Tras de las renuncias forzadas y despidos en el INCAA I La comunidad audiovisual gana la calle

Jueves, 25. Mayo 2017

Varios días de movilización y denuncias del sector audiovisual, con asambleas y actos, incluido el corte de la avenida Rivadavia frente alCine Gaumont – Espacio INCAA KM 0. En la inauguración del festival de cine de la ciudad de Buenos Aires BAFICI. Fue la justa respuesta de actores, directores, realizadores etc. A este intento de ajuste y destrucción del cine nacional. Sobre todo luego del mamarracho de las acusaciones de corrupción difundidas por Eduardo “charuto” Feinmann en el programa Animales Sueltos, la semana del 10 de abril, el ministro de Cultura Pablo Avelluto desplazó al presidente del INCAA Alejandro Cacetta (Patagonik Films, Polka, entre otras) -quien fuera puesto en funciones por el macrismo, en consenso con las grandes productoras- y le solicitó la renuncia al rector de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) Pablo Rovito -rector elegido por concurso público nacional-. Asumió la presidencia Ralph Haiek (Paramount, playboytv, Much Music), quien era hasta el momento el vicepresidente del INCAA y parte de la misma gestión.

Esta operación mediática y las renuncias forzadas y despidos, esconden las reales intenciones del gobierno nacional de apropiarse de los recursos con que cuenta el instituto, que suman más de $1500 millones anuales. 

En el año 1994 fue sancionada la Ley de Cine Argentina 24.377,la cual establece que el INCAA debe funcionar como ente autárquico y tiene a su cargo el fomento y regulación de la actividad cinematográfica de todo el país. Para ello, pone a su cargo la administración del Fondo de Fomento Cinematográfico de modo tal que el cine se autofinancie. La mayor parte del fondo surge del 10% del valor de toda localidad o boleto entregado gratuita u onerosamente, del 10% del precio de venta o locación de todo tipo de videograma grabado, destinado a su exhibición pública o privada y del 25% de un canon que deben pagar las radioteledifusoras. De este modo, el INCAA no se financia en base a los impuestos de los ciudadanos sino principalmente de las grandes empresas y canales de TV.

Desde ese entonces,los recursos recabados se destinan al otorgamiento de subsidios a la producción y exhibición de películas nacionales, a la concesión de créditos cinematográficos, y a financiar distintos festivales, programas y concursos, que permiten el acceso de nuevos realizadores al mundo de la filmación y le otorganuna fuente de trabajo a miles de técnicos, actores y directores. 

Esta embestida del gobierno se da en el marco deldebate sobre el proyecto de ley de "Convergencia Digital", que se desarrolla en elEnte Nacional de Comunicaciones(ENACOM) con la asesoría de empresas privadas. Este proyecto de Ley,intenta reemplazar la derogada Ley de Medios, y cambiar la denominación de las empresas y canales de TV que dejan de ser "radioteledifusoras" y pasarán a llamarse "transmisoras de datos". El cambio no es semántico, es la modalidad que va a permitir que las empresas y canalesya no paguen el 25% de canon. De este modo, el INCAA perdería el 60% de su financiamiento y también quedarán sin fondos el Instituto Nacional de la Música y el Instituto Nacional del Teatro.

Si bien Avelluto aclara que no tienen la intención de intervenir el INCAA ni interferir en el Fondo de Fomento, lo cierto es que el macrismo siempre encuentra la manera de eliminar impuestos, retenciones y costos a los grandes grupos económicos,así como desfinanciar a los entes estatales. 

La comunidad audiovisual, gana la calle porla defensa de la Ley de Cine,así como el mantenimiento del actual financiamiento del INCAAy de su autarquía. Además de exigir la renuncia del ministro Avelluto y la elección de un nuevo presidente del INCAAa partir de los candidatos consensuados en asamblea por la misma comunidad audiovisual.La lucha debe continuar, y rodearse también de los miles de trabajadores y desocupados para muchos de los cuales el cine, el teatro y demás manifestaciones culturales son un lujo ajeno, al que rara vez accede, y más rara vez refleja sus luchas, penurias, y menos aún la perspectiva de su liberación, como clase y como pueblo. 

Carlos Quiroga

Publicado en: 
Jueves, Mayo 25, 2017 - 19:15

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