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Desocupados vuelven a la calle
El martes 11/02, el Frente de Lucha piquetero volverá a salir a la calle a nivel nacional. El epicentro de la jornada será el centro porteño, en donde se realizará una movilización al Ministerio de Desarrollo Social.
A dos meses de la asunción del nuevo gobierno, los problemas de los desocupados están igual que el año pasado. En los barrios siguen el hambre y la pobreza, y las genuinas expectativas que despertó la derrota del macrismo no alcanzan para llevar la comida a la mesa. Si bien hay negociaciones con distintos funcionarios del área, los temas siguen sin resolverse, amén de cargar las tintas sobre la “pesada herencia”.
En un marco en el que la inflación sigue devorando los ingresos populares, la entrega de alimentos se viene retrasando de manera injustificada. Las tarjetas alimentarias cubren a un universo limitado y alcanzan, en el mejor de los casos, para el primer tercio del mes. Como dijimos oportunamente, la ley de emergencia alimentaria no iba a resolver de un día para el otro el problema del hambre. Y ya van dos meses.
El ministro Arroyo habla a los cuatro vientos de la cultura del trabajo en remplazo del asistencialismo, planteando la creación de empleo genuino y el fin de los planes sociales. Si bien es un enunciado que ciertamente compartimos, la realidad hoy es que no hay ninguna de las dos cosas. El trabajo genuino es por ahora un plan para incorporar compañeros desocupados a tareas de mantenimiento con cupos sumamente limitados, 20.000 de 500.000 beneficiarios de planes. Mientras tanto, los programas sociales siguen cerrados.
La vocación de pago al FMI, por más quitas que se negocien, choca de lleno con las necesidades de los más pobres: la plata no se puede poner en los dos lugares al mismo tiempo. Y para los desocupados, los tiempos de espera son más que cortos: la necesidad es hoy.
Estas son las razones que impulsan el plan de lucha, cuyos reclamos centrales son trabajo genuino; obra pública en los barrios, pase a planta permanente de todos los trabajadores desocupados; por un seguro al desocupado; apertura de todos los planes sociales; por un aumento acorde a la canasta básica familiar; asistencia integral a los comedores populares; extensión y universalización de las tarjetas alimentarias.
En la medida en que los problemas no se resuelven, la movilización callejera sigue teniendo vigencia para pelear por soluciones. No se puede pagar la deuda externa con el hambre de los más pobres.
Agustín Damaso
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