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Comienza el juicio Vesubio III
Durante octubre se dará comienzo al tercer juicio por los crímenes cometidos en el Centro Clandestino de Detención Vesubio, en donde estuvieron en cautiverio gran parte de los camaradas detenidos-desaparecidos de nuestro partido, además de otros luchadores populares. Llegamos a esta nueva instancia judicial con las banderas en alto de nuestros caídos, a pesar de que el paso del tiempo, la “impunidad biológica” de los acusados que van muriendo y las imputaciones a cuentagotas jueguen a favor de los represores; así y todo, la celebración de este nuevo juicio es una victoria de la lucha contra la impunidad y la represión de ayer y de hoy.
El CCD Vesubio estaba ubicado en el Camino de Cintura, a unos 200 metros de la autopista Ricchieri, en el Partido de la Matanza, Provincia de Buenos Aires. La causa “Vesubio” con el número 35.040 se inició en agosto de 1978, mientras estuvieron la mayor parte de los secuestrados en la dictadura en ese campo clandestino de tortura y desaparición, entre ellos la mayor parte del comité central del Partido Comunista (Marxista Leninista) -nombre que adoptó Vanguardia Comunista tras su segundo congreso- en el período de julio/agosto del ´78. Por aquel momento se produjo la libertad de uno de ellos, quien se presentó en el edificio central de Tribunales, por el habeas corpus de su compañero que seguía desaparecido en el mismo campo clandestino; ante el relato de los hechos se inició la causa.
A este primer testimonio le fueron siguiendo la de familiares de las víctimas y luego se sumaron el de los 35 cuya situación se había blanqueado al pasar por distintas cárceles y obtener la libertad precaria a fines de mayo del 79.
El 1º de septiembre de ese mismo año, los familiares de los 19 camaradas que permanecían desaparecidos, presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), junto a uno de los sobrevivientes, una denuncia conjunta que por esta característica tiene vital trascendencia. Familiares y testigos, durante la cola de espera sobre Av. de Mayo al 700, soportaron el hostigamiento gubernamental, dirigido por el relator José María Muñoz.
En el año 1983 el recién asumido gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Alejandro Armendáriz, logró que la causa pase al juzgado Nº 7 del Juez Ruiz Paz, de Morón, con el Nº1800, en el cual se avanzó con nuevos testimonios y el recupero de elementos probatorios extraídos del mismo CCD, hasta la promulgación de la Ley 23492 del 23/12/86 y Ley 23521 del 4/6/87, llamadas la de Punto Final y Obediencia Debida que las paralizó.
Con la derogación de las leyes de impunidad la causa Vesubio comenzó a instruirse nuevamente en el juzgado de Canicoba Corral que la mantiene prácticamente paralizada hasta que es reemplazado por el Dr. Daniel Rafecas, quien la eleva a juicio oral (Vesubio I), desarrollado durante el año 2010.
El primer responsable del CCD desde su fundación en agosto de 1975, Alberto Neuendorf, murió inocente para la ley. La misma suerte corrió el oficial del Ejército Pedro Durán Sáenz, que murió impune durante el desarrollo de juicio, habiendo sido el responsable del CCD durante todo el año 1977. Solamente fueron juzgados ocho genocidas, (tres de Ejército y cinco del Servicio Penitenciario Nacional) por 156 casos. Durante 2014 se desarrolló una nueva etapa, el juicio oral por Vesubio II contra cinco represores, uno del Servicio Penitenciario Nacional -Néstor Cendón, prófugo anteriormente y capturado- y cuatro integrantes del Ejército, -entre ellos “El Francés”, Gustavo Adolfo Cacivio, Capitán en ese entonces, responsable de todos los delitos de lesa humanidad cometidos durante 1978, ubicado en su verdadera identidad por el padre de uno de los casos juzgados- y tres responsables por cadena de mandos del Reg. Gral. Belgrano del que dependía “Vesubio”, y donde apareció la inteligencia represiva. No existía ningún motivo para que estos tres militares no se los juzgara durante el primer juicio, con lo cual gozaron de su libertad por cuatro años adicionales, y uno de ellos, Federico Minicucci, no pudo ser juzgado por morir durante el desarrollo del debate oral.
En este debate se consideran 204 casos, agregándose a Vesubio 45 nuevos. Es de destacar que arbitrariamente, por los delitos cometidos contra estos 45 nuevos casos, no se juzgó a ninguno de los condenados en Vesubio I, modalidad a repetir en el próximo tramo según lo define la instauración elevada por Rafecas a ese efecto.
Vesubio III tiene fijada por el Tribunal Oral Federal IV audiencia preliminar para el 11/10/2019, y audiencia de iniciación para el 1/11/2019. De 14 procesados en la instrucción, llegarán al juicio diez represores imputados por 370 casos, 150 nuevos en Vesubio I y Vesubio II, mientras que alguno de ellos, como “El Francés” Cacivio, desaparecedor de nuestros camaradas y cientos de compañeros, goza de prisión domiciliaria, aduciendo edad y enfermedades (tratados en prisión) a pesar de las condenas ganadas en los juicios de Comodoro Py y La Plata. De los cuatro que quedaron afuera, Fernando Jorge Rao y Bartolomé Enrique Durán fallecieron, a Mario Faustino Velázquez se le dictó falta de mérito, a Ernesto Guillermo Villarruel se lo dejó fuera del juicio por incapacidad y a Ricardo Enrique Bravo se le revocó el procesamiento.
Este accionar judicial, lento y permisivo, de actuar por fascículos concreta los distintos tipos de impunidad; la biológica por el transcurso del tiempo, que deriva en muertes e incapacidades para los protagonistas, con la consecuente infactibilidad del juicio y castigo para los genocidas y la mínima reparación para los represaliados; y la impunidad jurídica, porque se ha desestimado investigar a 40 represores cuyos alias, nombres, grado militar y demás datos hemos proporcionado desde siempre en las distintas etapas de la causa. A modo de ejemplo, dos de las víctimas, Benítez y Casareto, denuncian como sus victimarios hace décadas atrás al oficial de Ejército Serapio del Río, del Regimiento 6 de Mercedes, quien recién será juzgado a partir del 11/19; 12 años después producidos los hechos y a pesar de contarse con estos testimonios desde los inicios.
Tendremos que lograr en la Audiencia preliminar que no se nos agrupe con otras querellas, dada que la que nos representa, Justicia Ya, es la única que alega por genocidio, por todos los represores y todas las causas, y para que se dé lugar a nuestra palabra en el debate, porque pretendemos ser la voz de nuestros compañeros, debiendo ser portadores de sus ideales revolucionarios vigentes hoy más que nunca, por la grosera exposición de la evidencia de opresores y oprimidos en la actualidad de nuestra sociedad, y que reproducen los regímenes capitalistas, con rasgos progresistas a veces, otras directamente oligárquicos como el actual.
Porque precisamente, se trata de terminar con las limitaciones jurídicas (que hacen como que hacen justicia), y con las sujeciones de clase que se imponen a las masas populares, y de instaurar una sociedad justa se trataba la lucha de nuestros camaradas y de los 30.000, y cuya prosecución asumimos como su mejor homenaje. Hasta la victoria.
Guillermo Lorusso
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