¡El Larcade dice basta!

Los trabajadores del hospital Larcade llevan 88 días de lucha por mejores condiciones de trabajo.

En el comienzo de esta segunda ola de la pandemia, que arremete como un tsunami, los hospitales están devastados por las políticas gubernamentales, desde las municipales a las nacionales. El 3,9% destinado a la salud, no contempla los sueldos de los trabajadores, que no llegan a $30 mil mensuales; un operador de rayos x se tiene que arreglar con $17 mil en mano.

Más del 80% de los trabajadores son contratados por el Municipio encabezado por Jaime Méndez (Juntos por el Cambio), con contratos precarizados y sin posibilidad a ocupar una planta permanente. Con sueldos míseros, son los que le ponen el cuerpo a la pandemia. Sin contar con los elementos esenciales para una atención adecuada, humana, social, para la población. Carecen de insumos imprescindibles (oxígeno, vacunas, medicación, material para entubar); así y todo trabajan guardias interminables, agotados, y aguantando los aprietes del sistema municipal y la secretaría de Salud.

El Larcade despertó y las voces de los laburantes dicen basta. Ante los despidos que se fueron suscitando  en estos tres meses, comenzaron a organizarse y plantarse contra la burocracia del hospital y del sindicato municipal.

El jueves 15, frente al despido de la compañera Soledad Dreisse -quien trabaja en administración y es delegada de ATE-, se tomó la dirección del hospital, sacando a su directora Gladys Amantia y no reconociéndola como tal. Con un paro de acatamiento total y luego de seis horas, se abrió una brecha en la negociación, donde las autoridades pidieron la devolución de la dirección a cambio de la reincorporación de la compañera Soledad.

Esta propuesta fue rechazada por los trabajadores, quienes fueron por más y exigieron se haga presente el secretario de Salud del Municipio Héctor Calvente. Se negoció la reincorporación, que fue aceptada, pero aún no está plasmada en papeles.

El viernes 16 se esperó a que lleguen las autoridades municipales para dialogar con los trabajadores, pero en cambio llenaron el hospital de fuerzas policiales y de patoteros del departamento de legales del Municipio, que a golpe de puño agredieron a las residentes que estaban apoyando a la compañera despedida. El personal de seguridad del hospital se unió a la lucha de los trabajadores, sacando a los policías y a los patoteros.

Ante la negativa de ser escuchados, se activó junto a las organizaciones sociales que se acercaron a solidarizarse, el corte de las vías de tren a la altura de la calle Irigoin. Allí trabajadores de la salud, junto a estudiantes y organizaciones barriales, mantuvieron un corte de 2 horas para luego marchar al Municipio.

Al calor de la lucha, los reclamos de los trabajadores del Hospital van tomando forma y organización. En asamblea con las organizaciones presentes, se determinó continuar con las medidas el día lunes sin dar un paso atrás. 

A pesar del hostigamiento constante y la falta de respuestas de las autoridades la fuerza, organización y determinación de las trabajadoras y trabajadores del Hospital crece y crece, y es que el Larcade dice ¡basta! y se planta.

Corresponsal