Nuevo plan contra la violencia hacia las mujeres

Viernes, 12. Agosto 2016

El gobierno de Macri presentó en los últimos días de julio el “Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia, y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres” para el período 2017-2019. Lo hizo de la mano de la actual presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres Fabiana Tuñez, que si a alguien le quedaba la duda de su adhesión política a Cambiemos, en la página 6 del prólogo del plan termina de confirmarlo: “Hoy, cumplimos con esta asignatura pendiente expresando con claridad la decisión y voluntad política del Poder Ejecutivo de asumir como política de Estado el cumplimiento del derecho de todas las personas a vivir una vida libre de violencia”.

Lamentablemente el nombre le queda grande. El gobierno nacional intenta disfrazar esto como la respuesta definitiva a los reclamos de las jornadas del Ni una menos. Pero solo basta con mirar de cerca el plan para ver las contradicciones con la política general que viene aplicando, de ajuste y vaciamiento de las políticas públicas, y lo abstracto que resultan las acciones que pretenden aplicar.

 

Veamos algunos puntos que ya son debate antes de empezar.

 

Esquizofrenia política… o mejor dicho chamullo: promueven un supuesto plan a nivel federal y a la par generan despidos y el vaciamiento de programas y políticas públicas. Plantean que se deben fortalecer los programas de Salud sexual y Procreación Responsable a la par que despiden a sus trabajadoras /es.

 

¿El segundo semestre era en 2017? Como hasta 2017 no se aplicará, durante este año parece que la idea del gobierno es que todo siga como está. Es decir, por ejemplo, tener un promedio de un  feminicidio cada 30 horas en el país.

 

Hogares integrales: prevé la creación de 36 hogares integrales en todo el país, donde las mujeres recibirán la financiación de microcréditos para su autonomía económica. Tuñez se jacta hablando de “hogares integrales”, que no sean “refugios depósitos de mujeres” (sic), sino un lugar en el que se brinde “asistencia integral”, cuando la realidad marca que el Pro en la ciudad de Buenos Aires ha vaciado los programas abocados a dar asistencias y contención, quedándole chico el mote de “depósito de mujeres” a los pocos refugios y hogares existentes. Son los trabajadores/as de los programas los que día a día ponen el cuerpo en condiciones de precariedad laboral para dar dignidad a las mujeres, la dignidad que el Pro les quita día a día. ¿Autonomía económica? Resulta de una hipocresía total el planteo cuando son las propias políticas de ajuste, despidos y  tarifazo del gobierno las que agravan las condiciones de vida de miles de mujeres expuestas a convivir en condiciones de miseria sin poder tener autonomía. Tras los despidos y la falta de trabajo proponen dar microcréditos en un contexto de recesión donde solo ganan las grandes empresas. Qué infame.

Queremos trabajo genuino ya con condiciones y salarios dignos, a la vez que un plan de vivienda garantizado desde el Estado, además de contar con  hogares/ refugios acordes.  

  

¿Patrocinio jurídico para cuando? El plan contempla la aplicación de la ley de patrocinio jurídico. Pero la misma  ya está aprobada para poder ponerse en marcha. Como otras duerme en el sueño de los justos, porque parece que este año tampoco se implementará.

En materia presupuestaria el plan solo especifica el presupuesto del Consejo Nacional de Mujeres. El resto del dinero estaría contemplado dentro de la partida presupuestaria de cada ministerio interviniente. Lo cual deja más dudas que certezas sobre la aplicación real de presupuesto para este plan. Tomando la cifra del presupuesto del Consejo, de los $750.000.000 destinados para los tres años del plan, $600.000.000 irán a la construcción de 36 hogares. Por lo cual solo quedan para el resto de las acciones a implementarse $150.000.000, de los cuales $18.992.000 se destinaran a fortalecer organizaciones de la sociedad civil: una vez más el Estado tira la pelota y beneficia de este modo a las ONGs y asociaciones civiles amigas de turno. Párrafo aparte merece el apartado que detalla el dinero destinado a los salarios de las trabajadoras y trabajadores de los dispositivos. El mismo no contempla inflación ni aumentos paritarios: la cifra ($27.514.500) se mantiene constante los tres años del plan.

 

Sigue la precarización laboral: el plan no contempla que las mujeres trabajan con los salarios más bajos y en peores condiciones. Pareciera que solo bastara con brindar capacitaciones o sumarlas a planes como el Ellas Hacen, que reproducen desde el Estado la precarización laboral.

 

En educación refuerzan lo que no existe: A nivel educativo el plan incluye una temática específica dentro de la currícula en todos los niveles, desde inicial hasta secundaria. Para lo cual se capacitará a los y las docentes, dice  Fabiana Tunez, para reforzar el programa ESI. El mismo programa que desde su implementación tuvo una aplicación dispar e irregular, y en el que el gobierno se está encargando de despedir a sus pocas/os trabajadoras/es paralizándolo definitivamente. Increíble hasta dónde les da la cara.

 

Salud: define que implementarán a nivel nacional protocolos en todos los hospitales para la realización de los abortos no punibles. Para ello habrá acuerdos con el ministro de salud Lemus, el mismo que en la CABA realizó un protocolo totalmente restrictivo y violatorio de los derechos de las mujeres. Resulta contradictorio a su vez, cuando en la misma semana Macri expresó que en su gestión no iban a legalizar el aborto, y cuando de las 17 jurisdicciones que no cuentan con protocolo o regulan los permisos con exigencias que pueden dificultar el acceso a los abortos no punibles, seis están gobernadas por el espacio Cambiemos. No queremos los protocolos de Lemus. En nuestro boletín especial sobre el derecho al aborto, dejamos en claro que había que luchar contra cualquier intento de nacionalizar un protocolo a la medida de los reaccionarios del Pro: esto podría ser un intento, por lo cual hay que estar alertas ante cualquier retroceso vendido de avance. 

 

¿Se trata de un problema cultural? En este punto el plan no se distancia mucho de la mirada que tenía el anterior gobierno del problema, apuntando como dice el texto a “desterrar los patrones culturales que naturalizan la agresión a la mujer”, poniendo al Estado como garante de esa operación. Fue el kirchnerismo quien abonó la visión basada en que la violencia hacia las mujeres tiene una raíz netamente cultural, alejando el problema de las condiciones materiales de vida que lo engendran, desligando al Estado como responsable de la producción y reproducción de la violencia y la opresión. Así se le quita a la lucha de las mujeres su potencial contenido subversivo y se pone en su lugar un sentido meramente concientizador, donde todos y todas somos responsables. En todas las páginas del nuevo plan esta mirada está presente. Aunque el macrismo recoge la idea con un discurso menos aggiornado, ya que su carácter ideológicamente reaccionario le es difícil de ocultar. El cinismo continúa cuando se describe la importancia del “empoderamiento” de las mujeres en un contexto donde se lleva al pueblo a la miseria para beneficio del gran capital. El Estado es el principal violador de los derechos de las mujeres, y frente a cada situación de violencia, la responsabilidad de los distintos niveles de gobierno tiene que orientar el reclamo, ya que son los principales responsables del agravamiento en las condiciones de vida del pueblo y de las problemáticas que afectan a las mujeres trabajadoras y de los sectores populares. Esto fue lo que orientó las marchas de Ni Una Menos, y es el camino que debemos seguir, firmes en las calles para arrancar todas las justas reivindicaciones planteadas para que realmente se efectivicen, incluyendo la legalización del aborto, la libertad para Belén, el desmantelamiento de las redes de trata y trabajo y vivienda digna. 

 

Julia Quinteros

Publicado en: 
Viernes, Agosto 12, 2016 - 17:45

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