210 años del combate de San Lorenzo

El combate de San Lorenzo tuvo lugar el 3 de febrero de 1813, en las proximidades del convento franciscano de San Carlos, situado en la ciudad de San Lorenzo, provincia de Santa Fe. Este es un capítulo muy importante de la historia argentina: fue el bautismo de fuego y primera victoria de San Martín en la guerra revolucionaria.

Tras el periodo revolucionario abierto en mayo de 1810, Buenos Aires necesitaba resolver el peligro que significaba la supremacía naval realista apostada en Montevideo. La actual ciudad uruguaya había sido declarada por España como capital provisional del Virreinato del Río de la Plata y representaba uno de los principales centros de resistencia militar de la metrópoli en América del Sur. 

Era necesario terminar con las incursiones que las tropas realistas realizaban a lo largo del río Paraná. Para dicha tarea se confirió al coronel San Martín y a su Regimiento de Granaderos a Caballo recientemente creado.

Del mismo modo, por tierra, el camino estaba sitiado por el ejército de José Rondeau, al que luego se sumó la tropa de José Gervasio Artigas. Era de suma importancia poder controlar las vías fluviales ya que las mismas eran utilizadas por los realistas para abastecerse: una escuadrilla salía en dirección al río Paraná y sus hombres merodeaban las costas robando ganado.

Una expedición compuesta de once embarcaciones que había salido de Montevideo fue seguida por tierra por San Martín al frente de 125 granaderos y 50 milicianos. Por su parte la tropa realista contaba con una fuerza de 250 milicianos y dos cañones. Tras la posta del Espinillo del 2 de febrero, las tropas independentistas continuaron al día siguiente su recorrido hasta el Convento San Carlos donde quedarían apostadas. 

El 3 de febrero llegaría el bautismo de fuego. Allí se enfrentaron por un lado las Provincias Unidas del Río de la Plata, representadas por el Regimiento de Granaderos a Caballo al mando de San Martín; y por el otro, los realistas de Montevideo, encabezado por el capitán Antonio de Zabala.

Tras el desembarco, las tropas realistas fueron sorprendidas por los granaderos y mediante un movimiento de pinzas obligaron la retirada de las mismas hacia el Paraná. Es en medio de esta maniobra donde se inscribe la defensa heroica por parte del soldado correntino Juan Bautista Cabral, quien logró salvarle la vida al general San Martin, que se había expuesto al fuego enemigo ya que encabeza el combate para ser ejemplo de su tropa.

El combate duró aproximadamente unos 15 minutos y dejó como saldo 14 muertos en el día del combate, 16 luego de una semana y 22 heridos por el lado de los patriotas; y 40 muertos, 14 heridos y prisioneros por el bando invasor. 

Más allá de la pequeña cantidad de tropas como de lo corto en duración, el combate tuvo una consecuencia estratégica: no hubo más campañas de los realistas hacia el Paraná, dificultando el abastecimiento de Montevideo para luego generar su caída. San Lorenzo se convirtió en un hecho histórico de gran importancia, tanto para el proceso que derivó en la Independencia de la futura Argentina, como para la lucha de los patriotas de América del Sur contra la Corona española hacia su emancipación.

Asimismo, luego de San Lorenzo, el Regimiento comenzó a tener mayor prestigio, mejor preparación, nuevos recursos y, sobre todo, el ánimo y la moral capaces de formar hombres valientes que posteriormente sirvieron para armar los Ejércitos del “Norte”.

 A 210 años de San Lorenzo, el camino y la lucha emprendida por el oriundo de Yapeyú y sus granaderos por una patria libre, soberana, en defensa de los recursos propios, continua. 

Ayer la corona española, hoy el FMI y los monopolios. Es la unidad del pueblo con los trabajadores a la cabeza la única herramienta posible para lograr cualquier conquista y que los intereses nacionales estén por encima de todo.

Ramiro Ricardi