Sobre la Autoconvocatoria: una respuesta al PO

El Partido Obrero publicó una nota titulada “La centroizquierda ante el gobierno fondomonetarista” (PO, 18/11) firmada por Pablo Giachello, donde realiza una crítica a la posición de la Autoconvocatoria por la suspensión del pago e investigación de la deuda frente al inicio de las negociaciones entre el gobierno y el FMI. La nota contiene algunos errores y malas interpretaciones, por lo que nos vemos obligados a aclarar los puntos de vista y acuerdos políticos de la Autoconvocatoria.

En primer lugar, se trata de un espacio multisectorial integrado por decenas de organizaciones sociales, políticas, sindicales y estudiantiles y diversas personalidades con el objetivo de denunciar y pelear contra la política de endeudamiento, sus responsables y sus consecuencias para las condiciones de vida de los sectores populares­ -al igual que tantos otros espacios o asambleas que, bajo un reclamo u objetivo justo, nuclean organizaciones de diversa procedencia. Es falso que Claudio Lozano (Unidad Popular) y la CTA de Cachorro Godoy sean los “principales impulsores”, como lo afirma el PO, quien desconoce esto simplemente porque no participa de la Autoconvocatoria. Sí es cierto que ambos han sido invitados a disertar como parte del “Juicio popular contra la deuda y el FMI”, una iniciativa de juicio civil integrada -entre otros- por Nora Cortiñas y Adolfo Perez Esquivel, que lleva más de 4 meses realizando foros de denuncia contra las causas y efectos de la política de endeudamiento. En los foros han expuesto sus puntos de vista un centenar de personalidades y organizaciones, incluso un referente de la CSC que dirige el propio PO, además de otras fuerzas del FIT. Las actividades virtuales, las actividades en las oficinas del FMI y el reciente acto en Plaza de Mayo (16/11) y en otras 10 ciudades del país demuestran la amplitud y la fuerza de la movilización organizada por la Autoconvocatoria.

En segundo lugar, el PO afirma que la crítica de la Autoconvocatoria a la renegociación de la deuda con el FMI es “encubridora, ultralimitada y sesgada”, porque no menciona el canje de deuda con los acreedores extranjeros y locales. Sin embargo, esa reestructuración fue denunciada cuando tuvo lugar, en agosto: la observación de Giachello llega cuatro meses tarde. Lo invitamos a leer la declaración publicada en esa ocasión[1], donde dice textualmente que la deuda es ilegítima, ilegal y odiosa y el acuerdo “es un retroceso del Gobierno nacional ante estos sectores del capital financiero mundial (…) que prepara las condiciones para un nuevo proceso de endeudamiento”, incluso anticipando que aún faltaban “la aprobación de un esquema similar para la deuda bajo legislación local y la discusión con organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, cuyo principal objetivo es la imposición de reformas estructurales (laboral, previsional, etcétera) que chocan frontalmente contra derechos obreros y populares”. Igual nulidad tiene la observación de Giachello sobre Pimco y Templeton: el documento leído en el acto en Plaza de Mayo (16/11) y publicado en las redes denuncia  “el antecedente de la negociación con BlackRock y demás acreedores privados de la deuda bajo legislación extranjera, absolutamente pernicioso para nuestros intereses” por el cual calificamos que “el gobierno de Alberto Fernández ha elegido legitimar esta estafa y se han puesto en la vereda de enfrente de los intereses obreros y populares” y más recientemente repudiamos las concesiones a “los fondos especulativos como Templeton, Blackrock, etc. que obtienen la posibilidad de dolarizarse con un bono hecho a medida”[2].

En tercer lugar, la exigencia de auditoría e investigación de la deuda pública tiene fundamento en develar públicamente los mecanismos con los cuales el capital financiero, los organismos internacionales y los gobiernos se coluden para cargar a los pueblos con el peso de la deuda y mostrar su ilegitimidad, ilegalidad y su carácter fraudulento. La verdad nos da la razón: por eso el gobierno de AF se niega a investigar. Por otro lado, es un reclamo que hunde sus raíces en la historia reciente, particularmente en la investigación y denuncia del endeudamiento operado durante la última dictadura militar llevado adelante por Alejandro Olmos y sus colaboradores. En cualquier caso, se trata de una consigna unitaria para debatir fraternalmente con amplios sectores (incluida la izquierda que decidió ingresar al FdT) y formar una fuerza social que rompa con el FMI y los fondos de inversión y priorice a los verdaderos acreedores de la deuda: los sectores populares.

Finalmente, la “delimitación” es un ejercicio político válido siempre y cuando se oriente hacia los espacios donde el movimiento de masas debate y dirime sus posiciones de cara a la intervención concreta: el programa de todas las organizaciones debe ser validado en el transcurso de la lucha de clases. En este sentido,  la Autoconvocatoria es un espacio asambleario y multisectorial que apunta en sentido contra la deuda, el gobierno y el FMI, aportando a la unidad del antiimperialismo. A la inversa, el PO prefiere criticar sin haber leído lo suficiente, realizar un acto propio en Plaza de Mayo (14/11) y aislarse de otros sectores con los cuales podría coordinar una intervención común.

La Autoconvocatoria sigue abierta a la participación de toda fuerza popular y democrática que quiera sumarse a organizar colectivamente la lucha contra el pago de la deuda y el ajuste sobre el pueblo trabajador.

David Paz

[1] https://www.facebook.com/autoconvocatoria.deuda/posts/193088028912596

[2] https://autoconvocatoriadeuda.blogspot.com/2020/11/fuera-el-fmi-gran-jor...