Para la lucha que viene cuanto más voto bronca mejor

Miércoles, 14. Octubre 2015

Faltan pocos días para la elección presidencial y en general nada ha cambiado respecto a los resultados de las PASO realizadas en agosto.

Scioli se mantiene cercano al 40%, Macri al 30% y Massa al 20%. Todos los esfuerzos están volcados a estirar las diferencias, fundamentalmente el FPV que pretende ganar en primera vuelta, para lo cual debe superar el 40% y a su vez mantener una diferencia de 10 puntos respecto al segundo. Hacia allí está orientada la campaña en el último tramo y el vale todo es lo que predomina, con malversación de fondos públicos en el uso desproporcionado de propaganda por parte de los oficialismos, con acusaciones y denuncias cruzadas, con tráfico de cargos, chantajes, carpetazos e hipocresía como nunca antes. Sin embargo el entusiasmo no crece y sí lo hacen el hartazgo y la franja de los indecisos, con posibilidades ciertas de que el 1,2 millón de votos blancos registrados en las primarias vaya por más.
Entendida la democracia burguesa como una forma de gobierno, que garantiza el funcionamiento de las instituciones, la independencia de poderes y un sistema de elección transparente, ha devenido en su práctica concreta como pantalla donde nada de aquello se respeta y detrás de lo cual se oculta una verdadera puja de facciones por el control del aparato del estado. Es el botín en disputa entre los grupos económicos y partidos afines que administran el capitalismo dependiente y pretenden legitimar con el voto esa falsa opción de imponer candidatos, distintos pero con políticas idénticas. La “fiesta cívica” que tanto se proclama antes de cada acto comicial es solo para algunos, visto que la gran mayoría advierte que no se dice la verdad y presiente con ánimo crispado que, después de octubre, los efectos de la crisis se descargarán sin miramientos. De allí, nuestro llamado a redoblar los esfuerzos para que el 25 de octubre, esa franja de indecisos aporte al crecimiento del voto bronca y se exprese como clara señal de rechazo a un nuevo gobierno de los monopolios y sus políticas ajustadoras.

El gobierno echa lastre para llegar a puerto

El plan acuñado para llegar a octubre en medio de un clima consumista con los índices inflacionarios en baja y cierta reactivación, no funcionó. Continúa el decrecimiento industrial y la no generación de empleos, con suspensiones despidos y achiques en las horas de trabajo y si bien por ahora no son masivos, los aprietes para su contención llegan hasta la noche del escrutinio. A partir de allí será otra la realidad. Ya nadie cree en los discursos de antorchas apagadas del ministro de economía, dedicado full time a conseguir fondos de cualquier manera con pago de tasas usurarias de 9 a 10% cuando en otros lugares no supera el 4%. Detrás de dichas operaciones, con sus distintas versiones y vencimientos de bonos vigentes (Bonar, Bonad, Bonex) corre también la bicicleta financiera, para regocijo de amigos socios y del capital bancario. Así quedó expuesto recientemente en la Resolución 646 de la Comisión de Valores, con la decisión imprevista de contabilizar las cuotas partes de los Fondos de Inversión a valor del dólar oficial $9,38 cuando su valor real en ‘contado con liquidación’ era $14,12. Lo cual precipitó una corriente vendedora e inmediatamente del otro lado hubo compradores, que por manejo de información confidencial, pudieron hacer una diferencia millonaria en pocos minutos. ¡Qué casualidad! Diego Marynberg dueño del Fondo Latam Securities fue uno de ellos. Reconocido amigo de Kicillof y vinculado hace unos años, también en operaciones similares, con el vicepresidente Boudou.

A propósito del endeudamiento

Tras el pago del Boden 2015, el lunes 5 de octubre, Cristina hizo gala y proclamó el fin del endeudamiento argentino. Cuando en realidad, si al 2001 se debían U$S 140.000 millones y luego de la reprogramación y los pagos, desde 2005, que la propia presidenta se jactó en su momento de ser “pagadora serial” y ubicó en U$S 145.000 millones, la deuda pública hacia fines de 2014 según datos del propio ministerio alcanzaba los U$S 230.000 millones. Si a ese monto se suma la deuda contraída en 2015 el total, al final de mandato, se aproxima a los U$S 267.000 millones. El desendeudamiento al que se refiere, y a su vez oculta el gobierno, es respecto de acreedores externos, hoy cambiados por acreedores internos. Pero la deuda pública en sí, hoy es mayor y está expresada en los papelitos en títulos, bonos, acciones en miles de millones de dólares que anidan en Anses, Banco Central y Nación, en concepto del dinero contante extraído oportunamente.

En primera vuelta y pese a la interna

Arribar a la fecha sin desmadres y en un clima triunfalista es la consigna, independientemente de si el activo del Banco Central está compuesto en sus dos terceras partes por letras y papeles incobrables o si las reservas netas a diciembre llegan escasamente a los U$S 11.000 millones o si el superávit comercial está al borde de extinción y a su vez, un déficit presupuestario record y próximo al 7% del PBI o si la red de protección a los funcionarios corruptos caso Jaime o Schiavi se resquebraja. Nada importa, fortalecerse en la debilidad visto la propia debilidad de la oposición y declamar una falsa bonanza, es la línea rectora para tener la posibilidad del triunfo en primera instancia.
El kirchnerismo necesita más que nadie del triunfo del FPV porque en su retirada debe preservar la impunidad, ordenar para conducir la tropa propia y controlar la interna con el sciolismo, para poder especular hasta con su retorno pleno en el próximo período. El llamado “campo minado” hay que entenderlo como un conjunto de medidas producto del fracaso de la política renegociadora que expresó como sector interno de la gran burguesía y que frente a la crisis abierta y al recambio institucional otros sectores del capitalismo monopólico con otros candidatos, pugnan por la conducción del estado con políticas más ortodoxas como única opción sustentable. Dicha pretensión lo expresa claramente la oposición cuando habla de cambios pero también es bandera oculta del candidato del oficialismo. Las declaraciones de Urturbey en el Consejo de las Américas y luego de Blejer, como representantes de Scioli, sobre la necesidad de arreglar con los buitres para volver al mercado de capitales, y la posterior descalificación de Aníbal Fernández-Kicillof, son los entretelones de aquella interna contenida. De allí que el tema de la gobernabilidad es recurrente y preocupa demasiado en las esferas del poder, sea con uno u otro candidato. Allí están las declaraciones de Scioli, ante representantes de los fondos de inversión extranjeros tratando hacer valer su pertenencia al peronismo “soy el único candidato que no promete devaluación de un día para otro”, “detrás mío tengo una organización, gremios, uniones, que garantizan la gobernabilidad”. También Macri, haciendo desesperados esfuerzos por mostrar la foto y amistad con Moyano y Duhalde resaltando a su vez el posicionamiento público de los gremios del transporte (CATT) que decidieron mantener su neutralidad electoral, e intentando señalar que también cuenta con palancas en la estructura sindical y territorial.

Frágil, en lo económico y en lo político

Se abre entonces un panorama donde, más allá del resultado de las urnas, confluyen la extremada fragilidad que observan las cuentas del estado, sin reservas y el dólar paralelo a $16, con el tiempo incierto sobre la llegada de inversiones externas que aún devaluando no serán automáticas, y un escenario post electoral a merced de una dirigencia acomodaticia y carroñera, todo lo cual, sumado al estado de sospecha sobre la transparencia del régimen político puesto con mayor evidencia en la rebelión del pueblo tucumano, agregan más incertidumbre. Con mayor razón si se considera que el resultado en varias provincias se legitima con ley de lemas o acoples. Tal es el caso de Jujuy donde el FPV participa con 220 colectoras y la oposición con 187. Con el mismo esquema se legitiman los resultados en Formosa y Santa Cruz. Cualquier resultado en más o en menos en estos lugares pueden modificar el cuadro nacional, considerando que la diferencia para primera o consagración de segunda vuelta, gira alrededor de uno dos o tres puntos decisorios.
Resaltar las bondades del debate nacional sostenido por los candidatos presidenciales, con ausencia y justificaciones pueriles de Scioli, como los esfuerzos por transparentar la información que sale del escrutinio de cada mesa y hasta el seguimiento satelital que se pretende hacer de cada urna a efectos de recuperar la confianza perdida, suena como pinceladas que ayudan a cambiar la imagen pero no la estructura ni el cimiento del edificio.

Una táctica que exprese la bronca durante y después de octubre

Con este marco de crispación y descomposición política, crece la angustia por el estado de deterioro que desde el interior al centro presentan las economías regionales cuya producción se retiene y pudre en las chacras por falta de precios compensatorios, cuando a su vez el consumidor en la ciudad termina pagando diez o quince veces más de lo que recibe el productor. Ocurre con los cítricos, yerba, té, leche, vid, maíz o frutas del sur. En crisis también la industria del tanino al norte con despidos y suspensiones igual que las petroleras al sur. Los subsidios que reciben Cresta Roja, Paraná Metal, Unitán, otros talleres e importantes frigoríficos zonales, caducan en diciembre. Todo lo cual sumados al 34% de trabajadores informales herencia de la década, a los precarizados y desocupados, con la mitad de los asalariados por debajo de los $6000 y con una amplia red de contención social misérrima, conforman un cuadro de potencial efervescencia. En tal sentido cobra relevancia el rol del proletariado y trabajadores del estado y de servicios que vinieron repicando en el período (aceitero, línea 60, docentes, enfermeros, alimentación, metalúrgicos) como también la generación de los espacios de unidad del combativismo y los que luchan, tales como el Encuentro Sindical Combativo (ESC) y las Multisectoriales.
Si está clara la estafa en que ha devenido la democracia actual y el entramado electoral del cual saldrá la política y el candidato del ajuste, si se pretende elevar esa bronca y ese auge que se manifiesta ininterrumpidamente sin depender de la burocracia opositora, como única opción para resistir y derrotar la decisión de volcar la crisis sobre el pueblo, entonces la táctica electoral tiene que ser coherente y ayudar a profundizar aquella bronca en lugar de distenderla.
Por allí pasa hoy la tarea principal del PRML. Desnudar la trampa que pretende legitimar electoralmente una política ya definida por los grupos económicos y contraria a los intereses del pueblo. A la vez que buscar la ampliación de los resultados de las PASO y para que esa franja de indecisos en fábricas, aulas y barriadas, se vuelquen en una línea de mayor protesta y de confluencia hacia una perspectiva revolucionaria sin trampas ni monopolios y para lo cual necesariamente debe abrir curso la rebelión popular. Con esa impronta fuimos a la disputa y a la conformación de listas en centros estudiantiles y sindicatos de base en el semestre. Convocamos al 1° Encuentro de Juventudes Rebeldes organizado por la Comunidad Rebelde de Rosario. Convocamos y fuimos parte del homenaje al Che este 8 de Octubre. Participamos y militamos con importante delegación en el Encuentro de Mujeres el 11 y 12 octubre en Mar del Plata. Y nos preparamos, junto a otras fuerzas de izquierda, para el acto de cierre por el voto bronca en diversos lugares del país. Cuanto más lejos y a fondo lleguemos con la abstención voto en blanco o programático, mejores condiciones se generan para organizar y profundizar la lucha en la unidad de los trabajadores después de octubre, y para la construcción del partido revolucionario.

Andrés Zamponi

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Miércoles, Octubre 14, 2015 - 23:30

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