Sin perspectivas de reactivación Las luchas comienzan a erosionar a Macri

Jueves, 14. Septiembre 2017

La impaciencia está cercando al gobierno. La cúpula del gran empresariado combina votos de confianza al rumbo elegido con la exigencia de acelerar el paso en procura de inversiones y logar el demorado despegue dando para ello una receta muy simple pero difícil de aplicar: “invocar la aparición de grupos desestabilizadores para, de esa forma, justificar la represión e imponer por la fuerza despidos y quitas salariales”.

El despliegue de gendarmes en la Patagonia contra la denominada “resistencia ancestral mapuche”, los allanamientos relámpagos contra pretendidas “células anarco terroristas” realizados en Córdoba luego de la marcha contra el gatillo fácil, la brutal represión en Plaza de Mayo tras la movilización por la aparición con vida de Santiago Maldonado, etc., dan cuenta de tal impaciencia y de la incapacidad de Macri para doblegar el auge de luchas, antes que de una ofensiva fascista del gobierno. Hecho evidenciado en la masividad de la movilización popular que no arruga pese a los gases, las balas y las detenciones, sino, al contrario, muestra un movimiento en ascenso.
Y ocurre, como diría Marx, “que la crisis siempre constituye el punto de partida para una gran inversión”, pero, sin embargo, hasta el momento tal gran inversión no aparece. Al contrario, Argentina sigue fuera de la frontera de los países emergentes y las reservas propias de capital para dar un paso adelante resultan insuficientes según lo acreditan distintos indicadores.
Concretamente, el país figura en los últimos puestos del ranking de competitividad global y también se ubica a la cola en el de competitividad por costos de manufacturas, revelando que el valor por producto de origen argentino está entre los más altos del mundo, haciendo a la industria local, según la consultora Abeceb, menos competitiva y menos atractiva para las inversiones que la de otros países (Clarín, Sección Economía 12/04/2016).
De esta forma, mientras Argentina evidencia un costo laboral unitario global por manufacturas de 1,87 dólares, China, el más competitivo, de 0,17, Estados Unidos de 0,41, Japón de 0,44 y México e Indonesia de 0,48 dólares. Valores que resultan de confrontar la masa de capital invertida en medios de producción con la masa invertida en fuerza de trabajo.
En pocas palabras, el país evidencia un alto costo medido en salarios y una baja inversión en medios de producción capaz de aumentar la productividad de la fuerza laboral existente. Por el contrario, según el Banco Santander (Argentina: Inversión Extranjera, https://es.portal.santandertrade.com/establecerse-extranjero/argentina/i...), los flujos de inversiones extranjeras directas (IED) hacia Argentina cayeron tras la asunción de Macri a más de la mitad (ver tabla), al tiempo que la clasificación 2017 Doing Business del Banco Mundial, referida a la conveniencia de efectuar inversiones en diferentes países, ubicó al nuestro en el puesto 116 (entre 190 países) por debajo de Paraguay, Ecuador, Honduras, Dominica y varios países africanos.
Por eso, recientemente, las grandes empresas monopólicas nucleadas en la Asociación Empresaria Argentina pasaron de estar representadas en el gobierno a través de sus cuadros gerenciales (CEO’S) a efectuar lobbies de manera directa y exigir recortes impositivos para sus compañías, recortes al gasto público, precarización laboral, reforma previsional y prioridades en la obra pública, siendo los grupos más decisivos Techint, Arcor, Pescarmona, Clarín, Braun, Bagó, Coto, Ratazzi, Miguens, Cartellone, Bulgheroni, Costantini, Blaquier, Pérez Companc, Grobocopatel y Saguier, (los enemigos de la clase trabajadora y el pueblo).
Este escenario de presión empresarial, falta de inversiones extranjeras, inflación, tarifazos, despidos y rápido desgaste de funcionarios de un lado, y auge de luchas y movilizaciones obreras y populares del otro, anuncian una solución de fuerza a la crisis y, eventualmente, una era de puebladas apuntadas contra el poder de los monopolios.
Macri lo sabe, más allá de las puestas en escena y las caras sonrientes.

Jorge Díaz
Notas del cuadro
* Las Inversiones Greenfield son una forma de inversión extranjera directa donde una casa matriz instala una filial en un país extranjero construyendo nuevas instalaciones operacionales desde la base.
** La formación bruta de capital fijo (FBCF) mide el valor de las adiciones a los activos fijos adquiridos por las empresas, el gobierno y los hogares menos las cesiones de activos fijos vendidos o desguazados.

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Jueves, Septiembre 14, 2017 - 09:00

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