Mayorías trabajadoras - En diciembre, ganar las calles

Lunes, 14. Diciembre 2020

Se acerca la finalización del año. En la historia reciente de nuestro país diciembre ha sido muchas veces un mes determinante. Baste  recordar el 19 y 20 del 2001 o las jornadas del 14 y 18 del 2017, en Plaza de Mayo, cuando la sanción de la reforma previsional por el macrismo.

El cierre del 2020 no es la excepción. Los efectos negativos de la pandemia aún se hacen sentir y la inflación más la caída del empleo pulverizan los salarios de las mayorías populares.

En este marco, más del 80% de los gremios cerraron sus paritarias. Es bueno recordar que se trata de trabajadores sujetos a convenios, estatales y privados. No incluye al casi 50% de los trabajadores en ‘negro’.

El rasgo esencial de los acuerdos paritarios firmados por la dirigencia gremial, salvo excepciones, es que la mayoría no recuperan el poder adquisitivo del salario frente a la inflación. 

Según señala el centro CIFRA-CTA en su Informe sobre empleo y salarios registrados:

“Al analizar la evolución del poder adquisitivo del salario registrado, también se observa que la reducción en 2020 se suma a las caídas de los años previos, durante el gobierno de Macri. El deterioro salarial fue particularmente intenso desde el segundo cuatrimestre de 2018; así, en diciembre de 2019 el salario promedio se ubicaba casi 15% por debajo del nivel de 2015. 

En 2020 comenzó un proceso de recuperación, relacionado con el Decreto 14/2020, sancionado a inicios de enero. Pero esta mejora volvió rápidamente atrás en el contexto de la pandemia de coronavirus, con paritarias que estuvieron extraordinariamente demoradas y que en muchos casos tienen aún negociaciones pendientes. En septiembre los salarios en promedio se ubicaron prácticamente al mismo nivel que en septiembre del año previo y 15,8% por debajo del promedio de 2015.”

Otra característica que se manifiesta en los acuerdos firmados es su dispersión. Esto vale para sus valores o para sus diferentes modalidades: aumentos porcentuales, en cuotas o a través de sumas fijas, por lo general no remunerativas, es decir, no aportan a la seguridad social afectando la recaudación del Anses y por ende a los jubilados.

Un lote pequeño de sindicatos logró aumentos superiores a la inflación esperada, entre 50 y  58% (Operadores de pulverizadoras de agroquímicos, Químicos, rama baterías, Aguas y gaseosas). En estos casos inciden las características particulares de las actividades.

En cambio el grueso de los acuerdos cerraron con porcentajes por debajo del índice de precios, a lo sumo empataron nominalmente. Los gremios involucrados son los que agrupan a las principales ramas de la producción y los servicios: textiles, metalúrgicos, azucareros, del neumático, bancarios, de la construcción, comercio, la alimentación, petroleros, camioneros, de la sanidad, estacioneros, entre otros.

Un caso particular es el del gremio de los empleados de comercio: incorporó al básico las sumas fijas de $6.000 ya otorgadas y pactó otra no remunerativa de $30.000 en seis cuotas de $5.000.

Otro caso especial lo constituyen los empleados públicos nacionales y los docentes.

UPCN, en un acuerdo firmado en disidencia por ATE acordó un miserable 7% a partir de octubre y el pago mensual del presentismo (antes cuatrimestral).

En el caso de los docentes, los gremios con representación nacional, entre ellos CTERA, acordaron un incremento del 33.46% para el cargo testigo (sin antigüedad y jornada simple). Con este porcentaje el salario mínimo pasa a $27.500, casi la mitad de una canasta básica del Indec.Además, entre las provincias existe una dispersión salarial importante.

Más allá de los discursos, en los hechos asistimos a un cuadro donde el salario es una variable del ajuste. Si a ello le sumamos la caída del empleo tenemos un combo completo para avanzar con la flexibilización laboral.

La responsabilidad de la dirigencia sindical en el brutal deterioro de las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras es evidente. Ya en la versión CGT, de  contención y propatronal, como en la versión desmovilizadora y oportunista de las CTAs.

Por ello, convocamos este diciembre a las mayorías trabajadoras y populares a ganar las calles con nuestras demandas y en rechazo del FMI y su ajuste.

Como dijimos en el No transar anterior: “Bajo un programa en defensa de la salud, el salario y las jubilaciones, por la reapertura de paritarias, contra los despidos y suspensiones, no a la flexibilización laboral, no a los recortes de los programas sociales, viviendas populares y solidaridad con las tomas de tierra, repudio a la represión a los que luchan y a la brutalidad policial y el gatillo fácil que amedrenta, desaparece y asesina a los jóvenes de las barriadas humildes, es hora de elevar la tarea, se trata de terminar con la Argentina de los monopolios para dar paso a un verdaderamente popular y antimperialista.” 

R. Jufré

Lunes, Diciembre 14, 2020 - 15:30

Notas relacionadas