Homenaje a Jorge Watts

Martes, 15. Marzo 2022
Homenaje a Jorge Watts

El jueves 3 de marzo, la Comisión Vesubio – Puente 12 realizó un homenaje al compañero Jorge Watts a un año de su fallecimiento. Watts era militante de Vanguardia Comunista al momento de su secuestro en 1978. Estuvo desaparecido en el Centro Clandestino de Detención El Vesubio. Una vez liberado del cautiverio, comenzó con la lucha por el castigo a los genocidas que continuó hasta el último de sus días, siendo testigo en el juicio a las Juntas y en los juicios por Vesubio. 

La actividad se realizó en el auditorio de ATE, gremio en el cual Watts tomó responsabilidades sindicales. Participaron distintos referentes y militantes populares y de Derechos Humanos. Reproducimos a continuación un resumen de las palabras de nuestro camarada Guillermo Lorusso.

Conocí a Jorge como militante de Vanguardia Comunista. Él, cuando tenía responsabilidades sindicales en el ministerio de Bienestar Social, era militante de VC. Y durante un tiempo fuimos, entre otras cosas, camaradas. Creo que es bueno entender el por qué de esta adhesión total de Jorge al combate por la reivindicación de los Derechos Humanos. VC tiene una historia respecto de los DDHH. VC participaba activamente a través de su militante-abogado Abraham Hochman -desaparecido en agosto del '78 también en Vesubio- en la conformación del organismo OSPPEG: Organización de Solidaridad con los Presos Políticos, Estudiantiles y Gremiales. Estamos hablando de tiempos anteriores al '76, pero también muy difíciles. En su libro El Infiltrado, el periodista Uki Goñi describe la existencia de un grupo de jóvenes politizados, colaboradores de lo que todavía no era Madres de Plaza de Mayo. Cinco de estos jóvenes eran parte de VC y siguen desaparecidos después de los acontecimientos de los días 8, 9 y 10 de diciembre del '77: Angela Aguad, Raquel Bulit, Horacio Anibal Elbert, Eduardo Horane y Patricia Oviedo. También menciona que Cecilia Vázquez por poco escapa de la redada que llevó a cabo el inefable Astiz. Y además participaba en este grupo la madre de otro militante que era Beba Galeano, cuyo hijo había desaparecido en el '75. O sea que Jorge ya viene de una historia, de una formación partidaria en favor de los DDHH. 

Hasta acá estaba en otra; tenía una responsabilidad sindical. Pero nos toca Vesubio. Yo soy de los últimos del partido en caer, en la madrugada del 19 de agosto; Jorge estaba de antes. Como decían en aquella época los colimbas, era “viejo” de Vesubio: había caído el 22 de julio. Y había dejado huella. Yo tengo una idea, en contra de un escrito que hice a pedido de la AEDD por su fallecimiento, en donde expresábamos que Jorge “se había ganado el respeto”. No es así. Las personas no se ganan el respeto: el respeto se puede perder, pero no ganar. Todos merecemos respeto. Nacemos con ese don, como nacimos con derecho a la vida. Eran otras cosas las que se había ganado Jorge. Quizás en un ámbito como el de Vesubio sí había que ganarse el respeto. Y allí él se había ganado el respeto de los que a nadie le tenían respeto. Estábamos en distintas casas, no nos veíamos. Él estaba en Casa 3, en las cuchas; yo en Casa 2, donde estaba la sala de tortura. Y en algún momento lo veo pasar. Era la peor guardia, o una de las peores, la del 'Paraguayo' Maidana. Una de las últimas veces que lo vi en forma presencial a Jorge fue cuando compartimos las marchas en Adrogué para escrachar a Maidana porque le habían dado la condicional. Entonces Jorge pasó por algunas circunstancias y alcancé a oír que hablaba con el 'Paraguayo'. ¿Qué le había dicho? Me lo comentó después. En ese momento yo escuchaba mejor que ahora, pero tirado en el piso no llegué a entender. Maidana le decía algo así como que “vos me vas a querer boletear si nos vemos en la calle”, algo por el estilo. Lo que sí noté fue la diferenciación en el trato. Y esa diferenciación no era cualquier cosa en Vesubio. Eso sí Jorge se lo había ganado. Porque se las había bancado. Porque me entero después, cuando asesinan a nuestro camarada Luis Pérez, él fue de los que se levantaron para cantar el himno, y para bancarse lo que venga. Las actitudes de Jorge. 

De alguna forma salimos. Todos después de pasar por distintos lugares -en mi caso fue la subcomisaría de Villa Insuperable, lo que antes era el Sheraton- fuimos a Devoto y después a La Plata. Y Jorge hizo también su periplo: pasó por el Regimiento 10 de Tablada, estuvo también en la comisaría de Lanús, “el infierno”, que hasta hace poco se estaba tramitando ese juicio, y va a parar a La Plata. Cuando nosotros salimos, lo hicimos con una ventaja de alguna forma, porque cuando yo todavía no había caído liberan a dos personas, a fines de julio del '78: a Inés Vázquez y a Paulino Guarido, un joven que tenía a su compañera que queda secuestrada. Otro loco. El 2 de agosto, o sea a los tres o cuatro días de haber salido, Guarido va a Tribunales a averiguar por su habeas corpus. Con la suerte de que va al Juzgado del doctor Oliveri. Y este juez, en vez de hacer lo que era habitual en esa época, comienza a requerir testimonios. Así comienza lo que fue la causa 35.040 el año 78, mientras muchos de nosotros estábamos todavía secuestrados, hasta el 83. El 10 de diciembre de ese año Jorge es citado a declarar en La Plata. Él es citado, no otro. Otro de los méritos ganados. Es citado y ese mismo día el juez Armendariz dispone que se inicie una causa que por territorialidad le correspondía a la Provincia de Buenos Aires, en Morón. Con este cambio se amplía enormemente el abanico y van a testimoniar ya durante diciembre mismo infinidad de ex detenidos desaparecidos de Vesubio, familiares y demás. En esto también Jorge tiene una tarea inmensa, realmente inmensa. Lástima que no nos duró mucho por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Pero se logró avanzar. 

En ese tiempo ocurrió que quien era secretario general de nuestro partido, Mario Geller, nos insinúa la posibilidad de crear un organismo de DDHH. Y a esto se aboca Jorge. En 1984 participa en el programa de televisión Nunca Más junto con otras personas: una era Adriana Calvo, con la que se conecta. Un programa que tiene mucha repercusión y en el que el ministro Trócoli esboza la teoría de los dos demonios. A partir de allí la tarea fue enorme, la tarea de Jorge, de Adriana y de un grupo de compañeros con quienes se fundó la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, en octubre del '84. Y tuvimos problemas desde el principio, por distintos motivos. Hubo un grupo que se separó de la Asociación, que luego pertenecerían a lo que hoy es el juicio ABO (Atlético Banco Olimpo). ¿Y qué hizo Jorge? Lo que hizo en ese tiempo fue tejer lazos. Y logró que a los dos años esa gente volviera a la AEDD. Ese era mérito de Jorge Watts, el de ser un organizador, un tejedor constante, perseverante. Después tuvimos durante años trabajos de recopilación de datos que sirvieron para infinidad de juicios, donde él puso lo que sabía, que era más que lo que sabíamos ninguno de nosotros sobre computación. En el '96 además impulsa la reconstrucción de la memoria de la facultad de Ingeniería de la UBA por la que había transitado algunos años. Y es a partir de ese precisamente cuando son citados a declarar muchos compañeros a Europa, él te diría que fue el encargado de la logística: pasajes, alojamientos... las mil y una. 

Porque Jorge ante cada cuestión veía la mejor forma de solucionar. En eso me hace acordar al libro El hombre en busca de su sentido, donde su autor, sobreviviente de un campo de concentración nazi, dice que en cada momento lo que importa es hacer lo mejor, olvidándose del pasado, las dificultades, etc. Y esto es lo que hacía Jorge continuamente. Muchas veces estuvimos de acuerdo y a veces no. Por eso es que en algún momento él dejó de militar en el partido, en algún momento dejó de militar en la AEDD, pero siempre mantuvo lazos fraternos y siempre tuvimos la disponibilidad de contar con él. 

Martes, Marzo 15, 2022 - 09:45

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