Pacto con el FMI |Un acuerdo que refuerza el ajuste

Miércoles, 16. Mayo 2018

“Dólar alto, ajuste y baja del salario real. Se vista de seda, mona queda, dice el añejo refrán. Puede que el Fondo Monetario haya cambiado después de la crisis del 2008 y que sea más flexible que antes. Lo que no ha cambiado es su naturaleza frente a un pedido de crédito de uno de sus miembros más conflictivos, la Argentina”.

El párrafo anterior, aunque no se crea, no salió de la boca de un militante de izquierda sino de la pluma del editor responsable del diario Clarín, el 13 de mayo último.
La apurada y sorpresiva recurrencia al ‘blindaje’ del FMI, no solo certifica un fracaso económico del macrismo sino que agudiza su deterioro político.
Esta decisión impacta de manera significativa sobre la situación de la clase trabajadora.
En primer lugar, afecta sus condiciones materiales de vida con el previsible traslado a precios de la suba del dólar y que transformó en inservibles los acuerdos paritarios firmados y, seguramente, elevará las demandas en los que faltan firmar, un ajuste de hecho en toda la regla.
En otro plano altera el marco en que se discute el reinstalado proyecto de reforma laboral y conmueve el realineamiento de las cúpulas sindicales, en particular de la CGT.
Claramente, las circunstancias que rodean al gobierno de Macri se modificaron en su contra. Persiste la situación de masas donde, más allá de las dificultades, crece el espíritu de lucha exhibido el 14 y 18 de diciembre en Plaza Congreso. La reorganización de la cúpula de la CGT, tras la fractura del triunvirato, no siguió el camino pretendido por la Casa Rosada, retrocedió cuando todo indicaba que emergía una conducción homogéneamente alineada con el ajuste macrista.
Sin abandonar su rol de contención, la cúpula sindical se aleja de los costos políticos que supone un acuerdo con el FMI e incluso de una reforma laboral por ellos mismos consensuada.
En este plano se coloca también la amenaza de convocar a un paro si es vetada una tibia ley de ‘moderación’ del tarifazo, eso si es aprobada por el Senado.
Sin embargo, lejos están de enfrentar a fondo los planes del gobierno nacional, en lo que constituye una conducta de dejar correr la situación, en beneficio de una ‘estabilidad institucional’ que descarga el peso del ajuste sobre las espaldas de las mayorías populares.
Las otras centrales, incluso cuando acompañan las luchas, lo hacen con la mirada puesta en las elecciones del 2019, aunque algunos juegan dentro de la interna del peronismo y otros por fuera. Como si perdieran de vista que las penurias están en el presente.

La lucha de los trabajadores y una salida popular

Los trabajadores sostienen sus luchas. Innumerables conflictos dan testimonio de ello, aun cuando no se ganen. En esta movilización, en su elevación, están las bases de un plan de salida popular a la crisis. Superando el bloqueo de direcciones sindicales traidoras o frenadoras o vacilantes. Construyendo en el camino la unidad del combativismo sindical y los que luchan. Recorriendo la senda que conduce al clasismo. Levantando un programa inmediato que contemple un aumento salarial que equipare el costo de la canasta familiar, reapertura de paritarias, aumento de emergencia de jubilaciones y planes sociales, ningún despido o cierre de empresa, el rechazo a la reforma laboral y el respeto a las libertades democráticas del pueblo.
Pronto a cumplirse un nuevo aniversario del Cordobazo, aquel ensayo preinsurreccional obrero, estudiantil y popular del 29 de mayo de 1969, apostamos por una salida revolucionaria que ponga fin a la Argentina de la dependencia, el monopolio y la explotación social.

Ricardo Jufré

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Miércoles, Mayo 16, 2018 - 08:15

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