Siguen las muertes en Rosario

Lunes, 18. Julio 2022

En los primeros seis meses del 2022 las muertes en Rosario llegan a 138. La cantidad acumulada superó el total correspondiente a 2014, cuando se sumaron 135 casos en el mismo período. Momento donde se registró el año más violento de los que se lleva registro. El segundo trimestre del año bajó levemente la cantidad de muertos, que en abril cerraba con uno cada 21 hs.

Este elevado nivel de crímenes no es casual ya que la ciudad y la provincia están en disputa entre distintas organizaciones vinculadas al narcotráfico. El último informe del OSP (Observatorio de Seguridad Pública) indica que el 66% de los episodios tienen posibles conexiones con el funcionamiento de organizaciones criminales. 

La mitad de los crímenes que sucedieron en la ciudad tuvieron algún tipo de mandato de alguien, con lo cual quien lo ejecutó no era el interesado en el ataque a la víctima. En 9 de cada 10 casos las víctimas suelen ser hombres, donde la mayoría se encuentra en las edades van de los 20 a los 29 años. De todas formas es a destacar que en Rosario la taza de muerte en las mujeres vinculadas a crímenes duplica la del otro gran distrito de la provincia, la ciudad de Santa Fe.

En una agudización de la crisis económica y social que vive el país, la escalada de muertes no parece desentonar. Desde el 2014 al 2022 pasaron ocho largos años, en donde la mayoría de los líderes de las organizaciones criminales, están identificados y presos, lo que no evita que sigan operando desde las cárceles de máxima seguridad.

De la misma forma que varias veces en estos años se envió a la gendarmería para “combatir” el narcotráfico, en este último año el presidente prometió el envío de 300 gendarmes. Aun cuando no pudo cumplir su promesa, la realidad es que el aparato represivo del estado poco hace para desarmar las bandas criminales vinculadas al narcotráfico, en parte porque su función histórica es la de reprimir al pueblo y no protegerlo, pero por otro lado porque gran parte de las fuerzas represivas están vinculadas a estas organizaciones, sobre todo a nivel local.

Una de las claves para entender la situación actual, es que la mayoría de estas bandas criminales tienen una estructura en la “legalidad”. En el caso de una de las bandas más conocidas -“los monos”- tiene una “causa de lavado de dinero sustanciada en la Justicia Federal, [se] descubrió un acervo de bienes acumulado entre 2010 y 2014 por una suma que produjo embargos por 51 millones de pesos según una valuación de 2017. Se contabilizaron inmuebles rurales y urbanos, depósitos a plazo fijo, disponibilidades en moneda extranjera, vehículos y pases de futbolistas. La gestión de todas esas posesiones requirió de servicios profesionales, comerciales y financieros”. (La Capital, 10 de agosto 2020). 

A las claras está que la problemática que tiene Rosario contiene varias aristas, esta vez solo tomando la escalada de violencia pero sin desconocer alguno de los otros puntos, corresponde poner sobre la escena que la mayoría de los jóvenes que muere y que comete crímenes, pertenecen a barrios vulnerados de la ciudad donde los derechos de salud, educación, trabajo y vivienda no están garantizados, donde hay tres generaciones que nacieron en la pobreza.

Ninguno de los tres niveles de gobierno puede dar respuesta a esta profunda problemática, ya que no está en sus intereses romper con las formas de producción que tiene el sistema actual, en el cual es naturalizada la desigualdad social, así como la especulación financiera por donde se blanquea gran parte de los activos del narcotráfico.

La salida de este problema está en la organización del pueblo trabajador, que no quiere vivir en una sociedad violenta, y que debe luchar para conseguir los derechos básicos que hoy son vulnerados, como viene haciendo debe seguir recuperando el territorio, a partir de la solidaridad de clase, con copas de leches, talleres para los jóvenes, la recuperación de clubes de barrio y tantas otras herramientas que el pueblo construyo históricamente para encontrarse y organizarse en pos de resolver distintas problemáticas lo que debe primar por construir. Así como la herramienta de tomar las calles que viene siendo la única forma de encontrar respuestas.

A sabiendas que lo primero que debemos hacer entender es que hay que tumbar este sistema perverso, que permite que se naturalice 138 muertes de jóvenes en seis meses, sin que ni siquiera estemos cerca de una solución a este problema. Con el ejemplo del movimiento piquetero vamos por una sociedad más justa y sin violencia hacia el pueblo.

El Dan

Lunes, Julio 18, 2022 - 21:00

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