Gran Buenos Aires - Jornada de lucha en Lomas: un primer balance

El 5 de agosto organizaciones piqueteras del frente de lucha de Lomas de Zamora se movilizaron a la Municipalidad para conseguir solución a los reclamos que vienen levantando: trabajo genuino; obra pública en los barrios; cloacas, veredas y calles; mejoramiento del sistema de salud público y el reconocimiento de los merenderos y comedores populares con asistencia de recursos.

Martín Insaurralde, intendente peronista de Lomas de Zamora, de anclaje territorial en ese distrito hace muchos años, venía respondiendo con silencio e indiferencia al bloque de lucha que en estos meses realizó acciones fuertes, entre ellas varios cortes y un acampe en puente La Noria y coordinando con sectores de salud y estatales de la zona.

Es que frente al ninguneo sistemático del gobierno de Insaurralde, vecinos y vecinas de Lomas, acompañados por sus organizaciones, decidieron ingresar al palacio municipal para entregar un petitorio y exigir directamente que el intendente dé respuestas concretas a las demandas que hace tanto tiempo vienen realizando.

Insaurralde ordenó el desalojo represivo y violento del palacio municipal pero se encontró con la resistencia de las compañeras y compañeros que paran la olla todos los días y batallan contra el hambre. Que están cansados de falsas promesas y ninguneo. Luego el intendente mintió diciendo que hubo saqueos en los locales de la zona y cargó contra las organizaciones declarando que había realizado una denuncia penal contra los violentos. Violencia es el hambre, violencia son los pibes sin futuro, violencia es dejar familias en la calle como en barrio la Ribera.

Con palos y balas de goma intentaron acallar los reclamos legítimos de las familias trabajadoras de Lomas de Zamora pero no pudieron. Intentando apagar el fuego con nafta. En ese contexto varios compañeros resultaron heridos, dos de ellas con balas de goma en el rostro, por lo que tuvieron que recibir atención médica. También buscaron revancha ordenando el allanamiento de dos comedores del MTR, con quienes nos solidarizamos. Más allá de esto y de alguna situación represiva más, es de destacar que el golpe más duro se lo llevó Insaurralde, ya que se puso en cuestión el control territorial de su municipio, poniendo en agenda nacional el conflicto y lo obligándolo en segunda instancia a tener que reunirse con las organizaciones y comprometerse con planes de asistencia. Así, la determinación de los compañeros y compañeras tuvo su recompensa. 

Una vez más quedó al descubierto la fragilidad de una situación social que no se va a resolver con las elecciones. También quedó de manifiesto que existe bronca por abajo y que no puede haber estabilidad en un país con casi 50% de pobres. Este camino debemos profundizar. Construyendo un movimiento territorial fuerte que de la pelea en los municipios, provincias y al gobierno nacional. Organizando a los compañeros con asambleas y cuerpos de delegados, debatiendo la política y aplicándola en cada acción de lucha. Con el trabajo en el barrio ganando la confianza de los vecinos y el respeto hacia nuestra organización. El movimiento piquetero ingresó en la escena política en el 2001 y tras 20 años, sigue batallando. Nos preparamos para lo que se viene. Lomas de Zamora fue una muestra: si no hay trabajo ni vivienda y sigue el hambre, habrá rebelión de los de abajo. Seguiremos en la calle reclamando lo que nos corresponde con los métodos históricos de los piqueteros y el pueblo.

Víctor Pucará