El hambre y la pobreza no esperan

Cada día es más evidente que el plan económico dictado por el FMI y aplicado disciplinadamente por Macri y su gobierno, agrava de manera indecible  las condiciones de vida de las mayorías populares y sólo incentiva la especulación de la banca y el gran capital financiero, la fuga de divisas, la dilapidación del ahorro nacional. El endeudamiento bate récords, consolidando la dependencia e hipotecando el futuro de las próximas generaciones. La realidad es cruda: lo único que proliferan son los cierres de fuentes de trabajo, los despidos y las suspensiones, nada de “brotes verdes” ni “segundos semestres”

A este ritmo, si bien no sorprenden, los números del Indec ratifican la orientación abiertamente antipopular del gobierno de Macri, y el daño creciente que está provocando entre los de abajo. Oficialmente uno de cada tres argentinos está sumido en la pobreza, el 2018 terminó con 12.650.000 de compatriotas en la pobreza y, de ellos, 2.650.000 están por debajo de la línea de indigencia y casi la mitad de los menores de 14 años, viven en hogares pobres. Esta es la política de “pobreza cero” que prometieron.

Al mismo tiempo se profundiza la fragilidad de un gobierno que va camino a un fracaso estrepitoso. La alianza Cambiemos llega al último año de su gobierno atada con alambre, quebrada en varias provincias y -con los radicales apurando la fuga-, en riesgo de disolución a nivel nacional. Tampoco les va mejor a los intentos gatopardistas de parte de la oposición del PJ y el kirchnerismo que prometen cambios que no alteren los rasgos esenciales de la dominación monopólica y los lazos de la dependencia. 

Esto no da para más. El hambre y la pobreza no pueden esperar hasta octubre. No es momento para ningún tipo de especulación electoral. Es tiempo de empujar en las calles por una salida de fondo a esta situación. Es tiempo de hacerle pagar la crisis a los que la generaron. Es tiempo de impulsar un bloque de unidad en la lucha que gane las calles, rutas y plazas del país por un programa popular y antimonopólico de salida a la crisis. Es tiempo de rebelión.

PRML 30/03/2019