Movilización contra el hambre

Con las consignas “El alimento es un derecho” y “Basta de especular con el hambre del pueblo”, el día martes 7 de diciembre se realizó una jornada de lucha nacional para reclamarle alimentos a las grandes cadenas de supermercados de capitales nacionales y extranjeros.
La CUBa MTR - MIDO y otras organizaciones del movimiento piquetero como el MTL Rebelde, MTR Votamos Luchar, la William Cooke, la 17 de noviembre y MAR se hicieron presentes en las puertas de los supermercados para señalar que los dueños de las grandes cadenas son parte de los grandes ganadores de la crisis económica que nuestro país atraviesa. Crisis que impacta muy fuerte en las condiciones de vida y en el acceso a alimentos de los más humildes de nuestro pueblo.
En detrimento de nuestras condiciones de vida y poder adquisitivo, los supermercados día a día aumentan los precios y cercenan el derecho de la población a alimentarse sanamente. Venimos afrontando una inflación interanual de 52.1% y que es aún mayor en el rubro de alimentos. Y el salario mínimo, vital y móvil significa la mitad de la canasta básica, mientras que los programas sociales equivalen a un cuarto de esta misma. La situación se vuelve imposible de aguantar.
En este marco la asistencia del gobierno nacional a los comedores populares sostenidos por organizaciones y familias humildes es completamente deficitaria en cantidad y calidad. Hace tiempo que el 70% de lo que se recibe es polenta y sémola. Fue público el reclamo de "no queremos más polenta" que tuvo como respuesta la represión en las puertas del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Los acuerdos de precios entre el gobierno y los supermercados llegaron tarde y no existe control estatal en las cadenas de producción y comercialización, por lo que una vez más, serán las grandes empresas las que puedan imponer condiciones sobre la pequeña y mediana empresa, consumidores y proveedores, e incluso al mismo Estado, vendiéndole con sobreprecios.
Los monopolios del acopio y distribución de los alimentos tienen grandes ganancias a costa del hambre popular. Los Coto, Cencosud, Wall Mart, Carrefour, Chango Más y Jumbo entre otros, son parte de la estructura monopólica que es necesario barrer para construir una sociedad distinta. Donde la salud y el bienestar del pueblo sean la prioridad, donde no haya ganancia a costa del hambre del pueblo.
La jornada se desplegó en varios puntos del país, en donde la movilización a los supermercados fue acompañada de la presentación de un petitorio reclamando alimentos con distintos resultados. Si bien ni el gobierno ni las empresas tuvieron una respuesta represiva, la concentración en el Carrefour de Avellaneda se desarrolló en el marco de la tensión por el desalojo de la cooperativa textil de Wilde. Una intervención importante en un diciembre caliente, que además buscó terciar en la negociación, áspera pero de espaldas al pueblo, entre el gobierno y las grandes cadenas por los precios.
Frente a un nuevo intento del FMI y los cipayos locales por someter al pueblo argentino a la súper explotación del capital financiero, dejando cada vez a más personas por fuera del sistema. Es importante la unidad en acción de organizaciones piqueteras y políticas que se viene gestando. Tanto en el Frente de Lucha Piquetero como en otras coordinaciones que buscan construir experiencias de mayor profundidad.
En un momento de tanta pobreza e incertidumbre donde la prioridad del gobierno está en pactar con FMI y no en resolver los problemas sociales urgentes. Mediante el protagonismo de las clases populares hay que mantenernos en las calles para condicionar lo que se venga. Intentando abrir una situación distinta, donde las clases populares peleen por el poder y por instalar los cambios revolucionarios que necesita nuestro país.
A 20 años de la rebelión popular del 2001 el movimiento piquetero se encuentra con gran capacidad de coordinación y de movilización. Existe al mismo tiempo una gran disposición a la lucha de miles de compañeros y compañeras desocupados formales, estudiantes, cuenta propistas, artesanos, vendedores, changarines, carreros y personas con oficios de los más variados. Unidos por la solidaridad de clase, estamos llamados a jugar un rol decisivo en las peleas por el destino del país.
Víctor Pucará