Congreso de FUA: al margen de la lucha

Miércoles, 13. Julio 2016

El 25 de Junio se llevó adelante el 29° Congreso de la Federación Universitaria Argentina. El mismo volvió a ratificar el peso cuantitativo que tiene la Franja Morada en las universidades nacionales: el radicalismo se alzó una vez más con la conducción.

Este congreso no fue, ni se propuso ser, continuidad de la rebelión universitaria que se desarrolló durante el primer cuatrimestre. Franja Morada esquivó olímpicamente este problema. Su muy medida participación en la lucha de los meses pasados se debió a la combinación de presión por abajo y la necesidad de pujar en la disputa con el macrismo que atacó los intereses del radicalismo universitario con su política presupuestaria. Pero pasada la tormenta, la línea morada es la de no hacer olas.

De las comisiones de debate no salió nada digno de ser destacado, a no ser el repudio a los morados en la mayoría de las mismas. Incluso en la que discutió sobre política universitaria debieron retirarse.

El peronismo fue dividido en cinco posiciones distintas, toda una muestra de la actualidad de ese bloque político posterior a la derrota del kirchnerismo. La JUP quedó segunda y obtuvo la Secretaría General. Miles presentó una lista propia con la UES. Nuevo Encuentro y el PC fueron al congreso pero decidieron abstenerse, a diferencia de La Cámpora y el MPE que ni participaron. Por último, el Movimiento Evita integró lista con la CEPA, La Mella y Sur, dando forma a un frente que, en función de su amplitud, omitió explícitamente cualquier referencia a un balance de lo actuado por los K en la universidad, no solo en sus años de gobierno sino también en el último conflicto: unidad sin principios, que le dicen.

El PO mantuvo una actitud sectaria durante todo el congreso, agitando su política clásica de “delimitación” del resto de la izquierda y obtuvo, con la ayuda de la Franja Morada, un cargo en la Ejecutiva. La TUN 29 de Mayo presentó lista por primera vez, unificando a sus agrupaciones alrededor del balance de su intervención en la pelea universitaria y tomando la bandera de uno de sus picos más altos, la toma del comedor de la UNNE de la cual viene siendo protagonista.

Una vez más, la cita de la FUA no fue una instancia de unificación del movimiento estudiantil, sino que ratificó la hegemonía de los sectores que tienden hacia su desmovilización. Mientras tal relación de fuerzas en ese congreso no pueda ser puesta en cuestión, es importante ir a batallar posiciones que busquen reagrupar a la militancia combativa, en función de prepararla para movilizar a los estudiantes hacia una nueva oleada de lucha. El programa está trazado y su eje principal es el aumento de presupuesto para garantizar la permanencia en la cursada, reclamando por comedores en condiciones, boleto universitario, becas y demás medidas en esa dirección. A esto hay que sumar la lucha contra la injerencia de las grandes empresas en los contenidos. La organización de los estudiantes en torno a estas demandas es condición necesaria para ir hacia una nueva oleada que puje por derrotar el ajuste en la educación pública.



Agustin Volodia

Publicado en: 
Miércoles, Julio 13, 2016 - 23:15

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