La precarización laboral nuevamente bajo la lupa

Viernes, 18. Octubre 2019

Una de las primeras conclusiones después de las jornadas de diciembre de 2017, post aprobación de la reforma previsional, fue que "se había frenado la reforma laboral". Y es que la respuesta contundente dada en la calle en aquellos días sirvió para parar momentáneamente las intenciones de grandes empresarios y que el gobierno de Cambiemos pensaba vehiculizar. 

La masiva movilización callejera de diciembre del 17 y las que le sucedieron, todas de carácter antimacrista, obligaron a modificar el método por el cual aplicar la flexibilización laboral necesaria para los planes de los socios empresarios del gobierno. Con el antecedente del kirchnerismo en 2012, hace pocos días, Macri a través de un DNU volvió a modificar las condiciones en el accionar de las ART, nuevamente en contra de las y los trabajadores.

Durante la última reunión de Alberto Fernández con la UIA, según lo publicitado por los medios de comunicación, la conclusión de la misma había sido el pedido de la reforma laboral.  Para las trabajadoras y trabajadores la precarización laboral, la flexibilización, es una constante hace varios años. Pocos son los sectores que lograron sostener sus convenios sin injerencia de las grandes patronales; algunas veces como consecuencia de una dirección sindical fuerte y antiburocrática, como aceiteros; otras, por presión desde abajo que obligó a las direcciones sindicales que fueron cómplices en la aplicación del ajuste macrista a sostener algunas reivindicaciones en base a la entrega de otros derechos, ni hablar de la entrega del salario y el poder adquisitivo. 

En términos de precarización en las formas de contratación, el Estado en todos sus niveles, no tiene nada que envidiarle a las empresas multinacionales. Miles de trabajadores son contratados de las más variadas formas; los pases a planta permanente son espaciados y no llegan a cubrir las cantidades más básicas para la operatividad de las áreas. Desde la asunción a nivel nacional de Cambiemos a hoy, miles de trabajadoras y trabajadores estatales fueron "despedidos", pero el Estado no debió ni siquiera pagar indemnizaciones gracias a que los contratos no lo requerían. Este escenario les fue facilitado por los gobiernos kirchneristas anteriores, ya que éstos hicieron crecer la cantidad de trabajadores del Estado sobre la base de contratos basura y salarios a la baja. 

En el ámbito privado, la realidad no es tan diferente dejando de lado los casos anteriormente nombrados que, en general, representan sectores de trabajadores que son muy minoritarios (gremios chicos). No paran de crecer los porcentajes de trabajo no registrado (4,5 millones de personas según datos oficiales); así como las nuevas formas de contratación que requieren, por ejemplo, el trabajo para las plataformas de entrega de productos, o trabajos que no cuentan con el respaldo de organización sindical. Así crece la cantidad de monotributistas, lo cual no implica el crecimiento del trabajo a cuenta propia, sino que actúa como una forma precaria de contratación en diferentes sectores. 

No hay nada nuevo bajo el sol; esto implica abaratamiento de los costos patronales. Nuestro país bajó muchos peldaños en los últimos años en el ranking de valor salarial en el continente y ni hablar en el mundo. Todo a pedir de sectores empresariales en su mayoría extranjeros, o monopólicos, que son los únicos beneficiados por las medidas del gobierno. 

Cada tanto, y por diferentes motivos, el tema de la precarización laboral toma relevancia en la escena política. Como con la muerte de Cinthia Choque, agente de tránsito del GCBA, en un mal llamado "accidente". Este hecho generó que durante unos días se barajaran números en torno a la precarización en el ámbito estatal. Salarios bajos, formas de contratación fraudulenta, complicidad sindical, nulo resguardo a la salud de trabajadores y sus familias son la realidad cotidiana para miles todos los días. La respuesta en términos de organización y firmeza por parte de las compañeras y compañeros de Cinthia y Santiago (compañero de Cinthia que sobrevivió) fue ejemplar. Mediante la movilización y no torcer el brazo lograron imponer condiciones para negociar un proceso de pase a planta presionando a funcionarios, pero también a la burocracia sindical del SUTECBA. El desenlace de esta negociación dependerá de la firmeza de quienes convirtieron el dolor y la bronca en un reclamo de avanzada en momentos de crisis económica en este país. Pero también, en gran medida, dependerá de que los sectores del sindicalismo combativo logren esquivar los obstáculos de los cantos de sirena de la institucionalidad, y los ejes impuestos por los enemigos de las y los trabajadores, profundizando el camino de la coordinación, para poner en pie una real alternativa. 

En tiempos convulsionados como estos, donde la precarización ya no laboral, sino de las condiciones de vida, afectan al pueblo argentino todo; lo que tenemos que poner en discusión es qué tipo de país necesitamos las y los trabajadores. 


Isabel Gómez

Publicado en: 
Viernes, Octubre 18, 2019 - 10:45

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