Gran Buenos Aires - Paro en Linde Praxair

La asfixia a la que pretende someter a la clase trabajadora el gobierno del presidente Javier Milei desde el 10 de diciembre de 2023 tiene un irónico capítulo en el conflicto desatado en la multinacional Linde Praxair –principal abastecedora de oxígeno medicinal a hospitales y demás centros de salud-, donde la resistencia sindical surge como una bocanada de aire fresco en el clima de sofocación al que el Ejecutivo y el poder económico concentrado quieren someter a la lucha obrera.

Al cierre de esta edición, las cinco plantas que Linde Praxair tiene en el país se encontraban paralizadas tras casi una semana de huelga. En Pilar, Avellaneda, Ensenada y Lanús decidieron solidarizarse con sus compañeros de Pacheco, lugar donde a finales del año pasado despidieron a seis personas, cuatro de ellos delegados en algún momento de su trayectoria en la compañía.

La maniobra de sometimiento de la multinacional no es nueva ni sorprende: ya en 2005, según el comunicado emitido por los trabajadores de la planta de Pacheco, Linde Praxair, para impedir la sindicalización, echó a Maximiliano Arecco, candidato a delegado y uno de los despedidos del conflicto actual, -aunque en 2007 la Justicia ordenara su reincorporación, ratificada por la Corte Suprema en 2011-.

Hasta 2016 Linde Praxair tuvo una planta en el partido bonaerense de San Martín: decidió cerrarla ante los reclamos de la comisión interna. En ese momento despidió a todos los sindicalizados y trasladó a otros establecimientos a los no afiliados al sindicato.

Linde (alemana) y Praxair (estadounidense) consiguieron tras su fusión acaparar el 50% del mercado local (porcentaje similar a nivel global) de oxígeno, helio, argón, dióxido de carbono, nitrógeno, hidrogeno, acetileno y abastece a la industria automotriz, siderúrgica, alimenticia, petrolera, de bebidas gaseosas, y oxígeno medicinal a hospitales y clínicas. Semejante posición dominante la transformó en una de las silenciosas ganadoras durante la pandemia de Covid-19, época en la cual  la producción de oxígeno medicinal creció más de 320%, lo que implicó para los trabajadores declarados “esenciales” unas  “extensas jornadas de trabajo, postergando descansos y vacaciones” sin olvidar el riesgo de contagios: “Generamos protocolos internos para la prevención del Covid y garantizamos el abastecimiento de oxígeno medicinal a los hospitales, clínicas y a toda la población que lo necesitó mientras los gerentes permanecían en sus casas haciendo cuentas de sus ganancias extraordinarias”, según denuncian los trabajadores en un comunicado.

El actual conflicto es la oportunidad que la multinacional ve para quebrar la unión de los trabajadores, que, lucha mediante, lograron el reconocimiento de ítems de convenio que la patronal no pagaba, mejorar el salario con adicionales internos  en un 80% por encima del convenio, incorporar al convenio químico a tercerizados de limpieza y comedor y mejorar las condiciones de trabajo, de seguridad y el cuidado de la salud, mejorando notoriamente los números de accidentes y enfermedades laborales.

Los aires que soplan desde la Casa Rosada envalentonan a los grandes empresarios a quitarse sus guantes blancos para apretar el cuello de sus golpeados empleados, que cada vez llegan más sofocados a fin de mes por culpa de la política económica que implementa el Gobierno. La organización, cohesión y fortaleza de los trabajadores de Linde Praxair es el oxígeno que hay que replicar en cada pelea colectiva para empezar a vencer al agobio al que es sometida la clase obrera en la Argentina actual.  

Julieta Álvarez