durante el mismo mes se detuvieron a otra veintena de estudiantes, muchos de los cuales corren la misma suerte. Los estudiantes Eduardo Pintado, Víctor Vicente Marcaciano, Pablo Pastrana -militantes comunistas- y Cristian Krause -sin militancia-, el 1 de septiembre (día de su desaparición) habían sido interrogados por Juan Antonio Stormo, vicerrector del Colegio Nacional de La Plata, lo que habla también de la participación civil.
Aquellos jóvenes fueron represaliados por pertenecer a organizaciones populares con proyectos revolucionarios. Su martirio no fue en vano. Decimos que los lápices siguen escribiendo, cuando vemos a la juventud de nuestros días organizarse colectivamente para hacer realidad su proyecto de un futuro distinto. Esa juventud que pelea contra la depredación minera, por vivienda, por el aborto legal, que nutre las columnas de los movimientos de desocupados luchando por educación y trabajo genuino. Los desencantados con el resultado electoral hablan de una juventud derechizada. Nada de eso. La juventud que se abre paso avanza hacia la rebeldía, abrazando a sus pares de Colombia y Chile. Organizar a esa juventud en un proyecto revolucionario y de liberación es la mejor manera de homenajear a esos jóvenes que cayeron luchando hace 43 años.

Carlos Quiroga

Lunes, Septiembre 20, 2021 - 11:30

Notas relacionadas

  • Los presos de la Ley Bases, en libertad

    La semana pasada fue liberado Roberto de la Cruz Gómez, el último de los detenidos tras la movilización de repudio en el Congreso contra la Ley Bases, tras casi tres meses de cautiverio en el... Ver más

  • El 1° de Mayo el PRML participó de un acto por el Día Internacional de los trabajadores en Plaza Congreso junto a un grupo de organizaciones políticas, sindicales y sociales. Además de nuestro... Ver más

  • ¡Libertad a Carina Izaguirre!

    Carina Izaguirre, referente de la CUBa-MTR de Gualeguaychú -Entre Ríos- permanece detenida desde el 17 de diciembre. Se trata de una causa impulsada por el intendente de la ciudad Mauricio Davico... Ver más