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46 años de la Noche del Apagón
Bajo la dirección de la familia Blaquier, Ledesma es sinónimo nacional de azúcar y de papel, con importante presencia en rubros como frutas, jugos cítricos, carne, cereales y en la producción de bioetanol. Integra con empresas como Arcor, Techint, Aluar-Fate, Molinos, Aceitera General Deheza, entre otras, junto a multinacionales como Cargill, Monsanto, Fiat, Ford, etc., y sectores de la banca financiera internacional, la crema de la clase dominante del capitalismo dependiente argentino.
La familia Blaquier siempre supo acomodarse con el poder de turno. En la década del 60’ apoyó la dictadura de Onganía, y se benefició de las políticas de concentración monopólica. Uno de los integrantes de la junta militar que derrocó a Illia, el brigadier Teodoro Álvarez, formó parte del directorio del Ingenio Ledesma. Participó activamente en la preparación del golpe de marzo del 76’, a través del llamado “Grupo Perriaux” -debido al nombre del abogado Jaime Perriaux- y que se reunía en el “Club Azcuénaga”, una propiedad del propio Blaquier que tenía en la calle Azcuénaga de CABA. Martínez de Hoz, junto a Blaquier y Juan Aleman –secretario de Hacienda de la dictadura- integraron la entidad patronal del Centro Azucarero Argentino.
Durante el gobierno de los Kirchner, Bio Ledesma S.A., reciente emprendimiento del grupo, fue beneficiada con la cuota principal de producción de bioetanol destinada al corte de las naftas. Federico Nicholson, hombre de confianza de Carlos Blaquier y representante del grupo en la Unión Industrial Argentina, integró la delegación empresaria de Cristina Kirchner en más de una oportunidad.
Durante la presidencia de Mauricio Macri, la familia Blaquier-Arrieta fue beneficiada con la ampliación del cupo para la producción de bioetanol y la reducción de impuestos para la exportación, medidas que aumentan aún más sus ya exorbitantes ganancias.
La historia del grupo Ledesma, la mayor empresa azucarera del país, es un amasijo de riqueza, explotación, persecución y muerte. Por eso hoy, al conmemorar los 46 años de la Noche del Apagón, se agranda la experiencia de un puñado de militantes de Vanguardia Comunista, encabezados entre otros por Jorge Weisz y Carlos Patrignani, junto a tantos trabajadores y luchadores populares como Luis Arédez, que desafiaron el poder y el odio oligárquico para levantar una experiencia revolucionaria de clasismo sindical y unidad popular.
Hoy el PRML, continuidad histórica de Vanguardia Comunista, participa de manera militante de esta conmemoración y reafirma su compromiso y lucha por una Argentina liberada que rompa las cadenas de la dependencia, verdaderamente democrática y popular, en camino al socialismo.
Corresponsal
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