Masiva movilización I Un nuevo #8M en el que tomamos calles y plazas del país

Sábado, 16. Marzo 2019
#8M

Con la fuerza y el impulso que desencadenó el año pasado la lucha por el aborto legal, una vez más, este 8M la agenda de las mujeres trabajadoras y el pueblo volvió a tomar las calles. Las movilizaciones en Argentina superaron las expectativas. La vigencia de nuestros reclamos cobra fuerza a la par que nuestras condiciones de vida se agravan notoriamente con la profundización de la crisis y el ajuste. Es por ello que tanto en los documentos como en las marchas quedó reflejada la bronca contra el Gobierno Nacional.

En relación al paro, esta jornada demostró cómo el mismo se va abriendo paso lentamente desde abajo como ejercicio de lucha en una coyuntura cargada de reivindicaciones, pero también de ausencias de las conducciones sindicales, que están más preocupadas en el armado electoral para octubre. Aún así la docencia logró empalmar el paro del 8 con el paro de 48 horas por paritarias, como las estatales en algunos sectores también construyeron una gran jornada de lucha. Con este envión, debemos seguir profundizando los debates en nuestros lugares de trabajo, para seguir incentivando la medida de paro activo como herramienta genuina para hacer viable la conquista de nuestras reivindicaciones y, en ese camino, lograr superar los límites que nos imponen las burocracias sindicales que lo obstruyen.

Otro de los aspectos a destacar, fue la impresionante cantidad de jóvenes que se hicieron eco de este día histórico de lucha para las mujeres trabajadoras y luchadoras. Las jóvenes van por todo, por el derecho al aborto, por todos nuestros derechos, quieren ir por más cuestionándoselo todo. En esa rebeldía nos tenemos que apoyar para desnudar a este régimen político, económico y social, que produce y reproduce nuestra opresión y explotación. Ese regimen no se va a caer, lo vamos a tirar de la mano de una salida revolucionaria.

Este 8M estábamos todas:  trabajadoras, estudiantes, piqueteras, mujeres, lesbianas, trans, travestis, jovenes, madres, hijas, nietas, sobrinas. Orgullosas de abrir un camino de lucha que se presenta liberador a la par que crece el rechazo a la opresión que sufrimos las mujeres del pueblo. Vivencias dolorosas y vidas violentadas nos atraviesan, por ello uno de los reclamos más sentidos fue y es: Ni una Menos. Un reclamo que crece de la mano de la bronca popular que generan los femicidios, los trans y travesticidios, con la consecuente responsabilidad estatal y de los gobiernos al respecto. En esta oportunidad también se sumó el grito de #NiñasNoMadres. Porque la fuerza de este movimiento permitió sacar a la luz el dolor y la tortura a la que históricamente fueron y son sometidas las niñas pobres en provincias declaradas pro vida como Tucumán y Jujuy, ligadas a lo más rancio de la iglesia católica y evangélica. Un reclamo que refuerza la necesidad de continuar la pelea por el aborto legal. Lo sucedido con las niñas de once años obligadas a pasar por una cesárea al negárseles una ILE no puede volver a pasar. Para ello es necesario que el hastío ante tanta crueldad se trasforme en la lucha que eche y castigue a los responsables políticos de estas prácticas violatorias de derechos, junto con lograr que quienes arrean el pañuelo celeste en las puertas de los hospitales sean expulsados por la lucha popular. De la mano de este reclamo que se hizo tan sentido, la marea verde volvió a teñir las marchas en todo el país, quedando reflejado como la lucha por el aborto legal continúa siendo de primer orden para ciento de miles. Sostenemos que lejos de toda expectativa parlamentaria, nuestra lucha por la legalización del aborto, por la implementación efectiva de la ESI laica y científica y la defensa de las/os profesionales que garantizan derechos está en pie hoy y en las calles, con nuestros pañuelos verdes bien en alto por las mujeres y personas con capacidad de gestar y por la defensa de la salud pública, sin hacer ninguna concesión a la cúpula reaccionaria de la iglesia católica y de la evangélica.

Por último es claro que este movimiento heterogéneo y diverso no para de crecer. Hoy tenemos por delante la tarea de lograr que su masividad gane en combatividad, para sumar su fuerza junto al resto de los sectores en lucha y la clase obrera, para derrotar el ajuste de Macri y el FMI, en el camino de que sea la rebelión popular la que abra paso a una Argentina verdaderamente popular y a la conquista de todos nuestros derechos.

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Sábado, Marzo 16, 2019 - 00:00

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