El desastre empezó hace 10 años

Jueves, 15. Octubre 2015

El desastre ecológico derivado del derrame de un millón de litros de cianuro en la cuenca hidrográfica del río Jáchal, ocurrido el 13 septiembre último producto de una fuga en la mina de Veladero (Barrick Gold) empezó, en realidad, hace más de 10 años atrás cuando el gobierno de Néstor Kirchner allanó el terreno para las “inversiones extranjeras” en la minería mediante el decreto 753 promulgado el 17 de junio de 2004.

Dicho decreto además establece que las empresas mineras no tienen la obligación del ingreso y la negociación en el mercado de cambios de las divisas provenientes de la exportación y no están obligadas a repatriar las divisas derivadas de las exportaciones entre otros incentivos impositivos. Así quedó abierto el camino para que los capitales imperialistas desembarcaran de lleno en el país para saquear los recursos mineros del país.
La minería a cielo abierto es el método actual que maximiza la ganancia y asegura el total saqueo de un yacimiento. Así mismo la decantación con cianuro facilita y acelera el proceso de separación de los metales.
El derrame de cianuro es un desastre ecológico y su alcance todavía no puede ser mensurado, ya que la contaminación de las aguas, su consecuente destrucción de la fauna, flora y suelo en contacto con ese químico no puede determinarse con tan solo un par de semanas desde el acontecimiento. Ni hablar de los derivados como la imposibilidad de regar por los valores elevados de residuos ferrosos y químicos que perdurarán por un tiempo. Y el peligro para las poblaciones aledañas.
La connivencia de los gobiernos provinciales y nacional con la minería a cielo abierto es total al punto de intentar minimizar el derrame, demostrando donde están los intereses de clase de estos.
La otra arista preocupante es que en el modelo productivo del país, centrado en las actividades de producción de materias primas, dos de las más prominentes son altamente contaminantes y riesgosas para las poblaciones aledañas. Tanto las mineras a cielo abierto como la producción agrícola transgénica fumigada con glifosato. Así como la soja tiene a Monte Maíz, la minería ya tiene a su Cuenca del Jachal.
Y para peor sus consecuencias recién empiezan y aún no se está ni cerca de saber cuán graves pueden ser. El derrame de cianuro recién es una gota en el océano de lo que puede provocar la destrucción indiscriminada del medio ambiente por parte del gran capital representados como casos paradigmáticos por Monsanto y la Barrick Gold.

Rafael Vassir

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Jueves, Octubre 15, 2015 - 00:00

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