Rebelión en Baltimore

Sábado, 16. Mayo 2015

La muerte a manos de la policía del joven negro Freddie Gray desató una ola de importantes protestas a lo largo de Estados Unidos. El presidente Obama intentó tapar el sol con las manos, haciéndose eco del discurso dominante que cierra filas en torno al conflicto racial y apunta su eje al problema entre comunidades. Sin embargo, y sin desmerecer la cuestión racial que está presente, la rebelión de los jóvenes en la ciudad de Baltimore deja al desnudo las consecuencias de la crisis económica general del país del norte, y a uno de los principales afectados: la población afroamericana pobre.

El 12 de abril la policía de Baltimore detuvo a Freddie Gray. Unos días más tarde, el joven moría en un hospital de la zona con serias evidencias de haber sido golpeado y torturado. La juventud afroamericana de esa ciudad se levantó contra la policía y el presidente Obama, por primera vez en sus dos gestiones, envió a la Guardia Nacional y declaró el toque de queda nocturno.
Este caso de gatillo fácil recuerda los hechos que transcurrieron en agosto del 2014 en otra ciudad norteamericana, Ferguson, cuando el asesinato del joven Brown desató intensas protestas, algunas pacíficas, otras más violentas, y donde quedó a la vista el problema de la desigualdad, la desocupación y la falta de acceso a los servicios básicos que padece la población más vulnerable de los Estados Unidos que, casualmente, coincide con amplios sectores de la población negra e hispana. En Ferguson el caso quedó impune ya que el único acusado, un policía blanco, fue puesto en libertad tras una sospechosa maniobra judicial.
Si bien la cuestión racial vuelve a ser noticia, queda demostrado caso tras caso (ya son 10 los jóvenes negros asesinados por la policía en circunstancias poco claras) que los afectados son pobres, desocupados, habitantes de ciudades que antes gozaban de prestigio y bonanza pero donde los efectos de la crisis, desindustrialización mediante, se hicieron sentir con más fuerza.
En Baltimore, una de las ciudades más importantes del estado de Maryland, el 60% de la población está compuesta por afroamericanos. Hay más de un 20% de desocupación y la franja etaria afectada por el desempleo está dominada por jóvenes de menos de 25 años.
El presidente Obama hizo oídos sordos a los reclamos de la que se supone es su propia comunidad y envió a la Guardia Nacional a “controlar” la situación, o sea, decidió reprimir las protestas y vigilar al “gueto” en Baltimore. En Nueva York hubo más de 70 detenidos en la masiva movilización convocada por los jóvenes indignados ante el atropello policial contra las comunidades negras y los sectores más humildes.
Estados Unidos mantiene -y Obama es el principal responsable- su estado represivo, llenando las cárceles de jóvenes negros, hispanos y pobres y privando a su población de trabajo, educación y salud dignos. La rebeldía de los afroamericanos oprimidos evoca los picos de lucha de este sector en los años ’60 y ’70, volviendo a expresarse en las calles. Y al igual que en aquellas ocasiones, en la medida en que los motivos de su aparición se sigan agravando, acrecentará su carácter de masas y su violencia.

Marcela Stein

Publicado en: 
Sábado, Mayo 16, 2015 - 22:45

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