TPP: Acuerdo para la hegemonía yanqui

Jueves, 11. Febrero 2016
TPP: Acuerdo para la hegemonía yanqui

Desde la implosión que sufriera la URSS y la caída del muro de Berlín, los EE.UU. buscaron aprovechar su supremacía como primera potencia económica a nivel mundial, impulsando acuerdos comerciales que liberaran las fronteras de terceros países para provecho de sus principales corporaciones comerciales, industriales y financieras, y arrasando con los derechos laborales de los países asociados.

Así, en 1994 nació el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) o NAFTA, sellado entre EE.UU., Canadá y México. El mismo día en que el tratado entraba en vigencia, miles de indígenas se alzaban en armas en Chiapas. En 1995 se crea la Organización Mundial de Comercio (OMC), como paraguas global para la hegemonía estadounidense. Entre otros intentos hay que contabilizar el ALCA, fracasado definitivamente en noviembre de 2005 en la cumbre de Mar del Plata.
El 4 de febrero del corriente año, en medio de marchas de protesta y represión en Nueva Zelanda, Perú y México, entre otras, se firmó finalmente el acuerdo impulsado por los Estados Unidos. Conocido como TPP por sus siglas en inglés (Asociación Transpacífico de Cooperación Económica) es un tratado de libre comercio multilateral negociado en secreto. Además de los Estados Unidos, el tratado involucra a Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile.
Según la visión y los deseos de nuestro diario La Nación, en su editorial del 8 de febrero, “Se trata de mucho más que un mero acuerdo de libre comercio, pues incluye reglas sobre inversiones, regulación de la competencia, propiedad intelectual, medio ambiente, regulación laboral y transparencia. Sus participantes aspiran a que esas normas se transformen en las que gobiernen el quehacer de todas las naciones. Esta particular circunstancia hace que el acuerdo tenga una importancia realmente singular. La ratificación por parte de Estados Unidos es esencial para la puesta en marcha de lo convenido.”
Esta mirada no es compartida por el premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, quien afirmó: “Estados Unidos concluyó negociaciones secretas sobre lo que podía convertirse en el peor acuerdo de comercio en décadas, el llamado Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y hoy (Obama) batalla cuesta arriba por su ratificación (…). (Obama) ha intentado perpetuar el modo habitual de hacer negocios, por el cual las reglas que rigen el comercio y las inversiones internacionales son redactadas por corporaciones estadounidenses para corporaciones estadounidenses. Esto debería ser inaceptable para toda persona comprometida con los principios democráticos.” (Clarín Económico, 24/01/2016)
El TPP constituiría el mayor acuerdo comercial regional de la historia, que englobaría a un 40% del PBI mundial (30% de las exportaciones y 25% de las importaciones). Sus dimensiones económicas, con lo significativas, no alcanzan para valorar lo que constituye un capítulo más de la respuesta integral del imperialismo yanqui al cuestionamiento de su hegemonía en el capitalismo mundial por potencias emergentes, en particular China.

J.D.

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Jueves, Febrero 11, 2016 - 12:30

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