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3J en las calles
Pasado un año y medio del mandato de Alberto Fernández, este 3J las tendencias generales dentro del feminismo quedaron expuestas y con ello la política del gobierno hacia el sector: sacar al movimiento de mujeres y feminista de la calle y darle vía institucional. Esto no es ingenuo y en sintonía con la intención de ponerle la tapa al movimiento de masas, atenta contra un movimiento que logró masificarse tomando en sus manos los métodos obreros y populares de organización para salir a luchar.
Lamentablemente, al menos por el momento, las fuerzas del feminismo aliadas al FDT, están siguiendo este rumbo. La decisión política que tomaron, más allá de excusarse con la pandemia que nadie deja de tener en cuenta, fue la de no convocar a movilizar y la de planchar los espacios asamblearios surgidos el calor del 3J. Si bien sostienen que el eje presupuestario es de vital importancia a la hora de poner en marcha políticas integrales contra la violencia machista, a esta altura es incoherente señalarlo y dejar pasar la política económica del gobierno que es la negociar chirolas, pagar la deuda y devolverle al FMI todo lo que Macri se fugó. El pueblo pasa hambre y ese hambre pesa sobre nuestras espaldas, ¿Qué pasó con la unidad que supimos construir en las calles que decía fuera el Fondo, plata para las mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales y no binaries? Necesitamos esa unidad.
Desde nuestro punto de vista, sin desatender la situación sanitaria -la cual requiere extremar los cuidados para las acciones que realicemos-, sostenemos que la movilización callejera es nuestro resguardo, es lo que nos fortalece y lo que nos permite avanzar en nuestros reclamos, a la vez que disputar para donde van los recursos del país, si para lo que el pueblo necesita, o para garantizar el saqueo y llenar los bolsillos de los usureros que siempre nos hundieron. Otra no queda porque la situación económica y social apremian. Por eso, el 3J estuvimos en las calles en distintas provincias, con el protagonismo de las trabajadoras desocupadas y ocupadas que vienen enfrentando la crisis. Las convocatorias callejeras no fueron masivas, pero fueron correctas y esperamos que esta tendencia sea la que tome cuerpo. La puja esta abierta y llamamos a seguir organizándonos con ofensiva, buscando la unidad de quienes queremos dar esta pelea, para ser capaces de volver a volcar a las calles al conjunto del movimiento y a todas las que son y se sienten parte de este grito colectivo que dice Ni una Menos, porque es allí donde podemos ganar.
El 3J correspondía movilizar porque no se puede pasar por alto que sigue habiendo prácticamente un femicidio por día a la par que avanza la feminización de la pobreza. Porque queremos que dejen de matarnos y que se aumente el presupuesto para combatir realmente la violencia machista, con trabajo y vivienda digna, porque las respuestas no llegan como se necesitan y no vamos a dar ninguna tregua ante los programas precarios que ofrece el gobierno. Porque aún no sabemos donde están Tehuel y Lichita y queremos que aparezcan con vida. Porque la precarización laboral también tiene cara de mujer y los salarios no alcanzan ni para llegar a mitad de mes, mientras tenemos los trabajos más expuestos a la pandemia, como lo demuestran las trabajadoras de la salud y la educación. El 3J había que salir por Úrsula y por todas y salimos. El mensaje de “si no vuelvo rompan todo”, tiene que seguir interpelándonos colectivamente y apostamos a que así sea.
En función de todo esto seguimos adelante haciéndonos fuertes. Destacamos el trabajo que estamos llevando a cabo en las barriadas, avanzando con nuestros encuentros mensuales “Juntas Nos Hacemos Fuertes” de la CUBa- MTR y con los talleres de formación en violencia por motivo de género desde una mirada crítica y de clase. Al calor de la pelea y de la necesidad de dar respuestas, vamos construyendo acciones colectivas como la experiencia de la Brigada Rosa Freire en Zona Norte de la PBA, de la comisión de Jujuy que hace actividades callejeras de prevención contra la vigencia machista entre la juventud, junto a las experiencias históricas de Matanza PBA y la de Resistencia Chaco, a la par que la juventud está tomando en sus manos esta lucha. Estamos construyendo experiencias con respuestas organizativas concretas y exigiendo repuestas al Estado y al gobierno, como se plasmó en las charlas online que el PRML acompañó y realizó en la semana del 3J. Con esa misma fuerza tenemos que poder llegar a cada lugar de trabajo, con la mirada puesta en que nuestra fuerza aporte a la lucha rebelde del pueblo por el salario, el trabajo, contra el hambre y por mejores condiciones de vida.
Por último señalamos como dijimos anteriormente, que este 3J fue correcto estar en las calles y militamos para que sea esta la tendencia que prevalezca, porque ante la decadencia de este capitalismo monopólico que cada vez nos cuesta más vida, necesitamos un cambio de fondo. Por este camino es que el feminismo debe continuar construyéndose de modo de darle cause a todo el potencial subversivo que contiene. ¿Por qué? Porque queremos al feminismo para la revolución y los tiempos urgen.
Julia Quinteros
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