Sostener la lucha y avanzar hacia el paro activo

Viernes, 12. Agosto 2016

Ya recorremos el segundo semestre y la buenaventura prometida por el macrismo sigue sin aparecer. Por el contrario, se descargan sobre los trabajadores y sectores populares las consecuencias concretas del ajuste, de la inflación y los tarifazos. 

El agravamiento de las condiciones de vida de los que dependen de un ingreso fijo, cualquiera sea, se refleja en los números, aunque sean parciales. Un informe del Observatorio del Derecho Social (CTA Autónoma) afirma que: “La información proveniente del SIPA muestra que en mayo de este año se registró una caída de 128.294 trabajadores registrados en el sector privado con relación al mes de noviembre del año 2015.”. En cuanto al salario concluye que: “… datos publicados por el Ministerio de Trabajo también dan cuenta de una caída del salario real, entre noviembre de 2015 y mayo de 2016, del 9,6% en promedio para los trabajadores registrados del sector privado”.

Seguramente aquí está la explicación que agosto se haya iniciado con una considerable agenda de conflictos que recorren el país de punta a punta y que involucran a trabajadores, cooperativistas y de los distintos planes sociales. 

Ya julio había cerrado con el paro de 24 horas en el Ferrocarril Sarmiento contra sanciones a 64 trabajadores y por la aplicación de medidas de seguridad laboral. Los docentes de al menos siete provincias reiniciaron las clases, tras las vacaciones, en conflicto con paros y movilizaciones. Las organizaciones sociales de desocupados y cooperativistas se movilizaron el 2, el 7 marcharon desde la Iglesia de San Cayetano, otros el 10 presentarán nuevamente sus reclamos al Ministerio de Desarrollo Social. 

Por otro lado, el martes 9 parte del combativismo sindical marchó del Obelisco a la Plaza de Mayo. El 11, ATE Nacional convoca a un paro y movilización también a la Plaza, llamado en el que coinciden la Conadu(H) y la Cicop. El pliego de reclamos común incluye la reapertura de paritarias y aumento salarial, el cese de los despidos, contra el tarifazo y la criminalización de la protesta popular y en defensa del derecho de huelga. 

Sin dudas este clima de creciente conflictividad sindical y social apuró algunas decisiones del gobierno macrista en su relación con las CGTs tendientes a descomprimir la situación. Las cúpulas sindicales de hecho sostienen una tregua cómplice con el ajuste. Esto no lo decimos nosotros sino que lo ratifican los dichos de Juan Carlos Schmidt, el candidato de Moyano a la cúpula de la Central: “Cerramos las paritarias sin volcar la carretilla; hicimos el gran acto del Día del Trabajador como una señal de advertencia al Gobierno y las fuerzas políticas; ahora marchamos a la unificación de la CGT como contribución al ordenamiento general que necesita el país. ¿Qué más nos pueden pedir?” (Clarín, Blanck, 24/07/16)

Claro que esta asumida mansedumbre Macri la regó con los dineros de las Obras Sociales. El acuerdo ‘zanahoria’ con la burocracia sindical suma 29.000 millones de pesos en total, correspondientes a aportes de los trabajadores al Fondo Solidario de Redistribución; 2.704 millones en efectivo van directamente a las obras sociales sindicales; 4.500 millones para un fondo para epidemias, prevención y reparación de centros de salud; 14.000 millones se los apropia transitoriamente el Tesoro a través de bonos y 8.000 millones van a un fideicomiso con destino a salud pública para cobertura de quienes carecen de obra social. Todo con plata de los trabajadores.

Así, resulta un saludo a la bandera, una estafa a los trabajadores, cuando en el documento del plenario de ‘unificación’ de las CGTs se afirma que: “A ocho meses de la asunción del ingeniero Macri como Presidente de la Nación, el tan mentado ‘sinceramiento de la economía’ se ha reflejado con la peor cara hacia los trabajadores y la gran mayoría de los argentinos: hay aumento de la pobreza, una brusca caída del consumo y perspectivas económicas y sociales que ensombrecen aún más el horizonte”. (Documento “De Mal en Peor”, 5/08/16)

Si con semejante diagnóstico no decidieron ninguna medida de fuerza, parafraseando a los dichos de Schmidt, ¡qué más necesitan!

Por eso resulta incompresible que una parte del combativismo sindical que impulsa la marcha contra el ajuste y el tarifazo del 9/8, en una inflamada convocatoria, afirme que se trata de “una confluencia inédita por su masividad y por su claridad, detrás de un planteamiento de clase. El documento de convocatoria denuncia que “las cinco centrales sindicales siguen en la tregua, garantizando que avance el ajuste y desoyendo el reclamo de plan de lucha y paro general”. Y reclama que “se convoquen asambleas y plenarios de todo el movimiento obrero para que se exija a las centrales sindicales que se resuelva el paro general activo y el plan de lucha para derrotar el tarifazo y el conjunto del ajuste contra el pueblo trabajador” (Prensa Obrera 1422). Que el ‘planteamiento de clase’ concluya en el reclamo de paro activo a las cúpulas sindicales que al día de hoy lo bloquean, resulta cuanto menos estéril, derrotista y para nada ‘independiente’.

La marcha hacia el paro activo para quebrar el ajuste contra los trabajadores y la verdadera coordinación y unidad del combativismo sindical y antiburocrático, se construye desde abajo, con amplitud y sin pretensiones hegemonistas, al margen de las tendencias que bloquean y limitan las luchas, muchas veces teñidas de oportunismo electoral. 

Ricardo Jufré 

Publicado en: 
Viernes, Agosto 12, 2016 - 16:30

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