Jorge Weisz

Miércoles, 18. Diciembre 2024
Jorge Weisz

Jorge Osvaldo Weisz nació el 39 de mayo de 1942. En su juventud estudió Ingeniería en la UBA. Allí se vinculó a Vanguardia Comunista, incorporándose al partido en 1968. Dos años después, sin haber terminado su carrera, se trasladó junto a su compañera -la entrañable Dora Rebecchi de Weisz, quien falleció el mes pasado- a Libertador General San Martín, en Jujuy, pueblo más conocido como Ledesma por la influencia que allí ejerce el monopolio de la familia Blaquier, que contaba con 10.000 trabajadores entre el ingenio, los surcos de caña y la fábrica de papel. Weisz entró allí como electricista. 

Por aquellos años, la izquierda revolucionaria estrechaba sus lazos con las masas al calor de la situación política abierta por el Cordobazo de 1969. Rebeliones como estas se replicarían durante cuatro años más en el Viborazo (o segundo Cordobazo), los dos Rosariazos, el Villazo, el Mendozazo, el Rocazo. En la propia Jujuy se produciría el Aguilarazo, cuando en 1973 los 1.500 obreros de la mina El Aguilar se levantaron contra la quita de horas extras. Era la clase obrera abriéndose paso en la disputa por el poder, de manera espontánea. Para que tal proceso pudiera coronarse necesitaba la fusión de ese movimiento práctico con la teoría revolucionaria: a ese objetivo se encomendó Weisz.

En los primeros años la tarea sindical tenía un alto componente de clandestinidad, dadas las duras condiciones que imponía la dictadura de la “Revolución Argentina”. Eso no le impidió a Weisz plantar los volantes del GOL (“Grupo Obreros de Ledesma”) e ir ganándose la confianza de sus compañeros de trabajo. En 1972 fue electo delegado. Ese mismo año estalló la huelga, la primera en Ledesma desde 1949. La patronal quiso sacarlo del medio sobornándolo, oferta que Weisz respondió denunciando el intento en una asamblea. Su actividad no terminó con su despido al año siguiente. Desde fuera, junto a sus camaradas de VC afincados en la zona, fue el motor de la organización de la lista Celeste con la que se ganó la conducción del sindicato. La consigna de la elección fue “Celeste o Ledesma”. Además de luchar por las condiciones laborales en la empresa, el sindicato recuperado empezó a coordinar con gremios de la Federación Azucarera Regional. También fue dirigente de la obra social del sindicato del ingenio.

Su militancia y su conducta lo hicieron blanco de la represión. En 1973 fue detenido dos veces. Al año siguiente, el gobierno de la provincia -a cuyo frente estaba el peronista Carlos Snopek- acusó de subversión a Weisz y a Carlos Patrignani (abogado del gremio, también militante de VC), siendo sentenciados a dos años de cárcel, que pasó en el penal de Villa Gorriti. En esa ocasión también fue detenida Dora, encerrada en la cárcel del Buen Pastor. En los allanamientos realizados en Ledesma en el 2012 fue encontrado un legajo con información de Weisz, además de otros militantes. La empresa fue la gran responsable del escarmiento a los luchadores, cuyo hito fue el Apagón de 1976.

Concluida su condena en 1976, Weisz fue puesto a disposición del PEN. En diciembre se lo trasladó a la Central de policía de la provincia. Desde ese momento continúa desaparecido. 

En sus 34 años de vida, Jorge Weisz nos dejó un valiosísimo legado para la militancia revolucionaria, abandonando las comodidades de clase para fundirse con el proletariado, poniendo en pie una de las experiencias más avanzadas del clasismo y la democracia sindical de los años ’70. El trabajo conjunto con referentes radicales como Luis Arédez, o peronistas como Hugo Condorí, muestran un camino de unidad para luchar contra los monopolios en favor del pueblo trabajador. La militancia del PRML continúa levantando sus banderas, con el compromiso de seguir llevándolas hasta la Victoria, Siempre.

Facundo Palacios

Miércoles, Diciembre 18, 2024 - 19:45

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